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¡¡¡ Gasolina !!!

Pido excusas al lector. Voy a romper una vieja norma conforme a la cual, en periodismo, no se debe escribir en primera persona. No encuentro otra forma de expresar mi frustración. No hay gasolina. De las pocas estaciones de servicio que funcionan en Caracas es la antigua Texaco ubicada al principio de la Avenida Principal de las Mercedes. La cola comienza a kilómetros de distancia en la Avenida Rio de Janeiro a la altura de Caurimare. Con paciencia me resigno a pasar todo el día en esta cola. Ayer intenté la misma aventura, pero me dijeron que sólo suministraban gasolina a “funcionarios”.

Mientas espero fluyen los recuerdos a mi mente. Hace algo más de 20 años, siendo miembro del Directorio de PDVSA, asistí con orgullo a la inauguración de esta misma Estación de Servicio Texaco, hoy en manos de PDVSA. Como parte de la Apertura Petrolera, habíamos decidido abrir el mercado interno a los inversionistas privados. Para atender adecuadamente nuestro mercado interno hacía falta invertir más de 3.500 millones de dólares en la modernización e instalación de nuevas estaciones de servicio. La suma era considerable y en PDVSA teníamos proyectos de inversión prioritarios. La bomba Texaco fue una de las numerosas que se instalaron.

En aquel entonces, nuestro sistema de refinación estaba integrado por 6 refinerías en Venezuela y 16 en el exterior y estábamos procesando unos dos millones de barriles diarios de crudo. En 1995 se había concluido, con una inversión superior a los cinco mil millones de dólares, el Proyecto de Adecuación de la Refinería de Cardón (PARC), uno de los mayores del mundo en su especie, que permitía convertir 90.000 barriles diarios de residuales de bajo valor en productos blancos de elevada calidad que se agregaban al sistema de gasolinas y destilados producidos en el país.

Se procedió entonces a la integración de las refineries de Amuay y Cardón, en lo que se conoció como el Complejo de Refinación de Paraguaná (CPR), que se transformó en ese momento en el mayor centro de refinación del mundo entero que procesaba unos 955.000 barriles diarios de crudo. Mientras tanto, estábamos realizando fuertes inversiones en las refinerías de El Palito y la de Puerto La Cruz y en las demás del sistema. En 1997 el suministro de hidrocarburos al mercado interno fue de 669.000 barriles diarios, un 3% más que el año anterior, alcanzando el consumo de gasolina un promedio de 189.000 barriles diarios. Las ventas de diésel/gasóleo se incrementaron en 72.000 b/d, 11% más que el año anterior, en tanto que las ventas de gas licuado fueron de 65.000 barriles por día.

PDVSA había llegado a ser considerada como la segunda mayor empresa petrolera del mundo y una de las más eficientes.

De haberse cumplido las inversiones y contratos ya licitados, suscritos, ratificados por el Congreso Nacional y después por la propia Corte Suprema de Justicia, hoy Venezuela debería estar produciendo más de 5 millones de barriles diarios de petróleo.

Pero, pasó lo que pasó. La revolución llegó a Venezuela y lo destruyó todo en medio de un paroxismo de populismo, corrupción, charlatanería e ineficiencia. Hoy Platts nos informa que producimos apenas unos 600.000 barriles diarios de crudo en lugar de 5 millones.

Y, en medio de esta tragedia, se nos arroja encima el Coronavirus. No hay gasolina porque todas nuestra refinerías están paralizadas, sin que eso tenga nada que ver con la pandemia. Además, hace 5 semanas que no ha llegado ningún cargamento del exterior. Están tratando de reparar la refinería de El Palito, pero como no tienen los repuestos, están canibalizando otras refinerías del sistema. Si lo logran, no sé como harán con los aditivos, que antes eran producidos en esas mismas refinerías que hoy están cerradas.

Y mientras reflexiono en este caos masivo que azota a mi país, me apresto a pasar el resto del día haciendo una interminable cola para surtirme de gasolina en la antigua estación de servicio Texaco en la Avenida Principal de las Mercedes.

Editor adjunto de Analítica*

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Un comentario

  1. Nada de depresiones estimado profesor que, solo viendo una turba zarandeando unos cuantos GNB y donde supongo les arrebataron los fusiles rusos en un alzamiento por gasolina, se nos compuso el día. Eso si, corren como galgos y en verdad no los maltrataron, lo que indica que la gente aguantará un poco más. Además con la recesión global de la economía mundial, el que tengamos o no petroleo ya es secundario y si allá en el primer mundo con su COVID 19 , están todos en sus casas, nadie maneja ni está en la calle, con los centenares de miles de cesantes pero les dan su SUPER CLAP y hasta cheques mientras dure la pandemia, que nos puede esperar a nosotros. La diferencia es poca : Allá los congelan en camiones refrigerados, los hindúes los queman a la orilla de su río sagrado y en la otra hora próspera Bolivia, los bañan en gasolina (la que nos falta a nosotros) y en cualquier calle, lo incineran así sea la abuela, los padres o la mascota de la casa. ¿ Y nosotros ?. Pues mire, si los sobrevivientes de los Andes se filetearon a sus compadres y amigos, porque no me comería las pantorrillas de un regordete chavista, fresco y recién fallecido. De hambre no me muero, eso es seguro. ¿ Y cómo sobreviviremos el próximo invierno con el coronavirus III ?. Recordemos que vacuna no hay ni la habrá para el nuevo COVID. El mundo va a cambiar más de lo que nos podemos imaginar y para eso sí debemos estar preparados. Crearemos un nuevo orden, donde empresarios e industriales serán nuestras abejas reinas que, nos darán su rica miel sin pedir casi nada a cambio. Olvidémonos ya de las ideologías, de los comunistas, los capitalistas y de esas leyes económicas que nunca nos han beneficiado como se debería ser, sino a los hijos de papi y mami. TRANQUILOS QUE DE ESTA SALDREMOS BIEN LIBRADOS AL ENTRAR A LA ERA NUEVA Y ADEMÁS CON NUEVAS CEPAS DE CORONAVIRUS I, II, III y las que sea necesarias…. Y CONSTE QUE ESTO ES TAN VERDAD COMO EL NUEVO VIRUS EN PUERTA.

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