Inestabilidad cambiaria
Hasta agosto del año actual el BCV había inyectado o intervenido con un monto cercano a unos USD3130 millones; casi alrededor de un 19 por ciento superior al del año anterior por el mismo lapso, la brecha cambiaria durante este año, se había reducido a poco más de un 16 por ciento, hecho que se hizo notorio por una desaceleración relativa de la inflación o carestía, en virtud de lo cual, dicho ente continuó con su política de arbitraje regular. No obstante, por no haberse mantenido tal mecanismo, sino que por el contrario, se redujo, aunque las reservas internacionales han aumentado desde entonces, en una magnitud cercana a un 4,5 por ciento, la brecha cambiaria ha venido retomando una diferencia algo considerable cuando para el 28/11 alcanzaba cerca de un 27 por ciento adicional, en relación con la tasa oficial de unos Bs 46,86/US$; incremento intradiario equivalente a casi un 0,23 por ciento, lo que revela la necesidad de una venta masiva de la divisa estadounidense a objeto de poder refrenarse realmente, el proceso inflacionario y, así evitar la opción del dólar paralelo o negro, alternativa que distorsiona o perturba la dinámica del mercado interno puesto que además propicia al contrabando de algunos rubros. Principalmente, los agropecuarios, básicos en nuestra dieta. Quizá podía eludirse un cierre de año con una tasa de un 24 por ciento de inflación –dos dígitos mensuales- e inflación acumulada superior a un 60 por ciento, o con una tasa oficial sobre los Bs 60,00/US$, según se estima, aun cuando en virtud de los resultados electorales del 28-J nos hallamos entre una crisis sociopolítica, que por su impacto, ha sido objeto de consideraciones internacionales. Y, no de “injerencias”, tal y como pretende hacer ver el régimen.
A todo este desajuste habría que considerar el congelamiento de un salario mínimo desde 4/2022, cuando se fijó en Bs 130,00.-
Por su parte, el FMI asevera que todo apunta a que la economía venezolana crecería durante 2024 en casi un cuatro por ciento, que la ubicaría por encima del promedio de la región, en un dos por ciento y del crecimiento de Colombia. De cualquier modo, el organismo advierte que las sanciones de EEUU podrían afectar su crecimiento. Asimismo, Venezuela mantendría su crecimiento y que para 2025 su PIB se expandiría en cerca de un tres por ciento. No obstante, el organismo sostiene ue esas proyecciones están rodeadas de mucha incertidumbre en virtud de las sanciones que EEUU le ha impuesto.