¿Enviado del Vaticano es diente roto, ignorante o cómplice?
El Estado Pontificio surge en el año 756 DC, ocupaba varios espacios de Italia hasta 1860 cuando el rey Víctor Manuel II los conquista, y lo reduce a la ciudad de Roma, ciudad que en 1870 integra a sus dominios, declarándola capital de su reino. Una situación conflictiva que fue resuelta en 1929 con el Tratado de Letrán entre la Iglesia y la monarquía italiana, que estuvo representada por el fascista Mussolini, primer ministro del rey. Le asignaron una mínima porción dentro de Roma, pero con status soberano. Funciona como Teocracia, en parte semejante a lo que rige en Irán, aunque no son comparables en población y territorio. En el micropaís europeo gobiernan los Cardenales, en el país asiático los Ayatolahs. Sacerdotes cuyos esquemas básicos provienen de la Biblia y el Corán, respectivamente.
El Vaticano es el “país” más pequeño del planeta [menor que los Principados de Mónaco -1860, 35m hab. 2,02 Km2- , Andorra -1278, 77m hab. 468 Km2-, y Liechtenstein -37m hab. 160 Km2- , y las Repúblicas de Malta -7 islas, 316 Km2, 52 siglos de existencia, 420m Hab. Independiente del Reino Unido desde 1964-, y San Marino –61,2 Km2, 32m hab-]. Ocupa un espacio de 44 Hectáreas (440.000 metros cuadrados, menos de medio Km2, la Basílica de San Pedro y su plaza ocupan la quinta parte del territorio), está dentro de Roma, vecino al río Tiberio y el Castel Sant’Ángelo (a 800 metros del Vaticano, un corredor protegido comunica el castillo con la santa sede, opcional ruta de escape para un Papa en apuros). Es el centro administrativo de la iglesia católica mundial. Menos de 1.000 habitantes (aunque lo visitan cientos de miles de turistas cada año, para admirar sus Museos, y la Capilla Sixtina, en su bóveda la famosa “Creación” pintada por Michelángelo). La posición de Papa equivale a la de un monarca a pequeña escala, en lo referente a su territorio y población, pero lidera e influencia a cientos de millones de feligreses católicos en el mundo, por lo que es un cargo apetecido, al que han llegado todo tipo de personajes, algunos impresentables, con diversos grados de ambición, fe, eficiencia en sus funciones, carisma y castidad. En el 2013 sorprendió la renuncia del Papa -Ratzinger, alemán- “Benedicto 16” (aún vive) y la elección del argentino Jorge Bergoglio, “Francisco”, es el primer Papa americano y jesuita, el segundo no europeo (Gregorio III, sirio, murió en el año 741). En los 3 años y 8 meses que lleva de sumo pontífice se ha ido ubicando cada vez más en favor del populismo, haciendo una lenta reivindicación de la Teología de la liberación cuyas posiciones y propuestas coincidían en tal medida con la ultraizquierda, que produjo incluso algunos curas guerrilleros y muchos demagogos que pervirtieron la misión religiosa hasta reflejar los extremismos de los comunistas (con los cuales se identifica este prelado peronista, en su discurso y en sus acciones).
Su enviado a participar en el diálogo de la Oposición con el régimen castrochavista es Claudio María Celli, quien “en Roma ha recibido constantemente información desde Caracas” (no nos indican de qué fuentes). Tiene 75 años, es Presidente emérito del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, experto en China y Vietnam (dos países donde el más feroz comunismo mantuvo el control y produjo injusticias a granel). Celli declara que su función no es una mediación, que la Santa Sede “acompaña” ¿?. Reconoce la grave escasez de alimentos y medicinas, haber visto la extrema militarización de Venezuela (dos equivalentes a descubrir el “agua tibia”), sin embargo afirma que “Si el diálogo fracasa el camino es sangriento”. ¿Quién tiene las armas?, ¿Quién organizó grupos paramilitares, milicias y colectivos, fuera de la Constitución y absolutamente fanatizados? ¿Qué sector viola con grosera frecuencia la Constitución y nuestros Derechos, y cuál sector exige respeto al marco legal y al ejercicio del Derecho a decidir mediante el voto popular, mecanismo democrático, pacífico e idóneo para resolver diferencias? Falla quien dice haberse informado -condición imprescindible para poder “acompañar” a dos partes en un “diálogo” propuesto por el Oficialismo y apoyado por su superior, el Papa, quien lo envió a Venezuela. La grave situación actual del país no comenzó hace pocas semanas, el enviado del Vaticano debió toparse con nuestra realidad a menudo durante los casi 18 años que llevan destruyendo al país los títeres del castrismo. Es imposible que a fines del 2016 ignore el cordón umbilical que une al chavismo con el castrismo, y las consecuencias del transplante del modelo cubano a nuestra tierra (que trascienden la escasez y los presos políticos, que abarcan un abanico de enormes daños, a la convivencia, a la economía, a la propiedad privada, a la educación, a la seguridad, a la moneda y nuestro poder adquisitivo real, a las libertades de expresión y de circulación). Tampoco puede ignorar Celli que no estamos divididos en dos mitades, que la absoluta mayoría (un 80%) ya no soporta a este régimen incapaz, corrupto y represivo, razón por la cual suspendieron el Revocatorio, ya que no hay forma de que siquiera empaten. Esa absoluta mayoría desea REVOCAR a Maduro y por ello el oficialismo usa el mecanismo del diálogo como parte de las maniobras dilatorias para posponer su derrota y maquillar la realidad, que le es adversa. Celli no puede ignorar que en esa mesa dialogante hay cuatro ex presidentes, que se identifican de manera cómplice con el régimen y el esquema colectivista que le impusieron al país, y que mientras él no demuestre que es imparcial y no fue enviado a reforzar al equipo castrochavista, habrá desconfianza hacia su persona, derivadas de lo que ha representado quien le encomendó esta misión.
Puede preguntarle a sus colegas sacerdotes que viven acá, si quieren acompañarlo a recorrer las calles de Caracas, a pie o en vehículo, después de las 7 pm, visitar algunos mercados, hospitales y farmacias. Pedir a los oficialistas en el “diálogo” que le expliquen la “guerra económica”, las razones por las cuales los mercados están desabastecidos, habiendo expropiado cuatro millones de hectáreas y cientos de empresas industriales -que producían-, todo bajo el control y administración del chavismo hace muchos años. No se podía ser neutral frente a las atrocidades de los nazis del 38 al 45, no se puede ser neutral frente a los crímenes del Bestialato islámico en la actualidad, tampoco cabe la neutralidad con el negativo y obvio saldo que presenta Venezuela luego de casi 18 años de “socialismo del siglo 21” (Celli debe saber que es la misma sarna estalinista del siglo pasado, o comparte el populismo de su jefe).
Todo fanático se ciega ante las verdades que vulneran la porción con la que se identifica, todo creyente es un fanático, y rechaza las críticas (y las evidencias) a lo que conforma la estructura material y dogmática de la que forma parte. Las ambigüedades del Papa argentino trascienden el anacrónico e injusto rechazo a los divorciados, o lo que los deudos hagan con las cenizas de sus seres queridos. Las implicaciones políticas de lo que piensan y proponen el papa peronista y su camarada en el trono de los jesuitas, son mucho más peligrosas. Los hechos son muy claros; Bergoglio ha encontrado cosas criticables en todos los países que ha visitado, salvo en Cuba (donde apenas llegó le dijo a Raúl “Quisiera pedirle a usted, señor presidente, que transmita mis sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel“ -a quien luego VISITÓ, haciéndose cómplice de la farsa que esconde la demencia senil del criminal del Caribe). Frente a él detuvieron a un opositor, inofensivo, que quería expresarle la posición de los disidentes cubanos, y el papa nada hizo por evitar el atropello. Ni siquiera tuvo un pequeño gesto de solidaridad para con las Damas de blanco, constantes víctimas de la represión castrista. Ha recibido varias veces en el Vaticano a la ex Cretina, pero al presidente Macri sólo una vez y muy breve. Recibió en audiencia privada y larga a Hebe Bonafini, una malandra que genera repudio, no sólo en Argentina, sino en el continente y el mundo, por su asquerosa y deshonesta conducta (se alegró por la muerte de casi tres mil seres humanos, en el atentado contra las Torres del WTC, en NY 11 sept. 2001). El papa Francisco es PERONISTA, y respalda toda insensatez que lleve la impronta del populismo de ultraizquierda. Allá los que se hagan ilusiones con ese extremista, hoy para colmo apuntalado por otro similar, el “papa negro” Arturo Sosa (lean sus declaraciones*, sus puntos de vista también ambiguos y poniendo solapada presión a favor de los populismos). Hace poco declaró que “el diálogo es la ÚNICA OPCIÓN para Venezuela. Sostuvo que lo único que la Oposición no tiene proyecto, busca sólo DERROCAR a Maduro (la misma mentira goebbeliana del régimen). Es estéril cualquier otra interpretación de los obvios sectarismos de estos Ñángaras con sotana. Con dogmatismos y solidaridades automáticas hacia esos funcionarios de la Iglesia, los crédulos pueden estar contribuyendo a la destrucción del futuro de sus descendientes.