Hablando de saqueos planificados
El inefable gobernador del estado Bolívar declaró al diario oficialista Últimas Noticias: “Saqueo de San Félix fue planificado con fines políticos”, al referirse a la violenta manifestación de indignación popular escenificada en San Félix, municipio Caroní del estado Bolívar, el presagioso viernes 31 de julio de 2015, cuyos resultados fueron una persona fallecida de un disparo en el pecho -¿el gobierno disparando contra “el pueblo soberano”?- que la banalidad oficiante ha convertido en un crimen en busca de autor -¿por qué no les preguntan a los testigos presenciales?- decenas de personas humildes detenidas -¿van a llenar ahora las cárceles de pueblo?- y algunos negocios saqueados.
Este funcionario vitalicio, perteneciente a la rancia oligarquía roja/rojita, cuyo diario condumio no pasa por la peregrinación que sufre el pueblo desesperado por la falta de alimentos, como no la sufre el binomio Maduro/Cabello ni ninguno de la nomenclatura oficialista de rebosante billetera dolarizada y pasaje “por si acaso” en el bolsillo, estaba sumamente ocupado inaugurando una millonaria pero triste exposición que pretendía evidenciar a Guayana como una vitrina para la codicia brasileña, cuando con su anuencia se dejó perecer el parque industrial más importante de América Latina instalado en esta región, mientras al pueblo se le aumentaba el precio del pasaje en bus, el que logra conseguir luego de largas esperas a niveles imposibles para sus escuálidos ingresos, sometidos al más formidable ataque inflacionario y de desabastecimiento encarecedor, “insertos en la peor gestión pública del mundo”, del que se tenga noticias por estos tierreros irredentos.
Al leer las mencionadas declaraciones, por lo demás irresponsables, porque esa candelita puede propagarse por la yesca descuidada produciendo un incendio de proporciones incalculables para la propia salud de su gobierno, cuya actitud debió ser la reflexiva -cuando veas arder la Alcaldía de Sinamaica pon la tuya en remojo- vino a la memoria la vanidad que defenestró a Carlos Andrés, que confiado en el espíritu democrático del pueblo ignoró el ensordecedor estruendo de la hierba al crecer. Y bastó una pequeña candelita, más pequeña que la de San Félix, para que cuarenta años republicanos saltaran por los aires. Pero la estupidez ciega a quienes quiere perder. El pueblo está indignado por el alto costo de la vida.
Está molesto con la escasez de alimentos y medicinas, muchas de las que depende su vida, lo que constituye un acto criminal, que lo obligan a peregrinar de covacha en covacha o hacer colas interminables, ahora militarizadas, frente a anaqueles vacíos, “por si llega la gandola”. Está arrecho con los bachaqueros, que son gente de su misma casta que hace negocios con su hambre.
Está irritado con los chinos, que, según sospecha, surten a los bachaqueros, represan mercadería de primera necesidad y de quienes creen incursos en contrabando de extracción, en el caso de Bolívar hacia el carísimo sur y hacia Brasil, y percibe amparados por el gobierno, pues jamás ha visto usted en un negocio chino un cartel infamante tipo “este establecimiento incumple…” como los que a diario recibe el comercio nacional.
Y es el pueblo, machete, no es el imperio, ni los paramilitares, ni la oposición, ni la guerra económica, ni ninguna de las sandeces que les impiden reconocer que el modelo socialista es un fracaso a menos que estimule el libre mercado y la libre competencia y concurrencia, fortalezca la empresa privada incentivando su inversión en proyectos de desarrollo, reconozca el interés propio o propiedad privada, como un derecho humano, derogue el control de cambio que no es más que un infecto foco de latrocinios, pero si la lógica del mato de agua sigue imperando en el gobierno, los San Félix se multiplicarán -aunque ya van 57 saqueos en lo que va de año, sin contabilizar los intentos, y “viene más”- porque no hay forma de que comprar caro para vender barato produzca otra cosa que ruina, mercado negro pobreza y parasitismo social.
Y se producen esas formas de protesta y exigencia de justicia de manera espontánea. Por cualquier escozor. No hay líderes en esos casos. Y menos planificación. Ni siquiera convocatoria. Sencillamente un día Rosa Park, “harta de ceder”, se negó a ceder su puesto a un blanco en el autobús y cambió el curso de la historia en los Estados Unidos.
Vendrá el momento en el cual ustedes saldrán del poder y eso es inexorable -“salió Gómez y salió Colón/ no vas a salir tú/ que eres un….” dice la copla popular- lo inteligente es salir por la puerta grande y no a patadas, perseguidos por una turba enfurecida que saqueará sus mansiones y penjáus, como ha sucedido y seguirá sucediendo en la historia de la humanidad con aquellos que se creen insustituibles -Mussolini campea- y, lo peor, ungidos venerables de los que se suicidan en su bunker, me produce risa escucharles su “no volverán” cuando ustedes son ya el pasado que no debe volver por ominoso, corrupto y enemigo del pueblo.
Y hablando de saqueos planificados
Lo que ha sufrido Venezuela en estos dieciséis años de ocupación ideológica extranjera, es el más colosal saqueo de que tenga memoria la historia patria. Cuadrar los ingresos multimillonarios por venta del petróleo y por la recaudación impositiva, es tarea imposible, pues por el albañal de la corrupción, el despilfarro, el ladronismo salvaje y la solidaridad internacional con insolventes y malagradecidos como los caribeños y cubanos que apoyan a Guyana o Nicaragua que no quiere fiarnos, luego de chulearnos, se han fugado cientos de miles de millones de dólares, que ahora hacen mucha falta. Y a eso sí podemos llamarlo con toda propiedad “un saqueo planificado”, su ilustrísima burbuja de cristal. ¿Qué tal si, por ahora, escuchan al pueblo y se dejan de la prometedera electoral?