Guaidó

La presencia de Juan Guaidó en el panorama político venezolano, sin duda marca una diferencia notable con la mayoría de los dirigentes de la oposición, no solo por su coraje y valentía, sino por lo novedoso de su estilo y por la claridad de su discurso.

El Gobierno Interino

La conformación del gobierno interino fue un hecho político sin precedentes en la historia venezolana; significó que la gran mayoría de las democracias occidentales lo reconocieran como el gobierno legítimo de Venezuela, desconociendo a su vez a Maduro a quien consideraban (y consideran) como un usurpador producto de una elección turbia y a todas luces fraudulenta. Se produjo una situación insólita, que en Venezuela existieran dos presidentes, uno reconocido internacionalmente y por la mayoría de los venezolanos, que era Juan Guaidó, y otro reconocido por un CNE y un TSJ ambos sin ningún tipo de autonomía y sumisos y cómplices de “lo que diga Maduro” y con un evidente rechazo de la mayoría de los ciudadanos.

El gobierno interino, especie de gobierno parlamentario, efectivamente lo presidía Juan Guaidó, pero estaba integrado por el G4 (AD, UNT, PJ y VP) además del apoyo de Encuentro Ciudadano y La Causa R, quienes le daban el soporte parlamentario y cogobernaban con Guaidó, era un gobierno de coalición y los errores y los aciertos eran responsabilidad de todos, no solo de Guaidó.

Entonces comenzó a desarrollarse un fenómeno de envilecimiento y corrupción de varios diputados a propósito de la investigación que hacía la comisión de contraloría de la AN legítima (2015) sobre la trama de corrupción y lavado de dinero por parte del empresario colombiano Alex Saab, quien es harto conocido, está preso en EE. UU por múltiples delitos financieros. Allí comenzó el alacranato, una forma de corrupción y de carencia de ética y moral de quienes se corrompieron y también de quienes compraron a los políticos alacranes. De allí en adelante se expandió el fenómeno, haciéndose cada vez más sofisticado, envileciendo así no sólo la vida parlamentaria, sino la política en general, se utilizaron presiones de todo tipo, halagos, prebendas, protección etc., hasta lograr que los partidos que conformaban la alianza parlamentaria que sostenía al gobierno interino lo acabaran en Enero de este año, cometiendo el mayor error de la oposición venezolana, eliminando a un factor, el más importante, que se oponía al régimen, el que ejercía mayor y más eficaz presión y que además tenía el respaldo internacional. La historia determinará quiénes fueron los responsables.

El interinatocidio, solo favoreció a Maduro

Durante todo ese proceso, Guaidó insistía en la necesidad de la unidad y jamás se refirió a ninguno de sus nuevos opositores en términos despectivos ni denigrantes.

Durante todo el gobierno interino Guaidó fue permanentemente amenazado y acosado, lo mismo que su equipo de colaboradores.

El viaje a Colombia

Las amenazas contra Juan Guaidó aumentaban públicamente, altos personeros del gobierno de Maduro insistían con encarcelarlo.

Aprovechando la reunión convocada por Gustavo Petro en Bogotá para tratar el tema venezolano con participación de más de 20 países, Guaidó se fue a Colombia a levantar la voz de la oposición democrática y restablecer relaciones directas con delegaciones de los países invitados. El gesto de ir a Colombia en esas circunstancias fue audaz, inteligente y valiente. No solo evidenció las verdaderas intenciones de Petro, quedando al descubierto como un aliado de Maduro y no del pueblo y la democracia venezolana, sino que el maltrato y acoso a los que fue sometido Guaidó en Colombia, por parte del Canciller y otras autoridades, son una demostración del talante autoritario de ese gobierno. Tuvo que salir a EE. UU. y desde allí ha tenido muchas entrevistas por todos los medios, siempre llevando un mensaje opositor firme, denunciando la violación sistemática de los DDHH, los hechos de corrupción y desenmascarando al gobierno de Maduro.

El discurso y la práctica política de Guaidó es el del reencuentro y la reconciliación de los venezolanos, reclama justicia y no venganza, permanente llamado a la unidad y la participación en las elecciones primarias para conseguir un candidato unitario con un programa de gobierno consensuado entre los factores democráticos para salir de la pesadilla que vivimos los venezolanos.

El liderazgo de Guaidó va mucho más allá de las elecciones primarias, es, sin duda, un líder democrático del siglo XXI y será un factor decisivo en los próximos tiempos.