Eleccionazo apoteósico
Histórico e inexplicable por el “resultado”, así como de relevante y de un “Guinness” el acontecimiento o jornada de los comicios presidenciales de este domingo 28-J, cuando la población sufragante acudiera masiva y disciplinadamente, desde la noche del día previo a efectuar su cola a fin de ejercer su derecho al voto para deslastrarse de un régimen deshonroso de la calaña del chavismo, ya decrépito y carca por su esencia castrocomunista; ironías del destino cuando el presidente extinto se juramentase tan irreverentemente ante la “moribunda”, que, al revertirse en tiempo y espacio, el moribundo ha pasado a ser el chavismo con una caída estrepitosa e irrecusable junto con sus adláteres ante un rechazo unánime e incontrovertible. Habitantes de los pueblos de las diferentes entidades del país azotadas aparte de las fallas de combustible por las de los servicios públicos esenciales más las penurias por inexistencia de servicios médicoasistencialeses. Dejaron de arrodillarse por un bono hambreador, aunque el régimen había bloqueado el acceso al país de los medios internacionales; incluso, la de expresidentes latinoamericanos. No obstante, difícil acoplarle la sordina con bozal alguno de arepa. Pues, el revés del régimen ha sido irreversible e incuestionable gracias a la actitud de un pueblo corajudo y seguro de sacarle inocuamente, con los votos; pueblo noble que no volverá a dejarse impresionar con madrugonazos como el del capcioso 4-F cuando insurgiese un lobo castrocomunista con piel de oveja, quien defraudó a cantidad de venezolanos incautos al rasgarse tan falsamente sus vestiduras y llevarnos al borde de un despeñadero, de sima u hondón tridimensional, de pendiente abrupta para salir del mismo y dejarnos en un mito o castigo análogo al de Sísifo. Solo quedan nuestras reservas en virtud de que las actas escrutadas y en poder de la oposición que lidera MCM, otorgan un 70 por ciento de los votos a favor de Edmundo González ¿Otro fraude electoral a campo travieso?