La muerte de abejas alarma
El reino animal está teniendo bajas mortales en masa, como está aconteciendo con las abejas de Brasil, lo que es una alarma de que las bajas siguientes serán los humanos también contaminados por venenos que cada vez más pululan en el medio ambiente… en este caso Rio Grande do Sul. Ya la nefasta quema de bosques amazónicos, que abarcan territorio boliviano y otros, están ardiendo para detrimento de la humanidad por culpa de errores monumentales de fondo económico-político perpetrados inicialmente por los gobiernos que ignoran que cualquier novato terrateniente, en su afán de alcanzar estúpidos objetivos dizque agrarios, no sabe que el bosque no es como una o dos velas que se prenden y se apagan con un soplo. ¡Y qué bosque! En Bolivia al parecer se da ¡a dólar la hectárea!… si se compra 500 hectáreas y solamente a cierto tipo de comprador que tampoco sabe que los fertilizantes a menudo son perniciosos a la flora y fauna que el humano necesita para pervivir.
B. Douglas (Bloomberg News) dice que a comienzos de 2019, como 500 millones de abejas, apis mellifera, mueren en los cuatro estados del sur de Brasil donde un mar de pesticidas se utilizan en la agricultura lo que induce a conjeturar la medida en que estos químicos se infiltran y contaminan los alimentos de la población y su salud a tiempo que el gobierno apunta a utilizar aún más químicos en el campo. Abejas muertas analizadas en laboratorio dan muestras de Fipronil, un insecticida prohibido en la UE, y clasificado como cancerígeno por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU. Según M. Lacorte, de Greenpeace, Brasil, 40% de los pesticidas del país son altamente o extremadamente tóxicos y 32% son prohibidos en la UE. Además, su aprobación se realiza demasiado rápido sin permitir que el escaso personal de controles haga bien su trabajo… lo que significa ceguera ética que favorece la angurria de poder y lucro de unos cuantos empresarios.
Desde que Bolsonaro toma el poder en enero se vende el récord de 290 pesticidas en Brasil o 27% más que el mismo periodo del año pasado. Y el Congreso está tras la venta de aún más pesticidas. Fabricantes brasileños e internacionales como Syngenta, Monsanto, BASF y Sumitomo, et. al., se registran para comercializarlos. De ahí que la ONU diga que el uso de pesticidas en Brasil ha aumentado 770% de 1990 a 2016. El Ministerio de Agricultura dice que Brasil ocupa el puesto 44 en el mundo en uso de pesticidas por hectárea y, como país tropical, es incorrecto comparar su consumo con el de regiones de clima templado. Pero las colmenas silenciosas dicen lo contrario. De acuerdo a C.A. Bastos, Presidente de la Asociación de Apiculturismo del Distrito Federal: “la muerte de abejas es un indicador de que nos estamos envenenando.”
El sector agrícola contribuye un 18% del PIB de Brasil y sus asociados mayores auspician grupos de samba y programas como el escolar “Pequeña AG” et. al. Aportan al Congreso Nacional que propende favorecerlos sobre todo cuando el país exporta menos. Según Reuters, a fines de agosto la economía registra un deficit de Cuenta Corriente no visto en años. Pese a esta pésima noticia y, siguiendo pautas del presidente de EEUU, Bolsonaro está concediendo kms cuadrados de la selva amazónica aunque los incendios están causando problemas nacionales e internacionales. Ha tenido que movilizar el ejército para combatirlos, y por otro lado afronta la queja de la UE y particularmente del presidente de Francia, Emmanuel Macron, por privar al planeta de importantes extensiones del bosque amazónico. Al respecto, en la reciente reunión del G-7 en Biarritz, Bolsonaro, desde Brasilia, no tuvo inconveniente en burlarse de la apariencia de la señora Macron… lo que provocó la reacción del mandatario francés que calificó al brasileño de “triste y malcriado” …expresando a la vez la esperanza de que Brasil pronto tenga un nuevo líder. Luego se avinieron