¿Hacia el crash del 29?
La total retirada por la Fed en el 2015 de sus medidas de estímulo a la economía estadounidense aunado con una posible subida de tipos de interés hará que los inversionistas se distancien de los activos de renta variable y que los bajistas se alcen con el timón de la nave bursátil mundial, derivando en una psicosis vendedora que provocará que el Dow Jones de Industriales (situado por encima de la barrera ionosférica de los 16.000 puntos), salte por los aires y termine por desencadenar el estallido de la actual burbuja bursátil que sería hija de la euforia de Wall Street y por extrapolación del resto de bolsas mundiales tras las políticas monetarias de los grandes bancos centrales mundiales que han inundado los mercados con centenares de miles de millones de dólares y euros con la esperanza de relanzar la economía, más aún cuando las colocaciones sin riesgo ( deuda de EEUU o de Alemania), no retribuyen nada a los inversionistas.
Así, la desconexión con la realidad por parte de los inversores les llevaría a justificar la exuberancia irracional de los mercados ( creándose un mundo virtual de especulación financiera que nada tendría que ver con la economía real) y a extrapolar las rentabilidades actuales como un derecho vitalicio lo que unido a la pérdida de credibilidad de las agencias de calificación como Moody’s (al no haber predicho la actual crisis), coadyuva a que el mercado permanezca insensible al recorte de rating de las compañías que cotizan en la bolsa.
Recordar que el proceso especulativo impulsa a comprar con la esperanza de sustanciosas ganancias en el futuro, lo que provoca una espiral alcista alejada de toda base factual. Así, el precio del activo llega así a alcanzar niveles estratosféricos hasta que la burbuja acaba estallando (crash) debido a la venta masiva de activos y la ausencia de compradores, lo que provoca una caída repentina y brusca de los precios,( hasta límites inferiores a su nivel natural) dejando tras de sí un reguero de deudas (crack bursátil).
Así, un inversor está dispuesto a pagar un precio por una acción si le reporta dinero en el futuro, por lo que el valor de dicha acción es el total de flujos esperados. El nivel suelo de las Bolsas mundiales, (nivel en el que confluyen beneficios y multiplicadores mínimos), se situaría en la horquilla de los 12.000-13.000 puntos en Mercados Bursátiles como el Dow Jones, debido a la mayor virulencia y profundidad que presenta la crisis económica y muy lejos de los estratosféricos valores actuales ( superando los 16.000 puntos y rememorando valores de 1.997).
Sin embargo, los inversores empiezan ya a sentir el vértigo de la altura ya que se espera que a lo largo del 2015 baje el porcentaje de los resultados empresariales que se destinarán a dividendos así como el número de empresas que repartirán el mismo y además, tras el freno a las políticas monetarias destinadas a reactivar la economía por parte de la Fed, los inversionistas intentarán exponerse menos al riesgo con el consecuente efecto bajista en las cotizaciones de las acciones. Se habría así producido un cambio en las expectativas del mercado, existiendo ahora la convicción de que las políticas de rescate financiero ( Programa de Apoyo para activos con problemas (TARP) llevado a cabo por las Administraciones y las sucesivas bajadas de tipos de interés de la Fed y el BCE no habrían aliviado los problemas de liquidez de las entidades financieras.
Ello unido al incesante aumento de la Deuda externa contribuirá a que la prima de riesgo aumente y el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales, lo que aunado con el hecho de que los diferenciales de rentabilidad entre las emisiones de deuda pública entre los diversos países del primer mundo han aumentado en los últimos meses, (lo que conlleva un encarecimiento y mayores dificultades para obtener financiación exterior) y la reducción de las exportaciones de los países emergentes debido a la severa constricción del comercio mundial podría originar el estancamiento de las economías europeas en el 2015 con lo que asistiremos a la enésima corrección a la baja de las optimistas previsiones del FMI para la economía mundial en el 2015 (tasas de crecimiento positivas del 1,5 % para la Eurozona; del 3% para EEUU, del 7,1% para China y del 3,7% para el conjunto del PIB mundial.
Si a ello le sumamos la persistencia del riesgo latente de un default controlado de los países periféricos europeos, (Ucrania, Grecia, Portugal, Italia y España) así como Argentina, las dudas sobre la capacidad de endeudamiento de EEUU, el estallido de la burbuja inmobiliaria en China que de producirse causaría un impacto a nivel global 10 veces superior al que provocó el colapso del emirato petrolero de Dubai, la existencia de factores geopolíticos desestabilizadores ( Siria, Irak, Libia, Ucrania) y el regreso de la especulación en las commodities agrícolas de la mano de los fondos de inversión podría producir una psicosis vendedora y originar un nuevo crack bursátil que tendría como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado y como daños colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras.
Realmente este es un tema que llama a la reflexión y que para muchos es un problema que esta a la vuelta de la esquina dado que el margen de maniobra cada día se reduce mas y el tiempo no ha permitido elaborar estrategias alternativas que pudiesen paliar el efecto desbastador de un crash en pleno siglo XXI y al estilo – mucho peor del acontecido en 1929 – dado el proceso de globalización de todas las economías mundiales y su compleja red de interrelaciones y conexiones. Y es que ahora el peso específico de China en la »economía de los papeles » y otros países emergentes no menos importantes, hacen que el involucramiento de todos juntos y al mismo tiempo, los obliga a adoptar un »ritmo» común que no es en la práctica aplicado por los diferentes actores de la economía mundial.
No hay forma de controlar el mundo financiero y sus prácticas especulativas, y es que en realidad ellos son los que manejan la »salud económica» de la humanidad y deciden casi unilateralmente quien vive y quien muere, con el agravante de que son siempre ellos quienes sobreviven mientras los otros quiebran pues son los gobiernos quienes salen en su ayuda y es el público quien paga las consecuencias. Muchos terminan perdiendo sus casas, durmiendo en automóviles y hasta viviendo de la caridad pública, sin trabajo y sin derecho a redención alguna. Y como dato curioso, cada día se concentran en menos familias la riqueza de toda el mundo sin que se produzca una redistribución equitativa de semejante riqueza, al no crear nuevas y numerosas fuentes de trabajo.
El caso de Dubai fue interesante porque Arabia Saudita le proporcionó los recursos para superar la crisis. Un crédito multimillonario con tasas mas que preferenciales y con unos lapsos de pago mas que generosos. Hoy Dubai ha tomado su ritmo de inversiones y crecimiento en términos positivos. El problema es que el resto de los países del mundo no son parte de los Emiratos Árabes Unidos. En cambio, el caso de los Estados Unidos es mas grave, pues a su condición de potencia en decadencia habría que sumarle el que muchos de sus activos empresariales están en manos de países extranjeros y su deuda es prácticamente impagable, pues se resisten a aplicarse las medidas que ellos le aplican al resto de los países a través del FMI y otros organismos similares. Aunque paresca un contrasentido, si hay un país con probabilidades de caer en un impago son los Estados Unidos.
Eliminado el patrón oro el mundo económico paso al »patrón dólar» con la facultad de emitir miles de toneladas de papel moneda sin control alguno ; y de ahí a la emisión de »papeles» basados en la confianza y no en la fortaleza de la economía nacional. Por ello no es comprensible que sea el dólar el marco de referencia que se utilice para el intercambio comercial global y ni siquiera cualquier otra moneda como el yen dada la situación planteada por el autor respecto a una muy razonable posibilidad de reventón de una burbuja en ese país asiático. Es como entrar en un laberinto sin salida posible a la vista.
La realidad planteada anteriormente nos obliga a pensar que la solución no esta en la creación de una nueva moneda universal sino, el introducir cambios substanciales en el modelo económico preexistente e ir hacia un esquema de redistribución de la riqueza mas acorde con lo que parece ser la inevitable realidad que convencionalmente llamaríamos un Nuevo Orden Mundial, sin caer en las estupideces de pensar que la solución es retornar al viejo modelo del socialismo marista – leninista que ya cumplió con su cometido y demostró no ser solución sino el agravamiento de todos los problemas.
En lo muy personal y pese a los aparentes muros de contención del sistema económico global, comparto la visión del señor Gorraiz y hasta creo que tal evento es casi inevitable aunque el tiempo por suceder no este del todo claro. Sin embargo, cabría una pregunta a modo de interrogante : Esta nuestro país preparado para sobrevivir a una debacle de tal naturaleza ?…