Europa es Grecia
Es paradójico que el país donde nacieron la democracia y las instituciones republicanas se ubique a la zaga del desarrollo económico contemporáneo. Grecia ha incumplido durante años los tratados de la Unión Europea que obligan a los países que pertenecen a la Unión Económica y Monetaria a mantener razonables equilibrios macroeconómicos para acceder a la moneda única. Sus gobiernos en el pasado maquillaron cifras que escondían pronunciados desbalances económicos, déficits fiscales y una descomunal deuda externa (170% del PIB!).
La gran nación helénica ha recibido fondos comunitarios para el desarrollo de infraestructuras y para el progreso de sus regiones. Aunque está entre los países europeos con más bajo ingreso por habitante, la Unión Europea ha sido consecuente en tanto y en cuanto Grecia ha integrado su economía a la zona de libre comercio, al arancel externo común y al mercado único de libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.
Pero la nación de Sócrates, Platón y Aristóteles, de cuyos escritos en filosofía y ciencia política se derivan las instituciones modernas de gobernabilidad democrática, no guardó la debida prudencia para ordenar sus cuentas fiscales y ha tenido que ser rescatada por la Unión Europea para evitar su bancarrota y la cesación de pagos.
Grecia ha ratificado el programa de reformas firmado con la UE (2012); pero bueno es advertir que mientras países como España, Irlanda y Portugal se han apretado el cinturón y comienzan a crecer, por un instante pareció que su nuevo gobierno quiso desviarse del camino de la sensatez. Los contribuyentes de los países que más han pagado la factura por el desorden fiscal de Grecia, como Alemania, resienten que deban financiar los excesos presupuestarios de los gobiernos griegos. Y a la postre es el pueblo llano el que más sufre.
Afortunadamente, el acuerdo del Euro-grupo (20.02.15) de extender cuatro meses el uso de la facilidad comunitaria de crédito con la aprobación del Banco Central Europeo, ha sido suscrito por el gobierno del primer ministro Tsipras. La solución no es definitiva; pero es un paso acertado, que demuestra que la solidaridad comunitaria y el realismo de su gobierno pueden resolver los más complejos problemas mediante el diálogo.
@lxgrisanti
