OpiniónOpinión Nacional

La paloma y el mango de Maduro

Una paloma ha depuesto sobre el autobús que conducía Maduro para inaugurar una vía. Si la paloma hubiese -además de dejar su opinión sobre los entuertos del dictador- tenido un mensaje atado en su pata, el espíritu mágico religioso que ha impuesto el mandatario venezolano a sus contactos extracorpóreos con Chávez, habría adoptado dimensiones de programa de televisión de madrugada, de esos en los que se habla de aparecidos y mesas que levitan.

Lo cierto es que en el argot popular el mensaje no fue relativo a las bondades de su programa de gobierno sino todo lo contrario, una relación detrítica que deja entrever lo que significa, no solo para el pueblo, sino para la fauna, los grandes desaciertos de la política del mandatario chavista.

No se entiende nada. Por un lado, todo tipo de agresiones hacia la prensa o los políticos son reprimidas con fuertes medidas que terminan en prisión o recorte de acceso a las divisas. Pero, la guinda del postre la pone un mangazo directo a la cabeza del chofer venido a mandatario en el mismo acto del autobús. Una fruta con mensaje escrito con rotulador, “si puede me llama”. Vamos que un “guasap” a lo bestia. En lugar de enfurecerse, de despotricar, se lo piensa y a través de su programa de televisión habla del mango con risas, como si fuera una gracia de lo más divertida y, por añadidura, le regala a la señora que le golpeó con la fruta, un apartamento. La pregunta es si el mango lo hubiese lanzado un miembro del pueblo opositor, la respuesta hubiese sido algo así como: cárcel, vejaciones, intentos de desestabilización, terrorismo y quien sabe cuántos adjetivos y acciones violentas más contra el infeliz que hubiese cometido semejante fechoría.

Este señor fue, además de sindicalista y conductor de autobuses, canciller. Es decir, llevó los destinos internacionales de Venezuela por la bicoca de 6 años y 4 meses (el tiempo suficiente para sacar una carrera universitaria y un máster), lo que, en cualquier caso, lo haría un experto en el manejo de las relaciones con otros países. ¿Entonces? ¿Qué le pasa con España? ¿Le tiene miedo a la prensa libre del otro lado del Atlántico? ¿Le tiene miedo a lo que digan unos políticos de otra nación? Como Obama no le prestó atención ahora va y la emprende con Rajoy. ¿No será que oculta raros intereses en la izquierda de algún partido político europeo? ¿Por qué no aprovecha que tiene empresarios españoles en el suelo venezolano y se piensa mejor las relaciones con Europa a través de España? ¿Por qué no reconduce su política económica hacia la apertura de mercados y búsqueda de inversionistas extranjeros en lugar de hacer payasadas con un mango y buscar enemigos en otras latitudes?

¡Puro show! Un espectáculo tras otro para ocultar realidades que son incuestionables: hambre, desabastecimiento, control cambiario, persecución, encarcelamiento. Un panorama desolador que hace pocos días desveló el diario ABC y que, los medios El Nacional, La Patilla.com y Tal Cual al sumarse a la difusión de esa información se han visto acosados, señalados y hasta con prohibición de salida de Venezuela de sus gestores por encargo –nada menos- que del presidente de la Asamblea Nacional venezolana. ¿Qué les pasa a los chavistas? ¿Será que están como el mensaje de la paloma?

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba