¿Es Putin el único culpable?
Con sobradas razones, Putin es señalado por los demócratas del mundo como un ser despreciable. Culpable de la muerte de civiles, entre ellos niños, por su locura de invadir un país más débil en su ambición de querer revivir la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Además, lo señalan del asesinato de opositores y de impedir el ejercicio de la democracia en Rusia. Por si fuera poco, el tipo es antipático y no sonríe ni a su mamá. Quizá es un trauma de cuando lo llevaron al circo de Moscú y se asustó con los payasos. Probablemente sufre de coulrofobia. Como dijo Madeleine Albright, es tan frío que parece un reptil. En la historia de la humanidad han abundado los Putin. Unos peores y otros no tan malos. No son los únicos culpables.
¿Nacen por generación espontánea o los empollamos? La generación espontánea no existe y ningún ser humano nace malo. Factores del entorno lo pervierten. A veces por actos injustos. Sin embargo, la mayoría de las veces es por no corregir a tiempo, por tolerar arbitrariedades. Es decir, los Putin, los Maduro, los Ortega, los Lukachenko y demás especímenes que atropellan a los ciudadanos y a la democracia, logran sus fechorías porque muchos lo permiten. Les dan calor, como las gallinas a los huevos, solo que no nacen pollitos sino dictadores.
¿Quiénes son también culpables? Los citados son culpables y deben pagar por sus crímenes. Sin embargo, hay otros que pocas veces son imputados, ni sufren las consecuencias. En el caso de Rusia, Serguei Shoigu, Vyacheslav Volodin y Serguei Lavrov, ministro de Defensa, presidente de la Duma y ministro de Relaciones Exteriores, respectivamente. Y otros son culpables por no frenar a Putin. Crían cuervos que generalmente solo les sacan los ojos a terceros que no tienen arte, ni parte.
Legisladores, jueces, fiscales y militares que no tienen principios y valores son los responsables de que en el mundo haya dictadores. Unos asesinan y atropellan a sus propios ciudadanos. Otros, como Putin, lo hacen con el valiente pueblo ucraniano.
En el caso Venezuela
Maduro no tendría ese poder sobre vidas y haciendas si no hubiese los Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, Hermann Escarrá, Cilia Flores, Antonio Benavides Torres, Didalco Bolívar y muchos otros diputados de una Asamblea Nacional usurpadora. Tampoco, si no hubiese un fiscal general como Tarek William; unos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia como Calixto Ortega, Mikel Moreno, Carmen Zuleta de Merchán, Juan José Mendoza y Luisa Estela Morales, entre otros; unos rectores del Consejo Nacional Electoral como Pedro Calzadilla, Tania D’Amelio y la ya retirada Tibisay Lucena, y unos militares como Padrino López, Remigio Ceballos, Fabio Zavarce, Hernández Dala y medio centenar de generales.
Así mismo, tienen responsabilidad ministros del gabinete ejecutivo, presidentes de empresas del Estado, como Asdrúbal Chávez, empresarios que lo apoyan a cambio de contratos mal habidos y periodistas intelectualmente deshonestos. También despreciables rastacueros que los adulan.
Muchos salvan la honra
Afortunadamente, hay centenares de políticos que no se han doblegado a pesar de las persecuciones del régimen. Podemos estar o no de acuerdo con algunas de sus posiciones, pero hay que reconocer que siguen luchando a pesar de los riesgos que corren. Son muchos, por lo que solo citaremos al presidente encargado Juan Guaidó; magistrados del TSJ, diputados de la Asamblea Nacional y funcionarios del gobierno interino que tuvieron que exiliarse y a quienes les han confiscado sus bienes; los dos rectores no chavistas del CNE, que deben aguantar los ataques del régimen y también recibir andanadas de fuego amigo; hay 130 militares y 107 civiles presos, entre ellos trece damas, 9420 ciudadanos tienen medidas cautelares y hay 875 civiles sometidos a tribunales militares, según el Foro Penal Venezolano; además, casi seis millones que han tenido que buscar refugio en otros países. Mientras algunos solo critican, muchos siguen enfrentando al régimen.
Responsabilidad de organismos internacionales
Aplaudimos la reacción enérgica de la mayoría de los países de la ONU, de la OEA y del Parlamento Europeo. Sin embargo, el mundo requiere de acciones más efectivas para evitar un Putin y otros dictadores. El concepto de soberanía absoluta ya no debería tener cabida. Es tiempo de que se apliquen los tratados internacionales.
Acciones a emprender
No abogamos por intervenciones militares de una fuerza internacional, la cual solo se justifica en contados casos. El aislamiento diplomático y severas sanciones económicas deberían ser suficientes. No es posible aceptar que representantes de dictaduras sean miembros de comisiones de derechos humanos. La ONU debe eliminar el veto que tienen cinco países en el Consejo de Seguridad. La Corte Penal Internacional debe agilizar sus procedimientos. Por otra parte, es inadmisible que se despilfarren tantos billones en armas, en lugar de atender la situación de 769 millones de personas con hambre y 84 millones que han sido desplazados de sus países de origen.
Si no se tiene la voluntad para hacer cambios y aislar a los gobiernos dictatoriales, seguirán proliferando los Putin y Kim Jong-Un, que ponen en peligro a la humanidad, así como los Lukashenko, Ortega y Maduro que atropellan a sus ciudadanos. China es otro caso de cuidado. Los países democráticos propiciaron su crecimiento sin medir las consecuencias. Además, hay que tener cuidado con Trump, que por su ego está minando la democracia estadounidense.
Como (había) en botica
Hoy es el Día Internacional de la Mujer. Mi reconocimiento a la valiente mujer venezolana, en especial a las trece damas presas políticas del régimen y a las Mujeres del Petróleo, que siguen presentes y comprometidas en la lucha por la democracia.
Orlando Viera Blanco, embajador del gobierno interino en Canadá, instó al director del Saime a encontrar una fórmula para que los residentes en Canadá reciban su pasaporte
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!