La Patria Bolivariana

No hay nada que agregar a la realidad, lo que se vive en Venezuela es lo que los chavistas han construido. Es la materialización del proyecto bolivariano, el que vendieron con demagogia, con mentiras, manipulando, apelando a los sentimientos bajos de odio y de venganza.

Tenían que comenzar por destruir las estructuras del país, eran las instrucciones de Fidel, el ejemplo cubano. Para los que bajaron de la Sierra Maestra las condiciones existentes les permitieron instalarse sin problemas, ya que las instituciones se encontraban en desbandada después de la huida de Fulgencio Batista.

En Venezuela fue diferente, Chávez después de haber fracasado con su golpe de estado, tuvo que llegar al poder a través de la democracia, tenía en apariencia que respetar el sistema que le había permitido llegar. Sin embargo inicio el proceso de destrucción desde el mismo momento que se juramentó. Luego no fue sino ejecutar el plan trazado, así comenzaron con los medios de producción, siguieron con las empresas del estado, los medios de comunicación, para al final apoderarse de todos los poderes del sistema democrático y colocarlos al servicio del proyecto extranjero.

Fue necesario expropiar, perseguir, confiscar, robar, atropellar, multar, encarcelar para poder arruinar todo. Negocios, periódicos, empresas, mercados, farmacias, fincas, cualquier medio de producción de riquezas, productos o servicios, uno a uno fueron destruidos. Sea cual fuera la medida tomada para tomar posesión, el objetivo era que se transformara en un elefante blanco, inservible y estéril, única manera de hacernos dependientes de la tarjeta de racionamiento que tardarían 16 años en implementar.

Lo más grande fue Pdvsa, la otrora gran empresa petrolera se convirtió en la caja chica del presidente, se regalaba, se financiaban elecciones, candidatos extranjeros, grupos de extremistas islámicos, guerrilleros y terroristas. Se compraban votos de otros países, se regaló el petróleo y se le convirtió en importadora de alimentos podridos y medicinas averiadas, se robaron sus recursos, sus fondos de pensiones. Se desmanteló, se vendieron sus infraestructuras internacionales, se abandonaron sus refinarías, que a menudo explotan o se accidentan por falta de mantenimiento y desidia.

Se compraron conciencias, lo que inclinó la balanza de funcionarios internacionales. Se pagaron asesores, propagandas y se financiaron medios de prensa internacionales, quienes se tapaban la nariz con dólares y defendían la supuesta revolución a cambios de cuentas bancarias bien provistas.

Acabaron con nuestras reservas internacionales, endeudaron el país con China a cambio de un fondo de inversiones que se robaron y ahora van por lo queda del oro, luego de haber enviado parte de él a Cuba. Como no bastaba el petróleo, ni los dólares pagados por «cubanos-cooperantes», ni las construcciones de refinerías, hospitales y viviendas en la isla «del mar de la felicidad», se importaba de manera triangular a través de ella insumos que Cuba no produce. Objetivo no permitir que los venezolanos pudieran enriquecerse, tenían que tenerlos sometidos.

Llovieron contratos de asistencia técnica al gobierno de Raúl Castro, pagados en dólares a 6.30, los fondos se pagaban, se cumpliera o no el destino para el cual fueron previstos. Recordemos solamente el punto de cuenta N°36 del 4/08/2014 enviado por el Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Hábitat, Basilio Labrador, al ministro de Vivienda y Hábitat, Ricardo Molina Peñaloza. Donde se pide reorientar recursos por Bs.19.497.460, 28 de la fase II del Proyecto Ciudad Caribia. A pesar de que en el documento se reconoce que los recursos no fueron utilizados como previsto, el ministro Molina agrega de su puño y letra «proceder con el pago rápido».

Por cosas como esta es que después que Venezuela recibió tantos ingresos los venezolanos vivimos peor que antes.

En la Patria Bolivariana la vida no vale nada, la muerte ronda por todos lados de día y de noche, caen venezolanos en manos de un hampa impune, respaldada o protegida por colectivos, pranes y el narco-régimen. Sus altos dirigentes están aprovechando lo que queda para «forrarse» y garantizar la huida que sienten próxima. Los militantes de abajo mendigando, recibiendo ayudas que cada vez son más escasas y los organizados en bandas asesinando y secuestrando para obtener ingresos rápidos. El «ciudadano rojo» ha terminado convirtiéndose en un delincuente, por acción u omisión no es más que un cómplice de lo que aquí sucede. Banqueros, contratistas, enchufados solo miran sus chequeras y sus cuentas en el exterior, de preferencia ocultas y en paraísos fiscales.

¿Dónde están los reales? se pregunta el pueblo, ante la escasez de productos y alimentos, despertando en una pesadilla de país, donde cierran los pocos negocios y empresas que además de vender los productos de primera necesidad, eran una de las pocas fuentes de trabajo privado, se pierden empleos y emigran los profesionales. ¿Dónde están? Reflexiona cuando ve a los boliburgueses con yates, aviones, relojes de lujo y crías de caballos pura sangre. Mientras los hospitales se quedan si médicos y los colegios y universidades sin profesores competentes.

En la patria Chavista, se acabaron la justicia y la separación de poderes, solo son ciudadanos los psuvistas y los amigos del régimen, las leyes existen para protegerse y para permitir violar los derechos humanos del que disiente. Aquí se encierra sin juicio al que se opone, se dictan sentencias desde el ejecutivo, se condena al exilio y a «la Tumba», se persigue, chantajea, se amenaza, para mantenerse en el poder a costa de lo que sea. Tristemente también se asesina, se autoriza a disparar con armas de guerra a los estudiantes. Se hace apología del crimen en vivo y en directo, se banaliza la muerte del opositor, tildado de cabeza hueca.

El proyecto que concretizaron arruinó a los venezolanos. Pero es también la «tierra de nadie», donde grupos extremistas conviven con narco traficantes y militares. Esa es la «ex patria» construida por los bolivarianos, esa que denuncia con su piano la gran patriota Gabriela Montero, virtuosa pianista que rinde homenaje a la lucha de los venezolanos que no se rinden para recobrar su libertad y su país. Ella al igual que todos los que luchamos por Venezuela, no queremos olvidar lo que ha significado se patriota de verdad, los que aspiramos un país distinto a la realidad que vivimos, roja manchada de sangre.

Este país está en manos de traidores que permiten guerrilleros trabajando de la mano derecha con militares, narcotraficantes de la mano izquierda , infiltrados cubanos en las estructuras de seguridad, bandas amigas de Iris Valera aplicando su ley en las calles, extremistas islámicos con la anuencia de los Tareks y donde sospechamos de los «sapos cooperantes», capaces de vender a su madre por petrodólares.

Esta es la Patria Bolivariana de la revolución, esa que los patriotas venezolanos de verdad no queremos.

Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
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