OpiniónOpinión Internacional

Hay que olvidarse de las fórmulas

Los optimistas se dedican a buscar fórmulas que puedan sacar a un país del marasmo y del estancamiento. El problema con este enfoque es sencillo: dichas fórmulas ya no existen, si es que alguna vez existieron. ¿Libre cambio o industrialización? Ninguna de las dos, o tal vez algo de ambas.

Sin embargo, algunas conclusiones son ineludibles: es mejor educar mucho y de forma constante a la población que mantenerla en babia; es mejor invertir en innovaciones que esperar a que el desarrollo surja por arte de magia; las guerras proteccionistas son destructivas, así al comienzo muestren algún resultado; exportar población destruye valor mientras que importarla, sobre todo si es educada, lo genera; el Estado puede hacer algunas cosas bien, si son pocas y se enfocan en sectores clave, pero al volverse dominante en la economía genera una gran destrucción de valor; la corrupción es mayor en las economías muy estatizadas. Más que fórmulas, claro, se trata de principios de política pública.

De ninguna manera sobra repasar lo logrado por algunos países exitosos de las últimas décadas, en particular los que se basaron en un régimen democrático. Esto para decir que los modelos de Singapur o de China no son aplicables en otras partes. ¿Entonces? Se puede mirar, por ejemplo, a Corea del Sur, que pasó de tener un régimen autoritario a otro democrático –la reciente ley marcial fue apenas un parpadeo de seis horas–. Este país del sudeste asiático tuvo un crecimiento promedio del 5 % anual durante cinco décadas. También el desarrollo del campo en Brasil es digno de examen.

Por el lado negativo, está la Argentina del último siglo, para no hablar de los desastres económicos que traen las guerras, en particular las civiles. Dicen los recientes premios Nobel de economía que la clave está en tener instituciones virtuosas y modernas. Listo, pero ¿cómo se implanta eso en un país enlodado o desordenado? Lo primero ha de ser desarrollar y ordenar lo que ya existe o, al menos, tiene semillas. Tomemos un par de ejemplos colombianos. La Constitución de 1991 ha sido de un inmenso valor, en particular su acertada decisión de instaurar la segunda vuelta para las elecciones presidenciales y la no reelección, a la que por fin se llegó. Lo otro que está bien es la potencia de los gobiernos locales, digamos, los alcaldes. Ojo, debería haber reelección para estos mandatarios, al menos una, con balotaje, pues a los alcaldes y gobernadores no les alcanzan cuatro años para realizar sus programas más ambiciosos. ¿Por qué reelección local sí y nacional no? Por el peligro de que a nivel país surja alguna forma de chavismo, algo que en una ciudad es impensable. No obstante, la descentralización está en pañales. Convendría que el Senado tuviera elecciones regionales –cinco o seis regiones en todo el país–, para evitar el costoso caos actual. Claro, la Cámara debe seguir siendo departamental. Por último, está bien que hayamos prescindido de los integrismos religiosos que tanto daño hacen en el mundo.

Pasando a los negocios, la Federación Nacional de Cafeteros debe tener cambios de fondo, pues se basa en un monopolio oficial en el comercio del café, siendo ideal que haya muchas marcas, como las hay, por ejemplo, con el vino en Francia y España. Ojo, digo reformar la federación, no eliminarla. Ecopetrol debe seguirse diversificando, al tiempo que extrae petróleo.

Con todo, en este país hacen falta muchas más instituciones, públicas, privadas, mixtas, así que a diseñarlas y/o copiarlas de otros países.

[email protected]

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba