La Paciencia revela Presencia
La vida emana maravilla y magia, si no la puedes ver… es sólo eso, que no puedes verlo. Vivimos la vida de manera apurada, no nos alcanza el tiempo y estamos muy ocupados tratando de alcanzar cosas importantes, sin tiempo para las cosas que en verdad dan sabor a la vida, dan sentido y la tornan en algo valioso y maravilloso. Nos engañamos en creer que cuando alcancemos esos “objetivos importantes”, entonces podremos disfrutar de la vida.
La vida es lo que te pasa cuando estas ocupado haciendo otras cosas.
~ John Lennon
¿Cómo nos dejamos guiar por la sabiduría interior?
Un aprendiz le pregunta al maestro,
– Maestro, ¿en qué me tengo que enfocar para lograr la iluminación? – a lo que el maestro responde contundente:
– deja que tu burro te guie.
A veces no sabemos discernir entre lo que sentimos y lo que pensamos… para aquellos que no han conocido la diferencia, les parece descabellada la propuesta; para los que lo hemos experimentado, nos recordamos continuamente de la importancia del discernimiento entre lo que siento y lo que pienso sobre lo que siento.
Nuestra mente opera bajo la premisa “ley del mínimo esfuerzo”, necesita conservar energía y lo desconocido e imprevisto consume mucha energía; por ello nuestra mente categoriza todo y lo archiva por géneros y subgéneros. Ello puede robarnos de un germen que es verdadero oro.
Cuando enfocamos nuestros sentidos a la experiencia sensorial, como si observáramos una nube apreciando sólo su contorno, consistencia y forma, algo maravilloso sucede, se ensancha internamente lo que soy. El dolor es un excelente ejemplo; lo siento y punto. Luego puedo darle todo tipo de significados o vestirlo con temor si así decido. Si tengo paciencia con el dolor, observándolo y sin buscar culpables o contemplar oleadas de tiempo, paulatinamente se disuelve, no porque no genere dolor, sino porque mi resistencia no lo atomiza y lo amplifica al mismo tiempo.
El cuerpo es el burro; es tosco, aguanta, puede ser testarudo, es capaz de llevar carga sin quejarse. La mente, por la otra parte, es volátil, está aquí y allá al mismo tiempo, si le diéramos un micro y amplificáramos nuestros pensamientos públicamente, todos pensarían que estamos locos. Sin embargo, somos ambos, lo que siento es fundamento, es esencia, viene de adentro… no sé de dónde, pero nos irrumpe; luego le damos significado, “me molesté porque ella dijo…” o “me encantó ese momento porque sentí una conexión recíproca”.
Pero no sabemos de dónde vienen las ideas que pensamos, ni los sentimientos tampoco; tenemos una vaga idea de que están vinculados con cómo aprendimos a ver la vida desde que nacimos, aderezado por las decisiones que fuimos tomando desde niños. El cuerpo puede ser un camino de discernimiento y descubrimiento de quién soy. Es un sensor muy sofisticado que me avisa de todo cuanto afronto a cada momento. El cerebro humano puede procesar 11 millones de bits de información cada segundo; pero nuestras mentes conscientes pueden manejar sólo 40 a 50 bits de información por segundo.[1] En el cerebro hay 86 billones de neuronas, también en todos los otros órganos de nuestro cuerpo hay neuronas, en el estómago por ejemplo 500 millones y en el corazón unas 40 mil. Nuestro cuerpo reacciona a toda información de manera inmediata, es un gran receptor y transmisor… la pregunta clave es ¿de qué?
La vida mana maravilla y magia, detente y descubre lo que te dice el cuerpo y lo verás.
¿Por qué es importante conocer ese algo interior?
Una respuesta contemporánea puede ser incómoda. Con la revolución industrial y la fundamentación en la ley de derechos y libertades, se han dado las condiciones para que las personas persigan aquello que consideran les puede “dar felicidad”,
Todos los hombres son creados iguales, son dotados por su Creador de ciertos Derechos inalienables, entre estos están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad.
Declaración de Independencia de EUA – 4 de Julio 1776
En los últimos dos siglos se ha “expandido” a todo el globo el Sueño Americano de lograr, por mi esfuerzo y mi inteligencia, una vida plena y abundante. En los últimos años, el ingenio y la innovación nos han llevado a desarrollar una Inteligencia Artificial (IA) que omite en dicha ecuación el importante aspecto de lograr por mi esfuerzo y mi inteligencia y cree que alcanzar esa vida plena y abundante no necesita justificación de cómo lo hago. La IA es el genio en la botella que al frotarla sale y te pregunta: ¿qué desea amo? De repente todo es posible.
Si crees que no habrá un precio a pagar, quizás no has vivido lo suficientemente profundo aún. Se calcula que en un año o menos la IA habrá rebasado un umbral de inteligencia donde no nos permitirá saber la diferencia entre lo que es real o no, en videos, noticias, denuncias, elecciones… saber si la persona con quien conversamos al llamar a atención al cliente es una máquina o una persona. ¿Qué consecuencias tendrá sobre la cultura, la política, la ciencia, la sociedad y la economía la IA?
No estamos preparados para manejar esta tecnología.
El propósito de pensar es dejar que las ideas mueran en lugar de nosotros.
~ Alfred North Whitehead
En toda la historia de la humanidad, discernir entre lo que me ayuda a avanzar y lo que me obstaculiza, es hoy más importante que nunca. Dónde ponemos nuestro esfuerzo, hacia dónde enfocamos nuestra energía, es crucial… la información ya es muy abundante, pero ahora será mucho más confusa. Habrá tanta información, que tu sentido común, poco podrá ayudarte… y seamos claros, la disciplina del pensamiento crítico no es algo ni enseñado en las escuelas, ni está integrado por el 98% de las personas.
¿Por qué el cuerpo?
No es una propuesta hedonista y de auto complacencia con el cuerpo, todo lo contrario, es aprender a reconocer aquellos pensamientos que nos convierten en víctima y nos hacen vulnerables, o conectar con aquellos que nos fortalecen y nos enseñan a enfrentar responsabilidad y asumir compromiso. Para ello el cuerpo es especialmente útil. Lo crucial es aprender a asumir que todo lo que experimento es mío, independientemente de quién lo detonó o el porqué de ello… todos nuestros sentimientos, estados emocionales y experiencias son sólo míos y no debemos buscar ningún causante fuera.
Lo que más necesitamos lo encontraremos donde menos queramos mirar.
~ Carl Jung
El cuerpo es un extraordinario mecanismo de biofeedback (ES: biorretroalimentación), el stress nos avisa que la dirección que estamos siguiendo no es la correcta, las sensaciones de incomodidad emocional nos alertan de que algo está fuera de foco. Por ende, antes de juzgar, reflexiona.
Pregúntale a tu cuerpo, ¿qué es lo que está tratando de decirte?
…y ¡ESCUCHA!
Ten paciencia, como cuando estás con una pequeña que en la cuna empieza a llorar, no te desesperes porque no entiendes qué le pasa. Pausa e inhala profundo. Tomate el tiempo de estar ahí sin otro propósito de captar con quién estas y qué es lo que pasa. Acompáñale, conecta con ella y dile cariñosamente, “estoy aquí para mejorarlo todo, ¿qué pasa preciosa?”
Tu visión se aclarará sólo cuando puedas mirar dentro de tu propio corazón.
Quien mira afuera, sueña; quien mira adentro, despierta.
~ Carl Jung
Cómo manejar tu vida y las dificultades asumiendo responsabilidad de ti mismo, no es diferente de manejar a una bebé llorando en una cuna, la cual puede desesperarte para “encontrar una solución” que la tranquilice. Estás gestionando tu “pequeño interior” o esa parte tuya que llora por no saber cómo mejor echar hacia adelante. Ten paciencia contigo y con la situación, con quién eres y qué está pasado en realidad; si pausas, será evidente.
Hay algo maravilloso dentro de cada ser humano
La religión, la filosofía, la ciencia son disciplinas que han tratado de dar respuesta a una verdad primordial acuñada en nuestro ADN y que es anterior al despertar de nuestra “inteligencia”: la realidad puede ser conocida y, si descubro su matriz, puedo trascender la ilusión de lo que no es y alcanzar mi realización y mi lugar en el mundo.
Pero tienes que enfrentarte a los pequeños tiranos que a veces rebasan y destruyen todo el esfuerzo y sacrificio que realizas; como decía Mefistófeles en Fausto, “deja de hacer el amor a tus miserias, te devoran como buitres”. Se nos va la vida en tener tiempo y no utilizarlo en provecho de descubrir quiénes somos y para qué vinimos a esta vida.
Uno de los mapas para alcanzar eso maravilloso, que está en nosotros, es el cuerpo. Pero no es el único camino, hay tantos caminos para descubrirlo como personas hay en el mundo. Se dice que Buda enseñó más de dos mil formas de meditación, para el que tenía que caminar horas cada día, caminando, para el que era emotivo y emocional, a través de sus emociones… pero sin entusiasmo, sin determinación y disciplina y sin sacrificio no es posible.
La puerta a la sabiduría y luz interior está guardada por un monstruo terrible. Hay todo tipo, monstruos: con siete cabezas, demonios de 300 metros de altura, o una monstrua marina con la cabeza llena de serpientes que te transforma en piedra al sólo verla… opciones para vivir hay billones, pero para vivir con sentido, significado y dar valor a tu vida pasan por enfrentar tu monstruo interior y descubrir el verdadero tesoro que ese monstruo esconde.
¿Tienes valor para comenzar ese camino? Déjate guiar por tu burro, te llevará directo al monstruo. Es ahí donde la Presencia cobra sentido; si has sido paciente contigo, podrás pararte delante del monstruo y, con manos abiertas, aceptarlo. Ahí deja que te destruya… la promesa de la Verdad es que emergerás victorioso de esa muerte, ese no es el final, es el comienzo… serás más humilde y capaz de comenzar a vivir a plenitud.
Próximo martes…
Conectar los Puntos de tu vida te libera de quién crees que eres y te centra en quién puedes llegar a ser.
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