La crisis del madurismo
A la crisis política del madurismo generada por las políticas equivocadas que han arruinado la economía del país, se le suman las contradicciones de los herederos del Comandante extinto, que han provocado, no sólo protestas de amplios sectores de sociedad civil y de la oposición en general, sino también la crítica de centenares o miles de militantes del chavismo contra Nicolás Maduro que ya no lo oyen con la fe de los incondicionales de otros tiempos, cuando los arengaba Hugo Chávez y creían en la infalibilidad de su palabra y en el cumplimiento de sus promesas.
Los candidatos a la Asamblea Constituyente cubana fueron escogidos a dedo entre los llamados jefes de brigadas chavistas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y luego los hicieron del conocimiento de los militantes de esa organización política para que depositaran su voto en las urnas correspondientes. Esa denuncia ha provocado la rebelión de algunos que se habían ganado el respaldo de sus compañeros de la base y fueron descartados por Maduro y sus asesores.
La crisis se agrava por la organización y cuestionamiento de dirigentes agrupados en la Marea Socialista y de varios ex –ministros, quienes también, hasta ahora, han sido subestimados y agredidos por los herederos del difunto Comandante en Jefe.
Y aunque es posible que las intimidaciones o enjuiciamientos de algunos funcionarios públicos que no se sometan a los dictados de los nuevos gobernantes, contribuya a callar algunas voces, los sin tierras, sin viviendas, sin empleo, con hambre y sin medicinas, acostumbrados a las amenazas del hampa todos los días, a quienes se les ha dicho que el socialismo es para todos, que tienen derecho a participar y a ser protagonistas de la historia, después de casi 18 años de oír mentiras, se mantienen protestando en las calles y posiblemente no volverán a votar por Maduro candidato a la Presidencia de la República, con la finalidad de perpetuarse en el poder.
Todo indica que estamos en presencia de una crisis política que se origina en las contradicciones de una prédica socialista y una práctica capitalista de Estado, que ha mantenido engañados a miles de venezolanos a quienes no se les han solucionado sus problemas económicos y sociales, pero que ven muy de cerca cómo muchos de los jerarcas del gobierno, que Chávez llamaba pata en el suelo, se enriquecen de la noche a la mañana. El verbo hipnotizador de los herederos del Presidente no existe e incluso su voluntad de hacer algo por su pueblo, se ha estrellado, después de 18 años de gobierno, contra una realidad económica y social que no admite políticas equivocadas que ya fracasaron en otros regímenes totalitarios o de simple tendencia autocrática.
La hiperinflación y la negativa al pueblo del ejercicio de los derechos que la Constitución del 99 les otorga, la crisis política no podrá ser contenida con las dádivas miserables y devaluadas, que crean las colas desesperantes para conseguir comida y medicinas, un drama incontenible que ha llevado a la muerte a centenares y miles de venezolanos
La mayoría de sus políticas, las más importantes, anunciadas en las últimas cadenas de radio y TV por Maduro o sus ministros, al ser tomadas sin consultar y menos discutir con su “Estado Mayor” militar y político, ha profundizado seriamente la crisis del madurismo, lo que constituye un rotundo fracaso del personalismo, del autoritarismo, también por obsoleto y antihistórico, que lo conducirá a una segura derrota en las elecciones presidenciales, si la oposición en su mayoría se presenta con un candidato unitario.