Inhabilitación misógina
Por su improcedencia, mediocridad, desvaríos y artilugios sobre ciertas decisiones y/o fallos de trascendencia, tal y como lo es el caso que nos ocupa sobre la inhabilitación ratificada tan servilmente a la lideresa de oposición María Corina Machado Parisca, pareciera una actitud de sujetos que sufren algún síndrome de disfunción hormonal, ostensible por sus actitudes abyectas en ejecución de órdenes ilegítimas, proverbiales sobremanera, basadas en temas paranoicos; como por ejemplo, los de presuntas conspiraciones y magnicidio, muletillas utilizadas como una huida hacia adelante por elusión de realidades políticas que ya, por lo obvio de la situación en los personeros del régimen les es casi difícil solapar; sobre todo, ante la opinión pública internacional que no obsta en sus críticas y objeciones por la ineficacia notoria de su líder en jefe, Nicolás Maduro Moros, quien pretende una autorreeleción. Y, así, proseguir en la expoliación del Poder Ejecutivo, y sin reparo alguno de una demanda potencial por sus desafueros en función de un plan dizque revolucionario sobre la doctrina retardatoria de un socialismo/comunismo en declive desde muchísimo antes de la Perestroika, en lo que insiste tercamente sin miramientos ni resquemor alguno, en medio de una sociedad bajo situación de pobreza extrema, en poco más de un 20 por ciento; comunidad a la que oprime, criminaliza e intimida mediante acoso policial hacia sus desafectos; líderes opositores fundamentalmente, gente desconcertada en progresión gradual, clara y objetivamente, a inquirir judicialmente, tal el caso de la lideresa de coalición opositora en referencia, quien aun así, confía en su ascenso al poder, y se aferra a los principios democráticos de una participación electoral.
Más aún, según Panam Post, en Barbados se firmó la habilitación de “todo candidato a la presidencia”.