El raro “suicidio” Nisman y sospechosos precedentes similares

Alberto Nisman, Fiscal a cargo desde 2004 del caso del atentado a la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), donde hubo 85 muertos y 300 heridos. En julio de 1994 en Buenos Aires,  una bomba destrozó el edificio sede, en calle Pasteur Nº 633 desde 1945 (en 1999 fue inaugurado el edificio que substituyó al destruido). Había anunciado que el lunes 19 de enero haría la denuncia formal contra la presidente Cristina Fernández Kirchner, su canciller Héctor Tímerman, el diputado Andrés Larroque y los piqueteros Fernando Esteche y Luis D´Elia. Pero apareció muerto, en muy extrañas circunstancias, en un baño, habiendo presuntamente usado un arma calibre 22 que le había pedido prestada a un colega (aunque Nisman tenía dos armas de fuego registradas a su nombre). Sergio Berni, Secretario de Seguridad del gobierno de Cristina Kirchner, la primera a ser denunciada, y Román Di Santo, Jefe de la Policía Federal, estuvieron por mucho tiempo y antes de los forenses, en el apartamento y en el baño (lo que les hubiera permitido modificar la escena del crimen). No había en la mano de Nisman rastros de pólvora. Encontraron una lista de compras que le hizo a una empleada, estableciendo que esa tarea era para el lunes 19. También el conocido periodista Andrés Oppenheimer le propuso una entrevista para CNN y Nisman le respondió que hablarían el lunes 19. Tenía 51 años, su hija recién cumplió los 15 y la llevó a España de regalo y vacaciones (aunque él regresó antes, para hacer su denuncia contra los peces gordos del kirchnerismo). Miles ya se han manifestado en las calles, rechazando la tesis oficial del suicidio.

Alirio Ugarte Pelayo, importante líder nacional de URD (Unión Republicana Democrática) partido miembro del gobierno de Ancha Base con AD y COPEI, hijo del General Gabaldón y medio hermano de Argimiro (muerto por disparo accidental en 1964),  encabezaba en 1966 al grupo disidente en URD, y convocó a una Rueda de Prensa en su propia casa para anunciar la fundación del Movimiento Demócrata Independiente. Docenas de partidarios y periodistas aquel 19 de mayo de 1966 y apenas escucharon un tenue sonido, apareció con un balazo en la cabeza, sangrando en el piso de su biblioteca. No encontraron rastros de pólvora en su mano ni tatuaje en su sien. En el cañón del arma ni sangre ni cabellos. Su esposa posteriormente afirmó que se trató de un asesinato.

Witremundo Torrealba, doctor en parasitología, profesor de la Universidad de Carabobo, hijo de José Francisco Torrealba (entre cuyos méritos destacan sus descubrimientos para combatir el Mal de Chagas y su praxis médica filantrópica, que miles de pacientes humildes le agradecen). Witremundo se especializó en Chagas, Leishmaniasis, Bilharzia, pero en paralelo luchaba contra la Corrupción en el ámbito universitario y, siendo Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, anunció que el 15 de julio de 1981 haría una denuncia formal de todos los corruptos en la UC, con nombres y apellidos. Apareció el día 14 envenenado con Curare, en Valencia, con apenas 45 años. Una vida de valiosa Investigación científica, truncada.

Lorena Márquez Lovera, descubre que su cónyuge Manasés Capriles, Director del Diario El Siglo, trafica drogas y tiene lazos con el Cartel de Medellín. Se lo comunica a su madre pero no se separa a tiempo como ella le recomendaba, y el 18 de junio del 91 aparece en la habitación de servicio del apartamento, en un edificio casi vacío en Maracay, con un  disparo en el pecho. Manuel Capriles, Secretario de la Gobernación de Aragua -hermano de Manasés y de Tulio Capriles- es quien avisa a las autoridades, que dejan entrar al lugar de los hechos a los familiares del marido, antes de ingresar los peritos forenses, pero impiden el ingreso de la madre de la víctima. Lorena estaba descalza, tenía asfalto en las plantas de los pies, no tenía en su mano manchas de pólvora, Manasés sí. El revólver 38 estaba en su funda. Había sangre en el baño, pero también fuera del apartamento. Con Luminol, a dos empleados de Manasés les hallaron sangre en los zapatos. Vestía shorts y Bata, en la cual no hay orificio de bala. Recientemente se había aumentado sus Senos, y los psiquiatras aseguran que es improbable que una mujer se dañe su pecho, menos cuando acaba de embellecerlo. Una Comisión Especial del Congreso investigó 4 meses y determinó Asesinato. Radican el juicio en Lara, una primera Juez dictamina Suicidio, un  segundo juez ratifica esa conclusión. En junio del 93 la CSJ anula esa sentencia por hallar 24 vicios procesales. En julio del 97 determinan asesinato y dictan auto de detención a Manasés por homicidio calificado, pero poco antes huyó del país.

Danilo Ánderson, Fiscal encargado de indiciar a los presuntos implicados en la toma de posesión sin cumplir el marco legal, del 12 de abril del 2002. Negociaba la exclusión de la lista de implicados, mantenía altas sumas de dinero en una caja fuerte, y tenía una máquina de contar billetes, en su apartamento. Al parecer actuaba sin seguir instrucciones ni compartir ganancias. El 18 de noviembre del 2004 explota una bomba con C4 bajo su asiento al volante de su camioneta Toyota, muere en el acto. Algunos vecinos declararon que el área había sido tomada desde antes de la explosión por funcionarios policiales, otros personeros aparecen en cosa de minutos en el sitio. Le rinden inmerecidos honores de prócer (igual que a Serra), pero improvisan la investigación y en tiroteos nada claros son muertos Antonio López Acosta y Juan Carlos Sánchez, e inculpan a tres veteranos policías, miembros de una misma familia, a quienes juzgan y condenan con la mayor prisa, como lo exigía la necesidad de ocultar a los genuinos culpables del crimen. Diez años después el misterio y la impunidad permanecen.

Oswaldo Payá Sardiñas, 60 años, y Harold Cepero Escalante de 32, fundadores y dirigentes del Movimiento Cristiano de Liberación, creadores del Proyecto Varela y Comités Ciudadanos en el  2001, recogieron 11.000 firmas en 2002, 14.000 en 2004, en pro de un Plebiscito para introducir cambios legales en Cuba. Viajaban con el abogado español Ángel Carromero de las Juventudes del PP, y Jens Aron Modig de la  Juventud Demócrata Cristiana de Suecia, cuando ocurrió un accidente el 22 de julio del 2012, y el vehículo en que viajaban se salió de la carretera, muriendo los dos disidentes cubanos. A Carromero lo juzgaron y sentenciaron a 4 años de cárcel por Homicidio involuntario, era el conductor. A los 6 meses el gobierno español logra negociar su traslado a España, donde cumpliría el resto de la condena, pero una vez fuera de la Cuba castrista, Ángel denuncia que lo conminaron a declararse culpable, y que en realidad sufrieron una emboscada que produjo el trágico accidente en que fallecieron los dos cubanos anticomunistas. Ha escrito un libro narrando con detalles el trágico episodio, y los familiares de Payá lo respaldan en su denuncia.

Hay obvias coincidencias entre los sucesos condensados en esta selección; Trayectoria descendente del proyectil, en los casos de Ugarte Pelayo y Lorena, contraria a la dirección  horizontal o ascendente que exige la particular maniobra de dispararse a sí mismo. La ausencia de marcas de pólvora en los casos de Ugarte, Lorena y Nisman. La convocatoria previa que realizaron, Rueda de Prensa en los casos de Ugarte Pelayo, Denuncia pública con fecha precisa, en los casos de Witremundo (muerto la víspera) y Nisman (muerto horas antes), relación de Lorena a su madre de la conducta delictiva de su cónyuge. Factores de poder como elementos participantes en los procedimientos de procesamiento de las evidencias, reportes noticiosos a la Opinión Pública, manipulación de los Juicios, sentencias y conclusiones. Ocultar, minimizar o tergiversar evidencias y declaraciones de testigos y expertos. Es incoherente que una persona que va a suicidarse, se haga una revisión médica hora y media antes, caso Ugarte, o planifique lista de compras y acuerdo para una entrevista. para el día de su suicidio, caso Nisman. El sueco que andaba con Payá, Cepero y Carromero no dijo absolutamente nada sobre lo ocurrido, un fenómeno sospechosamente parecido al del escolta inglés de Diana, quien no tuvo ni un rasguño en aquel choque en el túnel de París, donde murieron Diana, Al Fayed y el chofer, pero “no recuerda nada” de aquel específico accidente. Otro común denominador de los casos abreviados acá, es el interés oficial en avasallar con su versión de los hechos, para frenar la obligatoria pero inconveniente investigación a fondo, y a cargo de expertos independientes y confiables. Es vergonzoso que por los turbios intereses de unas minorías en posiciones de poder, a los familiares y allegados de las víctimas, y al mundo en general, se les nieguen los procesos indagatorios correctos y eficientes, y la Verdad a la que esos procesos necesariamente conducen, lo que constituiría un desagravio y un homenaje dignos, para todas y cada una de las víctimas, directas e indirectas, de estos sucesos (que en el solo caso de la AMIA fueron 85 seres humanos). Se han burlado de todas las víctimas quienes introducen mecanismos de dilación y de confusión, para desviar las investigaciones y la justa elaboración de los Expedientes Judiciales, que señalen y castiguen a los verdaderos culpables.