Francia y Cuba en el negocio de valores
El presidente cubano Raúl Castro fue recibido con honores militares y encuentros a muy alto nivel en su visita de Estado a Francia, en reciprocidad con la que François Hollande dispensó a la isla en abril de 2015 con el propósito de facilitar los futuros negocios con Cuba. Dos encuentros inéditos después de años de aislamiento que vienen a satisfacer a la izquierda francesa y en especial a los guardianes del templo marxista en este país.
Los portavoces oficiales hablaron de “diplomacia económica” y en ningún momento osaron mencionar la palabra democracia o Derechos Humanos del pueblo cubano, para no importunar al invitado durante su visita de negocios.
El objetivo se centró alrededor de dos temas: la condonación de la deuda de casi 5 mil millones de euros que Cuba mantiene con Francia y la aspiración de este país de convertirse en su primer socio comercial, por encima de otros países europeos e incluso de los Estados Unidos, así como de promover proyectos de desarrollo a través de la Agence Française de Développement (AFD). Para decirlo más claramente, el encuentro busca favorecer a las decenas de corporaciones francesas que desean invertir y beneficiarse de la apertura cubana.
El bloqueo
El senador francés Jean-Pierre Bel, enviado especial del presidente Hollande para América latina, fue un factor clave en estos acuerdos. En una entrevista que le realizara RFI, declaró “Hay que invertir en Cuba. Eso va a permitir la prosperidad, va a permitir los intercambios, va a permitir que el país evolucione. ¿Es acaso a través de un bloqueo que se logra la evolución de los derechos humanos, la democracia, o es más bien a través de promover los intercambios de personas y de bienes?”.
Aquí radica el eje del discurso que mantiene Cuba ante la comunidad internacional: “la culpa de nuestros problemas la tiene “el bloqueo” económico que impuso Estados Unidos desde 1960”. ¿Es que los socialistas franceses no se preguntan sobre la implementación del socialismo real en la isla, que después de 57 años lo único que ha producido es represión, miseria y desesperación en el pueblo cubano bajo la tiranía castrista?
El bloqueo económico de los Estados Unidos a Cuba, hoy en día, es más simbólico que efectivo. Desde hace muchos años, corporaciones canadienses y españolas, entre otras, invierten en la isla. Los Estados Unidos ha mantenido durante años un intercambio comercial no oficial y como explica Elisabeth Burgos, especialista en el tema cubano “Cuba recibe anualmente 3 mil millones de dólares en remesas familiares de los cubanos en el exilio. Cuba es el país del Caribe que mas subvenciones recibe de las fundaciones norteamericanas. Además, cada dos días llega un barco proveniente de los Estados Unidos con alimentos y medicinas que el gobierno cubano cancela en efectivo, ya que la única consecuencia que tiene lo que queda de “el bloqueo” es que Estados Unidos no le da líneas de crédito a Cuba”.
Se vale todo
Francia, ha parido una liga de intelectuales y políticos que escudados en el supuesto tercermundismo, apuestan sin pudor a déspotas como Chávez o a tiranos como Castro. Son capaces de rasgarse las vestiduras, marchar y protestar contra la globalización, pero incapaces de mencionar una sola palabra sobre la destrucción de las instituciones democráticas perpetradas por el chavismo o sobre los presos de conciencia pudriéndose en las cárceles de Cuba y Venezuela. Su tercermundismo ha pasado a convertirse en una apuesta temeraria al “se vale todo”.
En muchos dirigentes e intelectuales de izquierda es recurrente la negación psicótica de la realidad. Pero eso no es nuevo. En el caso de Sartre, fue notoria su pulsión y vehemencia hacia los tiranos. En 1954 el filósofo se atrevió a declarar “En la URSS la libertad de crítica es total”. En 1956, después que Krushev revelara los horrores del régimen de Stalin, dejando a los comunistas franceses en el aire como en las comiquitas, el filósofo no vaciló en volcarse hacia la utopía revolucionaria caribeña. En 1960, propuso la idea del “Hombre Nuevo” inspirado en la Revolución Cubana, en medio de alabanzas a Fidel Castro, el nuevo tirano tropical.
Las fotografías del filósofo y Simone de Beauvoir junto a Ernesto “Che” Guevara y a Castro, tomadas en la isla por Alberto Korda, dieron la vuelta al mundo testimoniando su apoyo a los nuevos caudillos caribeños.
Los intelectuales y políticos de la izquierda francesa reincidieron por igual desde el mismo instante en que Fidel Castro comenzó a ser el ventrílocuo de Chávez. Nos negamos a creer que se trata de ingenuidad o miopía, pues la llamada revolución bolivariana, que demolió la democracia y convirtió a un país próspero en un paria del progreso humano y en el de mayor índice de violencia en el mundo, está a mucha distancia de la práctica del socialismo democrático moderno del que tanto disfrutan en las tertulias parisinas o desde sus púlpitos en las universidades sin temor a ser perseguidos por expresar sus ideas.
Quid pro quo
La condonación de la deuda por parte del gobierno socialista de Hollande, se inserta en la exoneración de una deuda de más de 11 mil millones de los países que integran el llamado Club de París. El gobierno de Cuba sabe que el petróleo y las millonarias transferencias de dólares que recibe de Venezuela desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1998 y que ha continuado recibiendo gracias al presidente Nicolás Maduro, están por agotarse, como se agotaron las que en el pasado recibían de la URSS. En cualquier momento una explosión social puede ocurrir en Venezuela que se encuentra al borde de una crisis humanitaria, tragedia revestida de ironía pues las carencias de todo orden que sufren los venezolanos son a causa del destructivo modelo comunista promovido por Cuba e implementado por Chávez y Maduro. Por esa razón, el acercamiento de Castro al gobierno del Presidente Obama, gracias a la intermediación de la Iglesia católica, y ahora el acuerdo de negocios con Francia, sean la estrategia de quienes destruyeron la economía de la isla y se han mantenido en el poder desde 1959, ejerciendo una cruel tiranía.
Por una suerte de prestidigitación diplomática y buen olfato para los negocios, tanto de los Estados Unidos como de Francia, desaparecen con rampante impunidad 57 años de subversión, guerrillas, triangulación del terrorismo, invasiones armadas, destrucción de las democracias latinoamericanas, eliminación de las libertades civiles, represión, atentados, asesinatos, encarcelamiento de disidentes y todo el oprobio de este totalitarismo orwelliano en el Caribe.
Con este dando y dando, el gobierno socialista francés logra la entrada de sus inversionistas en Cuba e incrementa su influencia en América Latina al recibir un espaldarazo de la izquierda mundial y especialmente de la sudamericana. Mientras tanto, los hermanos Castro con esta ayuda económica, sin duda alguna afianzarán más su permanencia en el poder y el pueblo cubano tendrá que continuar esperando la tan ansiada democracia. Habría que recordarle a los socialistas franceses que los valores democráticos no se negocian en el mercado de valores.