Implosión en Julio o Explosión en Agosto
En el mes de Julio aparece irreversible el desplome del Gobierno y con este, su fin inexorable. La «bola de nieve» de la incapacidad unida a la radicalización de la represión que avanzó y se agravó durante el mes de junio, aumento la fractura de sectores de un Gobierno rechazado por la población mayoritaria; abandonado por sus ex aliados; aislado internacionalmente y colapsado en su Gobernabilidad económica, social y ética, mientras que Presidente Maduro y sus principales aliados del Gobierno y del PSUV han dejado de lado sus obligaciones de conducir los problemas del país para aferrarse al poder cueste lo que cueste.
En su primera presentación ante el Cuerpo Diplomático -en la que amenazó a todos los Embajadores demócratas presentes- el recién designado Canciller Samuel Moncada demuestra lo acertado que estuvo el Embajador Marcos Bezerra Galvao, Director General del Itamaraty en la reciente Asamblea General de la OEA en la que lo increpó directamente al afirmar: “Usted no solo perdió el sentido de la realidad, sino también el sentido del ridículo». Lo grave es que no se trata solo del anti-diplomático Moncada que agrava los pasos de su predecesora Rodríguez (que parecía imposible) sino que además es el Gobierno que perdió el “sentido del ridículo” y de sus responsabilidades.
Vivimos episodios en los que la realidad supera los filmes de política ficción más desastrosos: Un Maduro, que en cadena nacional advierte que si no logra con los votos imponer su «revolución», el chavismo combatirá con las armas. Poco después de hacer ese llamado conflictivo, una horda de oficialistas rodearon la Asamblea Nacional para acosar durante horas al parlamento, mientras que en vez de dar respuesta, el Coronel Lugo, cuya función como Responsable de la Guardia Nacional en el Parlamento es la de proteger al Poder Legislativo, no solo no hizo nada ante los agresores fuera del Palacio Legislativo, sino que reprimió a tres diputadas, y cuando el Presidente de la Asamblea Nacional Julio Borges fue a reclamarle su actuación, fue insultado y empujado, con el aplauso del Presidente Maduro,además de condecorarlo.
Esa misma noche, varios lugares de la capital estuvieron rodeados de tanques (especialmente frente a Miraflores), pretendiendo con ello, crear un clima de amenazas a una población -valiente y desesperada- que sale a protestar cada día, sin amedrentarse ante la masacre de un centenar de muertos y millares de detenidos ante la increíble crisis que ha hecho a uno de los países más ricos de América Latina fuera convertido en un país de mendigos. Los manifestantes siguen saliendo a las calle por más de 90 días de una Primavera Venezolana contra el régimen de Maduro y sus nefatos resultados.
Mientras la comunidad internacional suma esfuerzos para combatir al terrorismo internacional (terrorismo en el que participan algunos aliados del Gobierno como el Hamas y el Hizbola) el Canciller Moncada acompañado por el Ministro del Interior y por el Presidente del TSJ insultaba a diplomáticos y periodistas por no denunciar el supuesto “terrorismo” que existe en Venezuela, minimizando la gravedad de lo que significa el terrorismo real, cuando lo que se trato, es de un helicóptero en el que un piloto de la CICPC sobrevoló la ciudad con un rotulo en el que destaca la palabra: Libertad y exigía aplicación del artículo 350 (desobediencia civil) sin producir un solo herido, ante la incapacidad de las autoridades civiles y militares de impedir el vuelo. Ello se repite utilizando la increíble tesis del “negacionismo” al Holocausto, cuando el Presidente señala que los cacerolazos que se hacen en el exterior contra los familiares de funcionarios corruptos, hace a los chavistas victimas ya que son “los Judios del Siglo XXI” minimizando los millones de judíos asesinados por el nazismo.
El desmoronamiento de las instituciones es el plan ya anunciado para la Constituyente: disolución inmediata de la Asamblea Nacional; destitución de la Fiscal General de la Republica; eliminación de Gobernaciones y Alcaldías. Pero la desesperación hace que aun violando la actual Constitución, que es la única garantía para frenar la locura oficialista, hacen uso anticipado de tretas de mala fe como las del diputado oficialista Pedro Carreño que se dirige al sumiso TSJ para exigir que se tilde de insania mental a la Fiscal General de la República por oponerse a respaldar la Constituyente (al mejor estilo de los Gulag de la URSS) Pero esta atrocidad produjo el efecto contrario, ya que Chavistas honestos y opositores de la MUD han marchado de manera multitudinaria para expresarle su solidaridad a la Fiscal Ortega Diaz. Los ataques nerviosos se dan contra todo el que disienta del régimen incluyendo a ex aliados de Chavez, como el General Rodríguez Torres, ex Ministro del Interior, a quien por criticar la Constituyente lo tildan de «agente de la CIA». Este, en respuesta ofrece que presentara videos que demuestran la complicidad de altos funcionarios con el narcotráfico, incluyendo al Vicepresidente Tarek El Aissami.
A pesar del inmenso rechazo nacional, el oficialismo sigue con su propuesta inconstitucional de realizar una «Constituyente» al estilo de Cuba, atizando representantes «corporativos» como en la época de Mussolini y de Stalin, con la diferencia de que los futuros “diputados” son candidatos incondicionales de Maduro designados «a dedo» para aplastar a los opositores, utilizando de manera descarada el abuso del nepotismo al incluirse en la lista monocolor a la esposa e hijo de Maduro, miembros de la familia de Chávez, y a los más duros entre los incondicionales
La irresponsable actitud del Gobierno al llevar el país a la anarquía, unido al hambre y a la desesperación, ha llevado a una grave situación: la aparición cada vez mas frecuente en ciudades del interior en las que se multiplican saqueos, con la complicidad por omisión (o inclusive con la participación) de miembros de la Guardia Nacional, que recuerdan al Caracazo de 1989, pero repetido de Norte a Sur y de Este a Oeste, ante la mirada pasiva de las autoridades militares y policiales
Los escenarios para una solución pacífica, negociada y de buena fe se van reduciendo. La única solución para el mes de Julio es que se dé la implosión del régimen con la firma del Acuerdo Nacional de todos los sectores del país. Si no, lamentablemente el otro escenario si prospera la fraudulenta Constituyente, es la explosión, que sería grave para todos, pero necesaria para salir de la actual pesadilla.