El tumor
Ya esto está claro para la mayoría de los venezolanos. Si acaso “los comprados” dudan todavía, como resultado de los beneficios que reciben. Vivimos, y de ello no puede haber extrañeza alguna, bajo una dictadura militar, y ésta, en una significativa proporción, ha entregado el país a la dirección y controles del gobierno cubano. Han destruido la nación, su economía y valores, y pretenden acabar con todo aquello que ha sido nuestra historia y motivos de orgullo. Sin embargo, a pesar de la división y explotación que se nos ha causado, nos recuperaremos, y nos levantaremos de nuevo, porque como lo afirma Albert Camus: “El espíritu no puede nada contra la espada, pero el espíritu unido a la espada, es el eterno vencedor de la espada blandida por la espada”.
Da risa, desde luego una risa amarga, hablar de democracia entre nosotros. Aquí, eso que define como tal, está ausente. Hace ya muchos años que nadie lo ve pasar. El tiempo de la libertad es un tiempo claro, que, en gran medida, para nosotros ha sido un tiempo ido. Y es que a ese respecto, la concepción de nuestro presidente sobre la formación y la crítica, parece subsumirse en la filosofía de Goering: “cuando se me habla de inteligencia, saco el revolver”. Pese a lo que venimos de expresar, no nos equivoquemos, la inteligencia, la democracia, y la libertad regresaran, volverán a establecerse en nuestras calles y plazas. No hay que insistir en lo que se dice: “nadie hace nada “. Esto es erróneo e injusto. Numerosos hacen y han hecho. Muchos jóvenes estudiantes y no estudiantes han dado su vida y son muchos también los que siguen dispuestos a darla por lo que creemos y pensamos.
Todos conocemos y agradecemos a quienes se encuentran presos por ayudarnos, y agradecemos igualmente los esfuerzos que ellos y sus parientes realizan por el país. En esa misma línea cabe decir, que a pesar de críticas e impaciencias, es necesario considerar el trabajo fundamental que la Asamblea desempeña en beneficio general, pese al bloqueo evidentemente anticonstitucional que mantiene el poder Ejecutivo, bloqueo que únicamente se entiende a cabalidad a partir del respaldo que le otorga el sector militar.
Sin embargo, como hablamos claro, esto debe expresarse: hay que enfrentar en la oposición a ese sector que desgarra y desanima. A esa oposición dentro de la oposición. A ese tumor, que aunque no fuese mortal, podría llegar a serlo. Si ese tumor desaparece, el sendero a la democracia y a la libertad, está expedito.
En tanto que si permanece y se enquista, habrá de convertirse en el mejor aliado de la tiranía. Nos referimos, como probablemente ustedes lo suponen, al individualismo y al egoísmo partidista, que lamentablemente se han manifestado en algunos puntos de la oposición, desfigurándola.
Si en vez de unirnos fraternalmente, si en vez de darnos la mano, permitimos que ese tumor supure, dejaremos que la ocupación extranjera se consolide. Si así ocurriese, al menos algunos podremos decir: los que olvidamos nuestra individualidad, y decidimos, estrechándonos la mano, unirnos a la Venezuela en apuros, fuimos los que supimos retenerla en toda su dignidad.