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¡José Vicente ayer!

Hemos seguido con interés los avatares políticos desarrollados en la Venezuela pujante, desde reiniciado el sistema democrático el 23 de enero de 1958, luego de los amargos sinsabores del “gomecismo” y sus secuelas de mediados del siglo XX. Toda una tradición dictatorial, que creíamos muerta con los movimientos del 45, 48 y 52. Una tortura militarista, que creímos alejada, confiando en demócratas de entonces, entre ellos, José Vicente Rangel, periodista que conocimos en momentos políticos, cuando nos la jugamos para deslastrar a la patria de los ataques de los caribeños mercaderes de la muerte: Fidel y El “Che”, de quien hoy debemos rememorar algunos actos de su vida, considerando que quien actúa en política nacional, hace historia.

Pero, como en las historias de traición y terror, apreciamos a José Vicente imbuido en capítulos escatológicos de la maldad “revolucionaria”, mientras nosotros buscábamos el freno con el “ni un paso atrás”.

En una oportunidad recapitulamos para ver al salvador del también difunto Chávez, y así vimos a José Vicente Rangel Vale, quien en su régimen fuera vicepresidente, canciller, MD; y el más férreo estratega de la política y la cabeza más visible del 11 de Abril. Bien lo recordamos, los defensores de los generales sometidos al antejuicio de merito acusados de rebelión militar. Si, reconocemos a José Vicente, nos enteramos y seguimos de cerca su actuación política, porque desde siempre estuvo involucrada en ella, para bien o para mal.

José Vicente nació en Caracas, el 10 de julio de 1929, estudió en Barquisimeto, comenzando la carrera de Derecho en la Universidad de los Andes, continuó sus estudios en la Universidad Central de Venezuela, pero fue arrestado por sus actividades políticas y expulsado del país  se asiló en Chile donde prosiguió sus estudios Derecho y después en España, en la Universidad de Salamanca, donde acabó graduándose en la Universidad Santiago de Compostela.

Comenzó su actividad política a los 16 años, en Unión Republicana Democrática (URD), identificándose con su oposición activa al golpe militar que derrocó al presidente Rómulo Gallegos en 1948. En 1958 regresó a Venezuela después de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y fue elegido diputado en el Congreso durante cinco legislaturas consecutivas, en representación de los partidos de izquierda Movimiento al Socialismo (MAS), Partido Comunista de Venezuela (PCV) y Movimiento Electoral del Pueblo (MEP). 

Se presentó tres veces, sin éxito, como candidato a presidente de la República en las elecciones efectuadas en 1973, 1978 (ambas por el partido MAS) y 1983 (por el MEP, PCV, entre otras organizaciones). Junto con su actividad política también ejerció la abogacía.

En la década de los noventa ejerció el periodismo en espacios radiales, televisivos e impresos hasta que fue llamado a integrar el Gabinete del primer Gobierno del presidente Hugo Chávez a partir de febrero de 1999.

En 2001 pasó a dirigir el Ministerio de la Defensa y se convirtió en el primer civil en ejercer ese cargo en Venezuela, hasta mayo de 2002, cuando fue nombrado vicepresidente de la República, en sustitución de Diosdado Cabello. Durante el golpe de Estado de abril de 2002, fue figuran fulgurante en defensa del presidente defenestrado y repuesto dos días después.

El 8 de enero de 2007 dejó la vicepresidencia del país y recibió una réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar como reconocimiento a sus cincos años en esa responsabilidad. En marzo de ese año retomó su programa televisivo «José Vicente Hoy» y su primer invitado fue el propio Hugo Chávez.

Rangel fue dos veces ganador del Premio Nacional de Periodismo de Venezuela.

Sin quitarle el mérito a su campaña y proceder político desde siempre, fuimos críticos acérrimos de su proceder, luego de su incorporación al chavismo, ya que no podíamos entender su procacidad, aunque si entendíamos que actuaba como un verdadero cínico. Por ello, en una oportunidad le preguntamos: “¿Cuáles fueron ‘los tensos momentos vividos durante el domingo 14 de abril’, que ameritaban ‘reaccionar’ con responsabilidad? ¿Es que acaso ‘el clima de polarización en el cual vivimos los venezolanos’, no es culpa de la insidiosa política que ustedes irresponsablemente le hicieron creer a Chávez, que era una virtuosa ‘revolución’?

Entonces le dijimos: “No José Vicente, tu formas parte del factor político y social, que desde hace 14 años se ha valido del ventajismo, la trácala y la perversión, que tan buenos resultados les dio, y esa ‘realidad insoslayable, redonda, contundente, que sería necio negar’, forma parte de la sociedad venezolana dividida, que ustedes lograron conformar a fuerza de mentiras y engaños. ¿Es que acaso la muerte de Franklin Brito, el injusto e ilegal encarcelamiento de los comisarios y de la jueza Afiuni, y la huida y exilio de muchos venezolanos, ante el miedo a las viles acciones policiales del “chavismo” no forman parte de la malignidad de tu asesorado y protegido Hugo Chávez? Es cierto, ‘el carácter de nuestro pueblo’, pero con énfasis en la Oposición, no ha permitido que la sangre llegue al río, y ahora, ante la derrota y muerte del ‘chavismo’ y de la ‘revolución bolivariana’, el futuro pareciera trágico.

Ya no existe el escudo ‘necio’ de quien se creyó divinizado y permitió que ustedes hicieran y deshicieran del país sin límites. Es verdad que los muertos no responden por sus hechuras, pero no cargan con los juicios de quienes lo auparon y ayudaron en sus desmanes. No es la historia quien los juzgará, son sus propios engañados, que hoy ven frustradas las aspiraciones que ustedes les crearon, usándolos como marionetas vivientes.”

En ese momento, completamos el exordio al hoy difunto José Vicente Rangel así: “Amigo y amigos, se acabó el ‘por ahora’, y harías un buen trabajo de expiación, si lograras decirle a este ‘hijo de Chávez’, que la situación ‘bonita’ pasó y que ‘hay un nuevo camino’. La engañifa del ‘socialismo del siglo XXI’ no tiene vida, aunque coreen ‘Chávez vive y la lucha sigue’. Solo Cristo resucitó, como redentor por todos nosotros”.

Hoy decimos como cristiano y con fe católica: ¡José Vicente descansa en paz, solo Dios perdona!

@Enriqueprietos

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