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Es incompatible con la democracia, la convivencia con partidos políticos marxistas leninistas

El Partido Socialista de ideología marxista leninista o comunista de Venezuela (PSUV), fue creado por Hugo Chávez Frías en sustitución del Movimiento Quinta República (MVR)  con las claras, inequívocas y abiertas  intenciones políticas de aglutinar masivamente a los diferentes partidos políticos que le apoyaron en la conquista del poder político en Venezuela, y así cumplir su sueño de lograr convertir a Venezuela en un satélite comunista en plena América, al igual que lo hizo Fidel Castro en Cuba.  Muchos de los partidos políticos marxista – leninistas que le acompañaron en su exitosa y engañosa campaña política, no se adhirieron al PSUV, y prefirieron actuar por separado, del mismo. Ese partido político PSUV, al igual que otros similares, han hecho tanto daño a la democracia en Venezuela, que no merece seguir existiendo, luego del cese a la usurpación que se espera suceda, tan pronto como sea posible. Sus prácticas y políticas son muy contrarias a lo que se espera de la democracia, las libertades,  del Estado de Derecho e  institucionalidad del país.

Las razones son obvias. Pretender vivir con el enemigo en casa, es una idiotez tan grande  que, la historia no nos perdonaría que actuásemos de espalda a las realidades y hechos dolorosos que nos obligan a meditar y recapacitar sobre nuestro futuro, al permitir la actuación libre y traicionera del comunismo actuando y conspirando libremente en nuestra nación. Sin duda alguna que es necesaria una enmienda en nuestra constitución que prohíba la actuación futura de tales partidos políticos que atentan contra  la democracia y sus principios, con la única intensión de instaurar en nuestro país gobiernos totalitarios, criminales e inescrupulosos como el que nos gobierna en la actualidad, en control del chavismo. 

Cierto que según nuestra constitución el pluralismo partidista es una de las consignas y necesidades políticas en nuestra democracia. No obstante esas libertades deben estar enmarcadas en el respeto y protección de la democracia, sus principios y libertades que ésta predica y práctica. Quizás algún crítico acucioso, piense que sacar el tema a relucir en estos momentos, pareciera  extemporáneo y baladí, puesto que el régimen aún sigue imperturbable en el poder, y cada día que pasa actúa con mayor maldad y libertad, como para amedrentar a la oposición y obligarla a doblegarse, para que cambie de actitud y firmeza en sus demandas justas y democráticas.  

Las experiencias que se tuvieron con el partido comunista de Venezuela nos obligan a revisar este punto de atención y agotar su solución, puesto que este partido político, jamás ha dejado de conspirar contra la democracia, puesto que participó en las guerrillas contra un gobierno democrático que ejercía su ejercicio y deber constitucional, para intentar derrocarlo e instaurar un gobierno comunista tal como lo logró Hugo Chávez con el triunfo en 1998, para la desgracia de toda Venezuela y del mundo libre.  De hecho, fue castigado y condenado a no participar como organización política luego de la derrota de las guerrillas. Esa experiencia chavista, jamás deberíamos permitir que vuelva a repetirse ni por omisión o por debilidad.

Hoy día existen “seudo demócratas” que por figurar en política estarían dispuestos a pactar con el mismo diablo, para lograr sus propósitos anti democráticos, que en nada benefician al país, puesto que al contrario, lo ponen en riesgo ante los políticos inescrupulosos que adversan abiertamente a la democracia. Esos políticos que hacen el juego al chavismo, son tan repugnantes como éstos; seguramente se opondrán a esta propuesta, razones por las habrá que lidiar con ellos.

Luego que hayamos expulsado a la narco dictadura del poder, Venezuela obligatoriamente necesitará; revisarse, corregirse, actualizarse y optimizarse en política. Esto, puesto que evidentemente, el chavismo debe salir del poder por razones altamente conocidas, exploradas y validadas, que justifican su salida cuanto antes del gobierno que usurparon y continúan usurpando. Todos esos partidos marxistas leninistas que existen en Venezuela que les apoyan, deben ser expulsados de la lucha política en Venezuela, puesto que es una necesidad para lograr vivir dignamente en democracia y en paz. No hacerlo significa negligencia, conformismo, conchupancia y desidia. Ese tipo de populismo de pretender estar bien con Dios y con el diablo, debe desaparecer de Venezuela de una vez por todas, si es que pretendemos y aspiramos a tener una mejor y exitosa nación.

Otro punto de interés que se debería dilucidar en el futuro, sería, el de reducir sustancialmente el número de unos 65 partidos políticos registrados actualmente en Venezuela.  Esa absurda creencia de algunos, de que a mayor número de partidos mejor democracia, se debería aclarar y revisar. Es preferible tener un número pequeño de partidos políticos democráticos que sólida, abierta  y real crean en la democracia; en lugar, que múltiples “dudosos” partidos políticos que dejan dudas respecto a su rol como partidos políticos serios que apliquen y defiendan la democracia. Existen muchas razones plantear este punto de atención y necesidad, para plantear lo indicado anteriormente arriba. 

  1. Reducir sustancialmente la ayuda económica  del Estado a los partidos políticos existentes que califiquen, para ese tipo de ayuda.
  2. Se facilita al CNE, su trabajo burocrático de registro, revisiones y acciones necesarias para el control y seguimiento de los partidos políticos.
  3. Evitar la actuación de falsas organizaciones partidistas que se dicen democráticas y realmente no lo son, puesto que atienden a otras doctrinas enemigas de la democracia.
  4. Se garantiza a la nación estabilidad, la paz y eficiencia en los procesos electorales.
  5. Se facilita la elección de mejores gobiernos y candidatos a elección de todo tipo, tales como: presidente, diputados, gobernadores, alcaldes, etc.
  6. Se garantiza al país, mayor seguridad, eficacia y eficiencia en la gestión gubernamental y administrativa  de los futuros gobiernos y autoridades a elegir.
  7. Se contribuye con el fortalecimiento, mejoras y optimización de nuestra democracia.

Los venezolanos demócratas de buena voluntad que existimos, tenemos el derecho a opinar sobre los problemas que vivimos y visualizamos en nuestro país, que día a día, afectan gravemente el desenvolvimiento de las tareas fundamentales de la nación. En consecuencia, este planteamiento, debería ser atendido por la alta dirigencia democrática de Venezuela, luego del cese a la usurpación.  Pretender seguir conviviendo con el enemigo en casa, es una enorme aberración y un riesgo que no se debería seguir corriendo, puesto que está demostrado y escrito en nuestra constitución, que el venezolano ha elegido libre y mayoritariamente a la democracia como sistema de gobierno para Venezuela, y no se debe permitir seguir viviendo a conciencia con ese riesgo. 

Hemos sido testigos, de cómo Hugo Chávez y su perverso equipo de aventureros se las ingeniaron para tomar el poder aparentando ser demócratas y luego revertirlo para convertirlo en una narco dictadura comunista, destruyendo de paso todo vestigio de racionalidad, orden, principios y legalidad. Hugo Chávez, dicharachero y mentiroso como era, hasta se dio el lujo de declarle la guerra política a los EEUU, al capitalismo y a la DEA, pretendiendo hacerle creer al mundo que tales factores son los enemigos tradicionales de Venezuela, cuando por el contrario, siempre han sido nuestros aliados, desde el momento en Venezuela se convirtió en Republica, luego de haber adquirido la libertad de España.  

Los chavistas son tan perversos y traicioneros que hasta al libertador Simón Bolívar intentaron vincularlo al comunismo, a sabiendas de su larga trayectoria democrática y  de libertades que dejo escritas para la historia, este insigne venezolano, libertador de varias naciones en el continente americano. En su megalomanía, Hugo Chávez, hasta se atrevió, y lo logró en parte,  cambiar los iconos y símbolos de la patria, como la bandera y el escudo de Venezuela, quizás, para dejar su huella de haber logrado imponer su voluntad y verdad tal como el mismo la concebía. Hasta se atrevió y lo logro de ordenar un nuevo retrato de Simón Bolívar, hecho a su semejanza, puesto que hasta escogió al artista que lo dibujó, asegurándose que el nuevo Simón Bolívar se pareciese a éste, Hugo Chávez. Algo realmente espeluznante, que se podría calificar de narcisismo, maquiavelismo o fetichismo.

Ni hablar de la orden que dio Hugo Chávez, de abrir el sarcófago donde reposaban los restos de Simón Bolívar, para cerciorarse de este había sido asesinado, puesto que jamás creyó la tesis de que Simón Bolívar había muerto de tuberculosis. Sin duda alguna que el proyecto político conocido como “El socialismo del siglo XXI”, ha sido la peor pesadilla que ha vivido el pueblo de Venezuela. Tal pesadilla, nos debe servir para reflexionar sobre el futuro que deseamos y nos merecemos. Sin duda alguna, no nos será fácil sacar al régimen del poder. Tampoco será fácil reconstruir a Venezuela. No obstante, estamos claros y decididos y sabemos que tarde o temprano lograremos expulsarlos del poder, al costo que sea necesario pagar, para recuperar la patria, tal como la deseaba y visualizaba Simón Bolívar. “Amanecerá y veremos.”

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