El Resurgir de los Países: A Propósito de los Resultados en El Salvador
El Punto de Partida para una Reflexión Obligada
Múltiples y variadas razones han hecho que muchos países hayan entrado en fase “critica” de viabilidad, entre ellas: problemas políticos y falta de gobernabilidad, razones económicas, conflictos bélicos, problemas climáticos y desastres naturales, crisis financieras y de comercio, y transición entre modelos político-ideológicos. Así, el resurgimiento de los países en dificultades debe verse, primeramente, como un compromiso político con sus ciudadanos.
La actividad pública de gobernar en el resurgimiento o recuperación de los países debe estar íntimamente asociado al compromiso de generar bienestar para sus ciudadanos. En tal sentido, la historia ha puesto de manifiesto que cuando existe un verdadero compromiso responsable y por qué no decirlo, un “ego herido” y orgullo por parte de quienes dirigen las naciones, entonces el alcance de los objetivos se facilita.
Alemania y Japón son dos naciones que entendieron las bondades de este compromiso para con sus ciudadanos y el futuro de los mismos, luego de quedar devastados de la II Guerra Mundial. Otros como Singapur y Corea del Sur, por razones diversas, también entendieron y asumieron este compromiso. El caso de Argentina es el de una crisis crónica con limitadas salidas, mientras que El Salvador es actualmente un experimento que está dando sus primeros pasos.
El Caso de Alemania – Posguerra y Pundonor
El resurgimiento en Alemania vino después del exitoso crecimiento económico posterior a la II Guerra Mundial, nos referimos a la Alemania Occidental. Este estuvo basado en su pundonor (orgullo) para llevarlo a la determinación y compromiso de sus gobernantes, en sus capacidades como sociedad y en una población que los acompañó, para lo cual el plan económico fue determinante hasta alcanzar posteriormente el sitial de nación-potencia desarrollada. La aplicación del Plan Marshall de EEUU para la reconstrucción de Europa resultó muy importante para el resurgimiento de Alemania, al ayudarla a recuperar su capacidad industrial y construir una economía exportadora. Es de señalar que ya EEUU había ayudado a Alemania a aligerar su carga financiera como consecuencia de la I Guerra Mundial.
Pero en su historia, Alemania experimentó episodios (1921-1923) de hiperinflación, alto desempleo, destrucción de la moneda y empobrecimiento general como efectos de la I Guerra Mundial, por lo que el reto de establecer una economía sólida tenía que ser una prioridad si se deseaba tener un país con futuro.
El avance de Alemania después de la I Guerra Mundial se vio afectado con la Segunda Guerra Mundial. Pero posterior a esta última, se benefició de la reducción en un 50% de la deuda externa en 1952 y la ampliación de las exportaciones de maquinaria industrial hacia otros países europeos también en reconstrucción y en las cuales Alemania había basado su especialización y poder mundial, todo lo cual mantiene hasta el presente.
Obviamente, muchos episodios adversos han tenido que ser superados a lo largo de los años, pero el horizonte trazado le ha permitido mantener el sitial que ocupa. La clave del éxito alemán ha sido el compromiso político de sus gobernantes y el de su población que, apegados a un plan de desarrollo bien definido, han permitido la alta productividad alcanzada en el terreno económico, facilitando un crecimiento sostenido elevado y de calidad, el combate de la inflación y la construcción de una de las monedas más sólidas del mundo, si no la más sólida para el momento en que el Marco Alemán era la moneda oficial. Todo esto le ha permitido a Alemania desempeñar el papel tan relevante y de liderazgo que ha jugado a nivel mundial y dentro del bloque comunitario de la Unión Europea.
Lo anterior no significa en modo alguno que Alemania no tenga problemas y retos importantes que enfrentar como país y sociedad, pero han construido una base de convivencia para atenderlos, no sin reconocer/desestimar los costos asociados y otros problemas que merodean la cotidianidad de Alemania, entre ellos: a) el crecimiento del partido político de extrema derecha y los riesgos para el “consenso” político del cual han disfrutado hasta hoy; y b) la convivencia (integración) social entre alemanes y nuevos inmigrantes (refugiados) que ha tenido el país durante los últimos años y que amenaza en convertirse en un tema político-electoral cada vez más importante, ello de cara a los elementos culturales que están presentes.
El Caso de Japón – Compromisos Obligados de Posguerra
Japón es otro ejemplo de país que logró resurgir de “las cenizas” a base de tesón, buena conducción y compromiso político, una idiosincrasia de mucho sacrificio, alta productividad y apego a sus valores nacionalistas y obviamente culturales; no menos importante, el apoyo financiero y comercial recibido de EEUU. La notable recuperación/resurgimiento de Japón, se unió al de otros países también perdedores en la II Guerra Mundial, como lo fueron Alemania e Italia.
Muchas veces se ha referido el milagro económico japonés como el fenómeno que ocurrió en ese país que permitió la gran expansión económica entre 1960 y 1980 (derivación del compromiso de posguerra) y que aupada por EEUU convirtió a Japón en una gran potencia industrial y comercial. Este es otro caso por demás muy meritorio dado el estado en el que quedó su economía al concluir la II Guerra Mundial. Así, Japón se convirtió en una de las economías más desarrolladas del mundo, teniendo como punta de lanza el crecimiento de su sector industrial, más meritorio aun a sabiendas de su baja disposición de recursos naturales, los cuales debían ser importados, y su elevada dependencia de las importaciones de petróleo y carbón, bases para sustentar su industria. Así, la economía japonesa se convirtió en una economía de transformación que importaba materia prima (metales) y combustible y producía bienes finales. Este crecimiento se vio interrumpido en la década de 1990 (conocida como la “década perdida”) y el país se siguió viendo afectado por crisis internacionales de años posteriores.
Como elemento destacado en el ámbito político y de diseño del Estado, Japón aprobó, en su proceso de resurgimiento, una nueva constitución (1947) en la cual se abandonaba el elevado poder que tenía el Emperador en los asuntos de gobierno, para así convertir al gobierno en una monarquía parlamentaria que elegiría a un Primer Ministro para cumplir las funciones de gobierno, al tiempo que se establecía una clara separación de los poderes públicos.
El caso de Singapur – Mano Férrea y Cambio Radical
Singapur es hoy día un estado altamente prospero. Para su éxito debió enfrentar con determinación los males que arrastraba al momento de superar la dominación británica y alcanzar su independencia de Malasia a mediados de la década de los años 60 del siglo pasado.
Con base en un artículo de BBC News Mundo de 2019, el ejercicio del poder por 30 años de su primer Primer Ministro parece haber abierto las puertas al milagro económico de Singapur, cuyo gobierno persiguió a opositores y emprendió encarcelamientos y ejecuciones para poder imponerse. Se entendió que males endémicos como el de la corrupción, y los bajos niveles de educación y salud, así como el alto déficit de viviendas y en general de inversión, no podían acompañar el surgimiento de una nación fuerte, para lo cual había que invertir fuertemente en estos sectores. Al mismo tiempo, aplicó un amplio programa de reformas y un plan de desarrollo económico bajo líneas de un modelo capitalista de apertura hacia el exterior, lo que le abrió las puertas al éxito. La firma de acuerdos comerciales con países de alta influencia en el contexto internacional como EEUU y China, y con la Unión Europea y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático han permitido consolidar su fortaleza económica. Todo esto ha hecho que Singapur se perciba como un país con un ambiente de negocios favorable y predecible para los inversionistas.
El resultado del esfuerzo de Singapur ha hecho que se le señale como el país más rico del mundo cuando se le mide por el poder adquisitivo de sus habitantes.
Valga señalar que en un artículo de BBC News Mundo de 2019 se señalaba que “el gobierno impulsó grandes programas de empleo y la construcción de viviendas sociales, una política social que fue de la mano de un estricto control de la vida privada y la supresión de libertades individuales (incluyendo la detención de opositores sin llevarlos a juicio y la aplicación de castigos corporales)”. Así pues, con una población cada vez más instruida, instituciones sólidas y ausencia de corrupción se ha transitado un camino de éxito.
El Caso de Corea del Sur – Surgimiento en Medio de Rivalidades de Dominación
Con un telón de fondo de luchas y rivalidades de dominación se levantó Corea del Sur. En efecto, China, Japón y Rusia (Unión Soviética) se han disputado por mucho tiempo la dominación de la Península de Corea, pero su independencia se logró como parte de los “acuerdos” alcanzados con Japón después de la II Guerra Mundial (para ese momento bajo su dominación). Hoy día Corea del Norte (comunista) mantiene una tensa situación de amenazas y rivalidad con su vecina Corea del Sur (democrática) que deviene de la separación en dos de la antigua Corea. La complejidad de esta rivalidad adiciona el enfoque del modelo político-ideológico y de orientación de la economía que cada Corea viene aplicando.
Las transformaciones políticas experimentadas por Corea del Sur desde su constitución y especialmente a partir de 1961, tanto bajo regímenes autoritarios como gobiernos democráticos, condujeron a un rápido crecimiento económico. El sentimiento democrático se solidificó aún bajo gobiernos dictatoriales y la primera elección presidencial libre se realizó en 1987; en 1993 se eligió al primer presidente civil, mientras que en el año 2000 el presidente para ese entonces ganó el Premio Nobel de la Paz por su contribución a la democracia y en 2013 se eligió a la primera mujer presidente, con posteriores mociones de censura por corrupción y tráfico de influencias, poniendo a prueba a la propia democracia.
Los retos y las amenazas han estado a la orden del día en los años pasados, con una Corea del Norte realizando ejercicios militares, lanzamiento de misiles y pruebas nucleares, interpretándose esto como provocaciones para con su vecino. Se han realizado algunos esfuerzos tímidos de acercamiento entre las dos coreas y otros entre Corea del Norte y EEUU, pero sin que se tenga al día de hoy una visión clara para una sana convivencia entre las distintas partes involucradas.
Pese a los obstáculos políticos antes señalados, Corea del Sur ha sido capaz de desarrollar una economía sólida orientada a la exportación, donde la producción y exportación de automóviles y su liderazgo tecnológico con la más grande industria de semiconductores a escala mundial, han reflejado los avances y desarrollo del país y hacen notorio su desarrollo respecto a Corea del Norte, siendo estos elementos que han permeado a la sociedad surcoreana. Adicionalmente, el aporte de recursos financieros para la ayuda internacional es otro elemento a destacar. Complementariamente, en el ámbito social destaca su liderazgo en los cuidados a la salud, el nivel educativo y la incorporación significativa de la población de mayor edad a la fuerza laboral del país.
El Caso de Argentina – Trampa Política y Económica
Por contraste, otros países entre ellos Argentina, se vinieron a menos luego de ser potencias a principios del siglo XX, y sus gobernantes no han podido ni comprometerse ni salir adelante de manera medianamente exitosa, cayendo en continuadas e innumerables crisis que la tienen inmersa en una trampa política y económica muy complicada de superar sin incurrir en elevados costos para sus ciudadanos. Ello genera recurrentes crisis políticas, económicas y sociales que al no poder ser superadas reflejan el profundo retroceso sufrido por el país y el fracaso en su conducción política.
En un trabajo de finales del año 2023 hecho por Alvaro Cordero, este contabilizaba 16 crisis económicas en los últimos 160 años (1 por década), cuando a principios del siglo XX se mostraba como un país de grandes oportunidades. Las razones del declive de Argentina se encuentran, además de las de índole político (golpes de estado y gobernabilidad), las de orden económico reflejadas en problemas e inestabilidad institucional; políticas inadecuadas, populistas y cambiantes no sostenibles en el tiempo; recurrente proceso inflacionario; inestabilidad cambiaria; endeudamiento acelerado; gasto público desbordado y una economía altamente dependiente de materias primas. Así, el surgimiento/auge económico de Argentina como país potencia y próspero de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX se desvaneció a lo largo de este último siglo y las primeras décadas del siglo XXI, con virajes alternativos entre populismo, socialismo y liberalismo económico, con luchas militaristas y de civilidad.
Hoy día, con el reciente triunfo del Javier Milei, Argentina se plantea su resurgimiento acompañado nuevamente de un modelo capitalista-liberal. Su materialización y éxito está por verse, especialmente de cara a las luchas políticas en pugna y a la posibilidad real de reflotar al país en medio de la profunda crisis económica y social que atraviesa desde hace muchos años y que está basada en problemas de fondo, al tiempo que ha desbordado a políticos de izquierda y derecha que han ejercido el poder por décadas, aun con la elevada ayuda financiera de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional.
El resurgimiento de Argentina requiere de un gran compromiso político y consenso social, asi como un plan económico que pueda sostenerse en el tiempo, aun a costa de los costos sociales que indefectiblemente llevará consigo.
El Caso de El Salvador – Resurgir en Democracia con Riesgo Dictatorial
Uno de los más recientes países que parece haber iniciado su resurgimiento es El Salvador, país que vivió largos episodios de luchas clandestinas, guerrilla y violencia-delincuencia urbana y rural (bandas organizadas) que le impidieron avanzar en su desarrollo. No obstante, otros factores distintos a los muy importantes de orden político y social se han conjugado para limitar el crecimiento del país y la generación de bienestar para su población, valga decir, los efectos naturales-climáticos, terremotos, huracanes e inundaciones que según algunos estudios evidencian la alta vulnerabilidad de El Salvador.
De manera particular, la Guerra Civil de 1979-1992, la alta emigración de salvadoreños durante este periodo, los acuerdos de paz firmados, la delincuencia/criminalidad de bandas organizadas (pandillas), el arresto masivo de miembros de estas, la declaración de estados de emergencia y la corrupción de expresidentes, son solo algunos hechos emblemáticos en la historia de El Salvador que han conducido a la propuesta actual de cambio.
Desde la asunción al poder de Nayib Bukele en junio de 2019 en El Salvador (elegido con el 53% de los votos) viene aconteciendo un proceso tan profundo como esperanzador que permitiría el resurgimiento/reflotamiento del país para avanzar en la construcción de uno nuevo, fortalecer la convivencia pacífica de la ciudadanía y mejorar la salud de manera significativa. Sin embargo, este proceso no ha estado libre de obstáculos, especialmente por las críticas a la posible violación de derechos humanos que ha podido conllevar la lucha contra la violencia y la delincuencia.
No obstante lo señalado, estas críticas y denuncias no parecen preocupar mayormente a los salvadoreños, pues la reciente reelección del Presidente Nayib Bukele el pasado 4 de febrero (con un margen muy amplio por cierto), parecen indicar que los ciudadanos están conformes con el accionar del gobierno.
Pero para emprender y transitar un programa de saneamiento como el planteado se requirió de una alta determinación política de acabar con los males que ha padecido el país por décadas, y ello no está exento de costos políticos y hasta personales. Afortunadamente, se pueden cosechar importantes beneficios que más allá de los objetivos directos esperados, también se traduzcan en una gran popularidad política, así como la aceptación por quienes han padecido los conflictos de manera directa. Es de resaltar que la superación de esta grave problemática social le abriría un mundo de posibilidades a El Salvador en términos de crecimiento y desarrollo económico, pues emprendedores, inversionistas y ciudadanos en general contarían con una base sólida de seguridad personal y jurídica indispensable para construir una nueva y sana economía y avanzar en ganancias de bienestar para la población.
Pero regresemos al plano político. En este no han faltado acusaciones internas y externas hacia el Presidente Bukele acusándolo de dictador o autócrata, pero su determinación para avanzar en el plan diseñado por el gobierno ha sido determinante en los cambios positivos que se están comenzando a ver en el país. ¿Que existe riesgo dictatorial y amenazas a la democracia?, seguramente; pero en el corto plazo la ciudadanía ha visto en esta lucha frontal contra los problemas que la aquejan, la gran ganancia del cambio político escogido. La gente parece haber visto “futuro” en este nuevo rumbo y seguramente incluso muchos de los emigrantes salvadoreños que se encuentran alrededor del mundo pudieran estar considerando su regreso al país si este les ofrece un futuro sostenido de seguridad y prosperidad.
Por otra parte, es importante señalar que la discusión acerca de una posible modificación o aprobación de una nueva Constitución Nacional para permitir la reelección indefinida del presidente, como viene siendo planteada en El Salvador, es una discusión que seguirá estando planteada y que no está exenta de riesgos dictatoriales/autócratas, aun con los resultados de gestión favorable que se han observado.
Indudablemente que otros factores como el económico y el social también tendrán que ser atendidos con prioridad para que el Proyecto Bukele sea visto como una opción viable de largo plazo por la cual valga la pena seguir comprometiéndose. De no producirse avances rápidos, existirá siempre el riesgo de retrocesos y apetencias por mantenerse en el poder, como ha ocurrido en otros casos.
Por lo pronto, el viento sopla a favor del mandatario reelegido, a tal punto que el entendido éxito alcanzado hasta los momentos por el Gobierno de Bukele ha hecho que en otros países se muestre su apoyo y traten de imitarlo.
Comentario Final
Salir de una situación circunstancialmente no es garantía de una situación de prosperidad duradera. Pueden resurgir viejas heridas si estas no fueron atendidas y sanadas debidamente, complicándoles el panorama nuevamente, de allí la necesidad de ser “celosos guardianes” de los logros alcanzados y seguir construyendo sobre esa base.
Por otra parte, tal vez en muchos países haya necesidad de apelar al estímulo de ciertos egos positivos en los políticos, gobernantes y ciudadanos, así como de verdaderos sentimientos nacionalistas, para forzar los compromisos necesarios que lleven a la superación de los problemas y con ello se produzca el resurgimiento de los países.