El virus avasalla América Latina
El subdesarrollo de América Latina está siendo pasto fresco del invasor Covid-19 que desde marzo de 2020 se expande como langostas en sembradíos de millones de leguas cuadradas de pasto humano indefenso de Norte América al Cabo de Hornos y, en Brasil y México, con gobernantes pueril y bárbaramente indiferentes a la gravedad del ataque devastador en vidas y hacienda tanto fiscales como privadas de toda topografía y costa. Cadáveres en las calles no es solo cuestión de Guayaquíl o San Pablo, et.al., es triste y múltiple resultado de la incompetencia de autoridades que, habiendo tenido aviso de sobra, hicieron poco o nada para or-ga-ni-zar… la defensa contra semejante enemigo que anunció su llegada por demás desde China. En Bolivia deberían postergarse las benditas elecciones presidenciales hasta 2021 o más allá.
Las desigualdades sociales, la inmensa densidad poblacional de las ciudades, el trabajo informal, mucho a destajo, la pobreza y desorganización de los sistemas de salud más las pugnas políticas existentes, algunas surrealistas por su encono y cruedad fomentados desde los cuatro puntos cardinales por los seudo allegados políticos de izquierda del Pacto de San Pablo, o fieles a los rancios arreglos de las ultra derechas políticas, o los aprovechadores de ambos que dan poco brazo a torcer, tienen mucho que ver con la impotencia y la desorganización imperantes en estos momentos de súper crisis en prácticamente todos los países de América Latina… que incluye los 40.000.000 de latinos que viven en EEUU… que también están siendo presa desproporcionada del virus.
Esto viene alarmando y hasta emboscando a la población y desde luego a las autoridades interamericanas de salud que por fin piden a los responsables nacionales, regionales y locales mayor empeño en la inmediata implementación de pruebas individuales en escala urbana, suburbana y rural así como en el uso de mascarillas, y una mayor organización en la protección de personas que acuden al trabajo sobre todo manual de toda índole que en nuestros países va desde la labor agrícola hasta la manufacturera y de servicios que por su naturaleza aglomera gente codo a codo por lo que el contagio es ipso facto y, peor, mucha gente infectada no tiene ni muestra síntomas, lo ignora, pero tiene el virus en la naríz y la garganta por lo que contagia en forma inconspicua y expedita incluso cuando habla, ríe o grita… lo que infecta hasta dos metros a su redonda y aún más. Incluso cuando está callada… mucho más que cuando tenga síntomas. De ahí la importancia del distanciamiento de por lo menos dos metros, también de la mascarilla y desde luego el repetido lavado de manos ya que el desconocimiento es la razón del descuido y la propagación que incluso alcanza a presidentes de países… como Juan O. Hernández de Honduras.La diabetes, la hipertensión, la obesidad y los males de hígado y riñones son relativamente comunes entre la gente pobre que por lo general no tiene acceso a servicios médicos dotados. Sabemos de sobra que en promedio los países latinoamericanos gastan un cuarto de lo que gastan los países de primer mundo en esos servicios lo que viene a ser una realidad vergonzosa y costosísima en estos momentos de cundiente desesperación… en que encima abundan los oportunistas sobre todo mercadeando medicinas incluso veterinarias para dizque “curar,” cuando se debería saber que la mayoría de los contagiados del Coronavirus se recuperan con tratamientos caseros, y cuyo plasma está en demanda… incluso desesperada.