El RR es para todos
En 1980, la dictadura militar que gobernaba Uruguay desde 1973, sometió a plebiscito una reforma constitucional que perseguía formalizar su régimen de facto e institucionalizar el poder militar. No obstante el marcado ventajismo oficial, el No a la reforma fue la respuesta de 57% del voto popular. Los militares aceptaron razonadamente aquella decisión de la mayoría que dio inicio al retorno a la democracia. Tras una ardua negociación que implicó concesiones importantes a la dictadura, renació la que había sido una de las más sólidas democracias del continente.
En 1988, en Chile, la dictadura gobernante desde hacía 15 años, con intenciones similares a la de los militares uruguayos ideó un plebiscito para prorrogarse en el poder hasta 1997. También fue derrotada por una alianza democrática. Este resultado fue base para negociar la restauración de la democracia chilena, la cual, de paso, aprendió la lección de la funesta experiencia socialista que habia servido de excusa para la sangrienta dictadura.
Dos historias latinoamericanas de militares que, ejerciendo plenamente el poder que habían asumido «como función restablecedora del orden», aceptaron la voluntad popular y abrieron la transición para el restablecimiento de repúblicas democráticas y liberales.
En Venezuela, ante el desastre reinante y el totalitarismo impuesto por una camarilla gobernante, el Referendum Revocatorio es una oportunidad para todo el país. Para la inmensa oposición democrática que lo promueve, pero también lo es para la sobrevivencia del propio PSUV si aspira a un futuro como fuerza política democratica. Y de manera muy especial, esta es la ocasión para que la Fuerza Armada, a la que una facción ha arrastrado al mayor desprestigio de su historia, recupere su valor institucional. El RR es oportunidad para todos.