La penuria de alimentos se agrava en una Venezuela en recesión
«Esta es la revolución del hambre», gritaban algunos de quienes saquearon el pasado viernes el supermercado San Feélix, en el sur de Venezuela, una multitud desesperada que se lanzó al asalto del establecimiento cuando corrió el rumor de que allí había aceite, arroz, café, pañales para bebés y harina, algunos de los productos más preciados y escasos en el país. Este no ha sido el único incidente de tal tipo que ha sucedido en los últimos días, en los que los venezolanos intentanhacerse por la fuerza con algunos bienes tras perder la paciencia en colas interminables. Incluso camiones que transportan alimentos u otros productos básicos han sido asaltados.
Es la «revolución del hambre», causada por un fuerte deterioro de la crisis de desabastecimiento que sufre el país, y que algunos analistas temen que, si no se remedia rápidamente, pueda degenerar en una revuelta como la del «Caracazo» de 1989, que acabó con la presidencia de Carlos Andrés Pérez.
Durante este año se han registrado en el país 56 saqueos y 502 protestas por la escasez de alimentos, medicinas y productos de higiene, según cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS). Marco Antonio Ponce, coordinador de esta ONG, afirma que el 98% de las protestas son pacíficas, pero le preocupa el incremento de actos vandálicos contra almacenes, supermercados y farmacias. «Hay microestallidos sociales todos los días», confiesa.
Ante esta creciente crisis, la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha convocado para el próximo sábado una movilización nacional para protestar contra el hambre, la escasez de alimentos, la corrupción y la inseguridad.
Para la política de la oposición María Corina Machado, el saqueo de San Félix es «otra evidencia de la crisis humana que se vive en Venezuela: es urgente actuar ya para evitar una tragedia», advierte.
Protesta de la oposición
Para la MUD, la alianza opositora de casi 30 partidos, favorita en los sondeos de las elecciones parlamentarias, la convocatoria de la protesta contra el hambre y la corrupción es una respuesta a los saqueos con la que se quiere denunciar al Gobierno de Maduro, que eludió toda responsabilidad en la crisis culpando al «imperialismo» y a los propios partidos políticos opositores por los sucesos de San Félix.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que Venezuela puede cerrar este año con una inflación superior al 170% y una caída del PIBdel 7%, la más grave recesión registrada en el continente.
El creciente intervencionismo en la economía y los controles de cambios y precios son factores a menudo citados como causa del proceso de caos que sufre la economía venezolana, agravado por la ausencia de inversiones y la pérdida de rentabilidad del petróleo, único producto de exportación del país. Los sindicatos de la construcción denuncian que en su sector el desempleo oscila entre el 70% y el 74% debido a la paralización de las obras por falta de materiales de construcción.
Falta de divisas
Asimismo, algunos economistas temen que la dramática falta de divisas provoque en cuestión de semanas la paralización de la actividad de varias empresas por ausencia de productos de importación. Asimismo, la expropiación del centro del complejo de Empresas Polar en La Yaguara, Caracas, tendrá un impacto negativo en la distribución de alimentos, cuya provisión tiende a agotarse peligrosamente. «Con estas medidas, el Gobierno arroja gasolina al incendio de la escasez», denuncia la MUD, que afirma asimismo que esta «absurda conducta» oficial pareciera estar orientada a generar una convulsión social con el propósito de fabricar el pretexto que le permita «suspender o posponer unas elecciones parlamentarias que sabe perdidas». Yes que, por vez primera en quince años, el régimen bolivariano se encamina a perder el control del Congreso.
Así las cosas, la MUD condena «la insoportable e insólita situación de ruina que el pueblo venezolano soporta debido a la destrucción de la economía perpetrada por el Gobierno Nacional. A la escasez de alimentos y medicinas que hemos venido sufriendo por la destrucción del aparato productivo y por el robo masivo de los dólares generados por el petróleo, se agrega ahora un conjunto de medidas oficiales cuyo efecto práctico es agravar la crisis creada por ellos mismos».