La Política Internacional Clinton-Trump
La bipolarización extrema y cerrada entre los candidatos Presidenciales de Estados Unidos, ya se acerca a su fin ya que el 8 de Noviembre los norte americanos elegirán al próximos Presidente de los Estados Unidos.
Salvo en la poca popularidad de ambos, y en el hecho que cualquiera de los dos serán septuagenarios al llegar a la Casa Blanca, el contraste entre Hillary Clinton y Donald Trump no puede ser mayor: en el estilo, en la trayectoria vital, en lo profesional, en el temperamento y en la ideología. Son dos candidatos muy distintos por lo que es válido hacernos la pregunta de cómo incidirá en la futura diplomacia del gran país del Norte.
Hillary es una política profesional, experimentada, reflexiva, alérgica al riesgo y con propuestas que se inscriben la centralidad de Estados Unidos. Como Secretaria de Estado de Obama ha marcado una actitud que denota cierta previsibilidad de su futura actuación como Mandataria
Clinton defiende una política multilateral, en la que EE UU consolide su preeminencia mundial mediante alianzas con otros países. Clinton alabó la política de alianzas, la diplomacia, acuerdos como el de Irán, y el multilateralismo. La elección es “entre una América temerosa, menos segura y menos conectada con el mundo, y una América fuerte y segura de sí misma que lidere para hacer nuestro país seguro y hacer crecer nuestra economía”, dijo Clinton.
Trump es un novato en el oficio, un magnate inmobiliario y estrella de la diplomacia espectáculo, instintivo e indisciplinado, con facilidad para el insulto. Sus actitudes populistas le han permitido conectarse con un segmento del electorado defraudado por la política a la vieja usanza.
Trump anuncia una política aislacionista estadounidense, escéptica ante las viejas alianzas con Europa o Asia, en donde especialmente en el campo militar anuncia que USA no seguirá financiando instituciones como OTAN, o Japón o Corea del Sur
El 28 de abril, Trump dio un discurso sobre política exterior, que resumió en el lema “América Primero”. De su discurso se deduce un aislacionismo militarista, una voluntad de replegarse y dejar de intervenir en el mundo. Su visión de política exterior y sus comentarios contra China y México han incomodado al liderazgo del Partido Republicano pero al mismo tiempo han atraído a sectores populares de los Estados Unidos.
Felizmente, no todo lo que ofrecen los candidatos lo pueden cumplir al llegar a la Casa Blanca por el peso que tienen las instituciones: el Congreso, el Pentágono, las instituciones económicas y sindicales, la opinión pública. Es por ello que recientemente Sanders pre-candidato fallido, en un Comité del Partido Demócrata afirmó que él no veía diferencias reales entre lo que sería la Política Exterior de Clinton o la de Trump. Queda aun la campaña electoral. Amanecerá y veremos.
@milosalcalay
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