Hay salidas si se busca el camino
A los desesperados, a los escépticos y a los estíticos.
Razones todas hay para la desesperación, el escepticismo, el nihilismo. Aquí y más allá surgen cada vez más y mayores conflictos, indescifrables crisis, caos, catástrofes como si fueran inherentes a la naturaleza del ser humano, al ser. Los hechos de la naturaleza tienen, los más, explicaciones causales, otros, “gobernados” por el azar, es decir, modos para los cuales aún no son satisfactorias las leyes científicas mediante las cuales se ha demostrado y previsto el “comportamiento” de la naturaleza; en cambio, en los humanos la cosa es más compleja, porque es el hombre el único que crea su propia destrucción, contra sí se hacen guerras, se programa el daño al otro, a todos los niveles, la infidelidad, la traición, el odio, el engaño, el asesinato incluido, las brujerías, se generan crisis económicas, sociales, éticas, morales, genocidios en masa, fratricidios, y muchas más, hasta el suicidio, que más cualquier otro, se programa. La naturaleza sufre por acción humana contra ella y contra el Hombre mismo. Esta acción de los hombres siempre ha sido en beneficio del capital, un eufemismo útil para esconder la hegemonía (el Poder) real del hombre contra el hombre, proceso de grave destrucción que amenaza tener las peores consecuencias que las dejadas por las glaciaciones, el deshielo, los tsunamis, terremotos, en fin, las catástrofes. La política, que es la acción humana sobre la cual se sustenta la vida de la sociedad, las relaciones de poder, la economía, sociales, se ha convertido en una combinación de barro y excretas, en donde la verdad no tiene espacio y la razón reduce su universo a los ardides para la manipulación.
Nadie, nadie ha podido explicarse este modo de hacerse y ser la conducta humana. Qué lo hace ser soberbio, avaro, lujurioso, hipócrita, traidor, mercenario, en fin mentiroso, y la mentira es el más ruin, aberrante de todos los pecados, porque se concibe y desarrolla, se ejecuta con un fin perverso, tal es engañar, someter, pervertir al receptor, en una palabra la mentira es enemigo público o soterrado de la verdad, de la ética. El mentiroso por “razón”, por manipulación, o por megalomanía, siempre para su beneficio, es dueño casi omnímodo de los pecados capitales, como quien dice, y poco nos han ayudado a corregirlos los mandamientos judeocristianos y tampoco las normas, mandamientos, dogmas de otras religiones, culturas, sectas, que no se han zafado de estos y otros males. Nadie, pues, con buenas pruebas ha podido determinar qué mueve a quien ama y se entrega y se mantiene pese a recibir desprecios, vejámenes, agravios y resulta una aberración que un ser bueno ame a un gánster a sabiendas de sus “cualidades”. Y, nada fácil es descubrir qué motiva e impulse a todo un pueblo o mayorías de él, a adorar a seres como Hitler, Fidel, Perón, Chávez… No es sencillo entender como damas honorables justifiquen los desmanes de su amante y culpen a “las mujeres” de seducción, perversión y de ese modo, justificar las fechorías de su amado, por tanto es la mujer quien induce al varón a pecar. El hombre es, pues, la victima… desde Eva, la mujer es responsable del mentirle a Dios, de buscar aliados para engañarlo, justificándose al endosar su responsabilidad a otro y Adán, haciéndose el inocente, mintió hasta provocar el castigo, la muerte, que para calmar su ira, impuso Dios. Que yo sepa tampoco nadie sabe qué realmente impulsó a Eva a pecar, pensemos por hipótesis buena y a todo riesgo, que Eva hizo todo eso para “ser como dioses” a través del conocimiento, pero, huelga decir, ser como dioses, mas que ser dioses es tener el poder de los dioses, acrecentarlo y hacer todo lo posible e imposible para jamás perderlo. Y claro, además de eso, su libido avivaba sus ganas.
Si cuanto se ha dicho es cierto, para lo cual abra el tiempo de la historia consumida y consumada y verificará usted mismo la verdad de lo dicho, pero, tampoco nadie puede dar razones, de verdad buenas, que demuestren el porqué de entre los humanos hay quienes a todo riesgo se han opuesto a este modo de ser, de hacer y hacerse el poder del modo pincelado arriba…La lucha por la verdad y el bien la hace el hombre, la lucha contra el poder y el mal lo hace el hombre. La lucha por la libertad la hace el hombre. Las acciones todas para destruirla e imponerse por la fuerza las hace el hombre. Quiero decir, un conjunto de hombres contra otros hombres. La ética, el arte y el conocimiento son creaciones del hombre, son, además, de lo que en sí mismos son, lo único que realmente tiene el hombre para vencer los desmanes del poder, así como la violencia, el crimen, el terrorismo, son algunas de expresiones del poder bien para hacerse a él bien para mantenerse en él. La lucha entre los hombres existe por necesidad, la libertad es condición necesaria para la felicidad, y la felicidad es la meta ética para toda la humanidad. El poder, su opuesto, tiene, también por necesidad, que refugiarse en el asalto a la razón y el uso del terror. Estaríamos de acuerdo en esto, y quizá algún buen lector agregue que la verdad y la mentira viven juntas en el mismo ser y se imponen según decide cada quien. Según cada quien llega a ser y es. El Poder es el espacio de la mentira, la libertad es el reino de la verdad.
Masoquistas, sádicos, sadomasoquistas gritarán desde sus laboratorios librescos los psicoanalistas, otros señores sobrios hablarán sabios desde la psicología positiva, como si fuese posible su existencia, de la bondad humana y no falta quienes desde sus religiones o sus sectas explican todo esto. Nada se mueve sin la voluntad de dios, dice el fundamentalista, es falso señala el del frente, de ser así dios es responsable del bien y del mal, de las catástrofes y de todos los desastres. Dios no se mete en esto ni en nada. Para salir de esta teosófica discusión, sencillamente volvamos al hombre. Y entonces, la pregunta es sencilla por qué el hombre actúa de ese modo? De momento no intento responder lo imposible, saber por qué somos así; pero, advertimos que podemos decir, sin error, que es falsa la afirmación que el hombre nace bueno y que la sociedad lo corrompe en el camino. La verdad es que el ser humano se ha hacho Humano, gracias a las conquistas de la ciencia que le permite conocerse y del arte que le permite hacerse reconociéndose. El arte hace humano al hombre, la ciencia le permite conocerse.
Nosotros no podemos escaparnos a este conflicto que como especie nos es inherente. Tampoco podemos desconocer el modus operandi de hacer política tal como está, que desde hace ya años se identifica como Realpolitik. El gobierno, el presidente, el PSUV, la MUD, Leopoldo, María Corina, Ledesma, Ramírez, etc. y usted, sabemos todos que el régimen fracasó. Que no tiene salidas si se mantiene aferrado por una decisión política que está por encima de la verdad y determina todo conjunto de acciones que conforman la red de la sociedad y las garras del poder. Y la verdad política de la humanidad, lo reitero, es superar el conflicto entre libertad y sumisión. Y este régimen es contrario a la razón y a la verdad. El régimen es unidimensional, carente de teoría cuyo vacío se llena con la santería, la idolatría y deificación de Chávez. El régimen todo, todo el PSUV sabe que esta es la verdad, pero se aferran a su falsa consciencia y hacen de la mentira su verdad. De esto el régimen y todos sus adláteres, secuaces, tiene plena consciencia de para qué sirve la creación de esa falsa conciencia que cultivan entre las masas y saben hacerlo eficazmente, mediante el empleo del terror y el aceleramiento de la depauperación y la ignorancia para lograr la “mas alta felicidad al pueblo” a través de la sumisión. La esclavitud como libertad.
La MUD y muchos más, pero ella sobre todos, está también enredada. Si bien tiene pleno conocimiento de la falsedad del régimen, presumo que de su carácter dictatorial también, no ha podido hacer consciente a la mayoría de esta verdad. Al principio no se tenía claridad de la ligazón e identidad de Chávez con la gente que, para entendernos, llamo los de abajo, pueblo llano. Ligazón en la cual no sólo estaba el protagonismo de Chávez, sino y probablemente con mayor importancia, la torpeza política del poder económico, de los medios, de las hegemonías inmediatas a Chávez que creyeron, por una parte, superar la crisis anterior por vía estrictamente política según su propio ejercicio del poder que perdieron, y su otro error, haber creído posible manipular a Chávez, vale decir, repartirse el poder. Reeditar la Realpolitik. La MUD tiene que separar ese mal de origen. Muchos de sus integrantes se platearon salir del chavismo para ellos volver. Otros, mas “románticos” se imaginaron que era posible salir del chavismo por la inmensa incapacidad el régimen y, finalmente, unos quizá mas ilusos, se plantearon que la prédica por recuperar la democracia por al democracia, vale decir mas que realidad histórica como magia y mito, que ello tiene algún componente piscológico en las mayorías del pueblo que haría sencillo unir al antichavismo-democrático para salir del chavismo –autoritario, y convertirse en mayorías electorales. La magnitud de esos errores la pagamos.
La MUD y todos los demás mudos o hablantes estamos obligados a desnudar la democracia. A no hacer trampas para engañar en nombre de ella “sobrevenida” en virginidad, en santidad, en absoluto. Que somos los hombres los pecadores. Juego perverso este para garantizarse cuotas de poder. La MUD y todos los demás, estamos obligados a decir y explicar a la gente que la democracia, de aquí en adelante para nosotros, tiene que superar, enterrar bien hondo, las hegemonías internas, los cogollos, las autoridades vitalicias, para sustituirlo por un modelo transparente donde para ser electo la capacidad y la honestidad, la idoneidad para la función a ejercer son la fuente para convocar al elector y ser electo. Su condición necesaria. Que se va a institucionalizar la evaluación para determinar los resultados y juzgar. Que ninguna de las funciones públicas es vitalicia, hereditaria, pero, obviamente, en esa misma norma se inscribe cada partido y todas las instituciones donde el ejercicio de la política tiene su universo. Jugar al democratismo es un homicidio a las instituciones. Vea este ejemplo, la universidad, el cuartel, la Iglesia no son espacios para el ejercicio político. Su especificidad, su particularidad y su universalidad, todas a una, le impide admitir el juego político-democrático como parte de su existencia. Para la universidad la democracia, la dictadura, etc. son objeto de estudio, pero ella no puede ser objeto de la democracia-
Pues bien, aquí existamos, la MUD está enferma de estreñimiento, la horroriza actuar porque su reduccionismo le impone la pasividad democrática como alternativa, pero lo más grave tiene miedo a la democracia como ejercicio crítico de la libertad. Los desesperados y los escépticos, terminan al final, siendo los aliados más eficaces de quienes detentan y ejercen el poder, son sus aliados y sus socios al final del juego.