La guerra, el festín de las Parcas
Pero todo indica que no nos hemos alejado totalmente del garrote. Se ingenió para inventar armamentos con mayor capacidad destructiva. El garrote fue sustituido y superado en letalidad por novedosas armas como lanzas, flechas y sus arcos, espadas; hasta la que junto con la pólvora se abrieron paso las armas de fuego que han evolucionado desde la primitiva pistola de un solo proyectil hasta las que tiene capacidad de múltiples disparos por segundo, así como los rudimentarios cañones hasta cohetes intercontinentales con múltiples ojivas nucleares. Y en esas andamos.
La invasión a Ucrania por el ejército ruso de Vladimir Putin, un individuo más próximo al madrinero Cromañón que a un Jefe de Estado del Siglo XXI, es el retorno a la caverna. Como navegando en una misteriosa máquina del tiempo, piloteada por un sujeto de mirada torva, cargado de odio contra los seres humanos y contra los ucranianos en particular, frustrado al no haberles podido quebrantar la vocación democrática durante su desempeño en la policía política de la Unión Soviética (KGV) y como diligente cumplidor de las directrices emanadas de sus jefes, que desde Moscú ordenaban aplastarlos con sus botas, dejarlos morir de hambre como en el homolodomor de 1930, o segar sus cabezas con la hoz y pulverizarlas con el martillo.
Da la impresión que los gobiernos democráticos no disponen de mecanismos para la respuesta rápida a las agresiones totalitarias. Su naturaleza y la ausencia de un reglamento para esta eventualidad, cobró tiempo mientras se discutía la conveniencia de aceptar a Ucrania en la UE y que formar parte de la OTAN. De no haber sido así, aunque quienes baten ese cobre digan lo contrario, Putin y su ejército hubieran tenido que atascar, porque saben que Occidente dispone de armamento nuclear tanto o más abundante que ellos. Porque son criminales, mas no suicidas. Además, con la guerra expansionista que desataron, han dejado desnudo al oso y mostrado muchas falencias que acentuarían su desventaja si intentaran incursionar por sobre las fronteras los pises de la UE, cuya defensa está encomendada a la OTAN. La Tierra y sus alrededores quedarían pendiendo de un chorro de agua y a eso no se arriesgará ningún contendiente.
Putin imaginó que domar a Ucrania era un paseo como el que le ofrece su ejército en la Plaza Roja. Se equivocó o como dice el pueblo llano “la criada le salió respondona” y los ucranianos, dirigidos por su Presidente, Vlodomir Zelenski, están enfrentado al poderoso ejército ruso ¿antes o todavía rojo? con decisión y arrojo, tanto que el poderoso oso, vencedor en las grandes batallas contra el nazismo libradas en Leningrado hoy San Petersburgo y Stalingrado hoy Volvogrado, está siendo derrotado; porque aun cuando llegare a ocupar todo el territorio ucraniano su triunfo sería pírrico.
Veamos: Si reducimos la desgracia de la guerra a una operación aritmética y sumamos el número de componentes de tropa y su equipamiento, carros de combate, aviones disparando sus ametralladoras y lanzando bombas de ojivas múltiples contra edificaciones industriales, hospitalarias, educativas y a toda la población, durante más de 60 días no ha logrado quebrantar el espíritu patriótico, el arraigo a la tierra donde han morado por milenios, desde cuando llegaron sus antepasados. Sn duda el invasor está derrotado.
En esta guerra de expansión es, como todas, un despropósito humano, emprendida por un Cromañón redivivo ofreciendo un festín a las Parcas.