La extraña decisión del parlamento nicaragüense
En días recientes los medios de comunicación dieron a conocer una, por demás, extraña resolución de la Asamblea Nacional nicaragüense, mediante la cual se permitiría el ingreso a ese país de contingentes de tropas de 10 países para ejercicios de “entrenamiento y acciones humanitarias”.
Entre las naciones autorizadas para desplazar tropas y aereonaves a Nicaragua estarían las cubanas, venezolanas, mexicanas, estadounidenses, salvadoreñas, guatemaltecas, dominicanas, hondureñas y rusas.
Esta peregrina decisión en unas circunstancias tan críticas como las que está atravesando ese país, cuando las fuerzas represivas de Ortega ya han asesinado a más de 200 personas y el pueblo nicaragüense, unido a la Iglesia católica, exige que se realicen elecciones anticipadas, pero sin que en ellas participe la actual pareja presidencial, es una provocación innecesaria.
Qué sentido puede tener una internacionalización del conflicto y, sobre todo, que participen países tan disímiles, algunos de ellos irrelevantes, mientras que otros tienen intereses reales de mantener a los Ortega en el poder.
Las intervenciones militares en cualquier país traen malos recuerdos, pero particularmente cabe recordar lo terrible que fueron las de los alemanes, italianos y rusos en la guerra civil española, en 1936.
La pretendida presencia militar que claman los parlamentarios orteguistas es un sin sentido, más aún cuando el ejército de ese país no ha querido participar en la represión de las protestas populares.
Además de ocurrir, lo que no parecería probable, sería un nefasto precedente para la región porque pudiera encender una mecha que nadie sensato desea que ocurra.
Se nota con esta absurda resolución, que la nave de Ortega está haciendo aguas por todos los costados.