La Verde Esperanza
Carlos Armando Figueredo
En Venezuela es conocido el dicho: “Mi esperanza era verde y se la comieron los burros”. Ahora, en enero de 2019, podemos decir: “Mi esperanza es verde y no hay burro que se la coma”.
¿Cuál es esa esperanza verde? Es la de la semilla que están sembrando Juan Guaidó y la Asamblea, a lo largo de todo el territorio nacional. La están sembrando con los cabildos abiertos que están haciendo que el anhelo por democracia y libertad brote por toda la tierra.
El verde es un color producto del azul y el amarillo. El verde de la esperanza es el de sectores que hora se unen para crear una amalgama que acabará con la dictadura.
En el pasado hubo burros que se comieron la verde esperanza; los que engañaron con promesas que no han cumplido, los que se plegaron por apetencias personales, lo que cerraron los ojos ante la corrupción, los indiferentes.
En enero de 2019 mas del 90% de la población que dejó de creer en las falsas promesas quieren que el chavismo-madurismo sea desterrado para siempre de Venezuela; los que se plegaron a las apetencias personales temen que se les cobre caro su inmoralidad; ya no puede haber más ojos ante la corrupción –una que incluso corruptos ahora denuncian−; Guaidó y la Asamblea están logrando que desaparezca la indiferencia.
Recuerdo la romanza de Federico García Lorca: “Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas” y me atrevo a añadirle: “¡Verde de la esperanza!