¡La estratégica legitimación electoral!
Era evidente que el venezolano inteligente entendería lo que desde hace tiempo se viene pronosticando sobre el futuro democrático de Venezuela, a pesar del acendrado pesimismo que se apoderó del luchador incansable por reconquistar el poder de manos del chavismo, nos complace que nuestra voz, tal vez en tiempo tardío pero no impreciso, se escuchara con la vehemencia que hoy se vocifera en todas las esferas antes perturbadas por el mediático pesimismo.
Quedaron atrás, varias, ya prosaicas expresiones como ¡Chávez vive! y/o “socialismo del siglo XXI”, que fueron, más que cantos, encantos de dinosaurios políticos forjados en el crisol de la estúpida forja del desencanto militarista, esa brosa que sin mucho esfuerzo floreció por la insistente anti política de fin de siglo, aupada por una gran parte de los políticos que insurgieron contra lo que llamaron “la decadente democracia del ‘bipartidismo adeco-copeyano’”. Sin embargo, no hubiera sido grave, si no hubiera ocurrido el encanto del liderazgo, que aupó o permitió el auge y embeleco del chavismo.
Pero como bien dice el refrán, “a lo hecho pecho”, y no miremos hacia atrás, por la “salinidad de la mujer de Lot”, ya que en esta línea de pensamiento, hemos leído hoy un artículo escrito por Tulio Hernández intitulado “Tuiteros del infortunio”, del que tomo algunos párrafos de su pensar, cuando dice: “…La pregunta que me hago es directa; sin eufemismos. ¿Por qué ese grupo numeroso de opinadores de Twitter, que metabolizan sus días quejándose de la MUD y de sus líderes partidistas, no crean una tolda aparte? ¿Por qué tantos de ellos que viven …echados en el chinchorro de las redes sociales, no salen a patear calle, barrios, país y se dedican a construir organizaciones políticas alternativas…estos señores, que no tienen ni idea de cómo y cuántos los retuitean las redes sociales del chavismo, ni de cuánta agua llevan al molino de la desesperanza que regula el G2, no dejan de hacer política parasitaria de opinión y se dedican…a explicarnos y conducirnos por el camino que ellos anuncian es el correcto?…”
Y es que no acabamos de entender cuál es la posición esperada por estos pensadores y de muchos más, que no solamente luchan con el Twitter, sino otros que usan el teclado para el pronóstico siempre pesimistas sobre el cambio, sembrando odio y desesperanza. Como dice el comentado Hernández, “…Si ellos saben que el diálogo es malo, las negociaciones también, las condenas internacionales insuficientes, la participación en elecciones peor aún, ¿por qué no nos dibujan el plan correcto y, como ciudadanos responsables de la nación, nos ayudan a ejecutarlo?…”. Nosotros sabemos, que todo es “buche y pluma” como dice el refrán, pero nos agobia el pensar, que a estos se suman líderes opositores dentro y fuera del país, quienes no solo avalan estas temeridades, sino que las promueven sin cesar, sin que den su brazo a torcer a pesar de la realidad que está a la vista.
Es el caso de los procesos electorales, donde en los últimos tres pasados se promovió la abstención como castigo opositor, aunque todos sabemos que fue la pérfida estrategia aplicada por varios o muchos partidos opositores para vengarse de los más poderosos que no los incluyeron en sus nóminas electorales, y al no estar de acuerdo con los candidatos, prefirieron no votar y promover el rechazo al voto. Hoy, con euforia, sentimos que esta estrategia va cambiando y ojalá que cambie para bien, como lo percibimos, cuando pareciera que se quiere desechar la negatividad electoral, con la certeza ya demostrada de que si se vota se gana.
Antes dijimos, que no podíamos imaginarnos el futuro venezolano, cuando los regentes del ideario insepulto insistían en el diálogo entre factores opuestos a muerte, sin reconocer, no solo su fracaso, sino que querían imponernos el Poder, obviando lo fundamental, el Estado democrático, social de Derecho y de Justicia consagrado por la Constitución, que implica la división de los poderes, el imperio de la Constitución y las leyes como expresión de la soberanía popular, la sujeción de los Poderes Públicos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico, y la garantía procesal efectiva de los derechos humanos y de las libertades públicas, que requieren la existencia de órganos caracterizados por su independencia, con potestad que les permita ejecutar y aplicar imparcialmente las normas expresadas por la voluntad popular. Hoy, se ha percibido el cambio, ya el chavismo no existe como poder, aunque perdure en el sector militar el ¡Chávez Vive!, pero lamentablemente, los líderes de la Oposición siguen desarmados, sin brújula y sin orientación, promoviendo la abstención como fórmula para el cambio, mientras tanto, el régimen persevera siguiéndole la corriente y dejándola fuera de base y sin estrategia.
Bajo esta percepción, recordamos lo dicho anteriormente, “… la intelectualidad venezolana, que marcó y marca pautas en el mundo por su intelecto y preparación científica y académica; dormida en sus laureles, también durmió en la fantasía y despertó dispersa por el mundo, creyendo que en todas las latitudes hay “eternas primaveras”; así se dedicaron a conformar la nueva política venezolana, excluyente de todo lo que sonara o supiera a chavismo, olvidando que todos somos los mismos venezolanos, buenos y malos, adecos y copeyanos, caraquistas y magallaneros, que al comenzar la nueva Venezuela que se está forjando, conviviremos todos para bien, dejando de lado las caricias al maligno gobierno que se apoderó de la mente del pueblo creyente, y aunque sabio, también demostró que se equivoca. Al final, todos estaremos dispuestos a promover el cambio político venezolano; ese cambio que ya se avizora con la legitimación del proceso electoral y el inicio eufórico de los procesos del 2023, 2024 y 2025.
@Enriqueprietos