Incivilidad y resquemores
Quizá a causa del resentimiento por el desafío público de la oposición que lidera el presidente encargado Juan Guaidó ofuscó a NM, por lo notorio y demostrado desde el 5-E, cuando se pretendió impedirle la instalación de la AN para el período 2020-2021 y Guaidó tuvo que saltar por una de las barandas hacia el interior del recinto del Palacio Federal, por tratarse de una disposición constitucional ineludible; asimismo, el régimen, lerdo y confundido, truncó el ingreso de la CIDH mediante la prohibición del ingreso a territorio venezolano de la aeronave de una aerolínea comercial latinoamericana (COPA), que trasladaría a los miembros de dicha Comisión a Maiquetía, aunque un vocero del oficialismo había garantizado, mediocremente, su ingreso al país; sin embargo, prevaleció el rechazo del Ejecutivo, lo cual indica una ausencia total de ética y desconocimiento del Derecho Internacional Humanitario (DIH) con normas previstas sobre tratamiento hasta para los casos de prisioneros de guerra. Pero, la obcecación e incapacidad a veces consigue evadir su culpabilidad y frustración mediante acciones (muletillas) cobardes y de huida, tal y como la que se experimentó mediante la negativa de ingreso al país de esos expertos, quienes solo buscarían pruebas evidentes sobre violación real de los DDHH, ya observados por la sra Michelle Bachelet durante si visita a Caracas en 5/2019, cuando constató tales violaciones y hasta fue recibida por NM.
Tal negativa, quizá por temor al reforzamiento de las sanciones, implica una aceptación tácita de que en Venezuela sí se violan, ineludiblemente, los DDHH y que Maduro es quien ordena tal desafuero condenable por su naturaleza criminal sobre el derecho a la vida, garantizado, a letra muerta, en la CRBV.
Resultó muy propicia la fecha como para conmemorar el 28º aniversario de la muerte del sistema democrático e instauración de un autoritarismo militar castrocomunista.