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El primer tejido

El aborto es defendido solo por personas que han nacido”. Ronald Reagan

Se discute en algunos foros mientras que en otros se impone, la idea relacionada con la existencia como persona del embrión humano, por supuesto a propósito de justificar los abortistas la evacuación de un útero gestante, quizás para hacer el acto del aborto menos culposo (o doloso) al hacer creer que no era vida lo que se eliminaba y, por supuesto, mucho menos persona. Este artículo se escribe a los efectos de dejar claro a los cultores del feminismo radical cuya línea divisoria con el “abortismo” es muy tenue, por no decir inexistente y cuyo eslogan principal va por el lado del derecho que tiene la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, dejar claro lo barbárico que resulta inducir un aborto por razones que no sean estrictamente médicas, tan barbárico como negar hemoderivados a un paciente grave por razones religiosas. La primera gran interrogante, aunque parezca algo tonto y extremadamente obvio, es la discusión relacionada sobre si el contenido de un útero gestante, independientemente de la edad, es o no vida y de entrada hay que decir que son células vivas, desde los gametos hasta el feto en trabajo de parto, ese contenido está vivo, sean dos células o sean aproximadamente un trillón de células en el cuerpo entero, en ambos casos se trata de estructuras vivas y funcionales que comienzan con un ovulo fecundado y, en progresión geométrica van creciendo a través de divisiones y diferenciaciones celulares para crean órganos que constituyen un ser estructurado. Entonces ocurre que, para tapar la vergüenza o el componente social o la decisión para mantener un trabajo, se recurre a dos argumentaciones falaces: lo que está en el útero gestante no es persona y el aborto tiene que ser legal ya que es un problema de salud pública. El concepto de persona tiene varios enfoques, el biológico, el social, el jurídico, el religioso, entre otros. Si el feto en desarrollo no es considerado persona pues no se está cometiendo homicidio y no es punible, es un razonamiento muy simple de los grupos proabortistas. La persona tiene características de existencia, pertenencia (a un grupo, a un país, a un partido, a una religión). Entonces cuando se esgrime el término “persona humana” en sí mismo redundante y chocante al oído, se trata de diferenciar la persona humana de la jurídica en cuanto a su individualidad y en su derecho a ser respetada y a tener las mismas opciones para desempeñarse con su propio esfuerzo. El término persona es profundamente definitorio de rol aparentemente privilegiado del humano social, por lo menos en lo legal, a tener una vida libre y protegida, lo cual no ocurre con los animales, por lo menos hasta ahora que comienzan a existir legislaciones en materia de derechos animales. La “persona animal” aún está por definirse y no goza de los privilegios de la persona humana, baste un consentimiento de un “amo” para que una mascota tenga un desenlace fatal por una enfermedad o simplemente porque no hay sitio para su sustento, lo mismo con el feto. De acuerdo a los proabortistas el feto no es persona por varias cosas: tiene un amo que dispone de su vida, al mejor estilo feudal. Otra razón para no llamar persona al feto es que no tiene, según los proabortistas, capacidades cognitivas que le permitan definirse como tal y la pregunta que sobreviene es, de acuerdo a ese “modelo”, si un bebé recién nacido si tiene esas capacidades, es decir la capacidad de auto determinarse, o a los cinco, diez, inclusive los quince o dieciocho años de edad. La realidad es que biológicamente hablando la estructura cerebral del feto a partir de la semana cinco, comienza a generar pensamiento, emociones y conductas, las tres características fundamentales del desempeño humano. Junto con la pena de muerte, el aborto inducido y la eutanasia se constituiría una tríada de leyes destructivas de la vida, de hecho, el fin principal es matar legalmente, lo cual es paradójico en un sistema legal que precisamente busca proteger los derechos fundamentales, pero la realidad es que existen y se practican en los países con mayor avance social y con mayor desarrollo económico. Si el humano es intrauterino no es persona, pero si es parido si lo es, se le da nombre, se le toma huella plantar, se le alimenta y se le dan los cuidados que sean necesarios y se encuentra protegido por la ley, con diferencia de minutos. Es, de acuerdo a los “neo constructores de la estructura social”, cuando el niño adquiere la categoría de persona, porque hay una ley que así lo define y que es el instrumento que garantiza la igualdad, la ley, cuando se empieza a proteger a este ser vulnerable. Igual con la mujer y su necesidad de empoderamiento luego de muchas faltas de protagonismo social como el voto, la educación y el trabajo, y luego de muchas luchas y alcanzar el lugar que le corresponde, se presenta el fenómeno paradójico de no permitir la existencia de algunas vidas, porque en apariencia se trata de un fenómeno, el aborto inducido, total y absolutamente dependiente de la mujer, tanto así que la proposición única es “el derecho que tiene la mujer a decidir sobre su cuerpo”, entendiéndose el producto de la gestación como una parte del cuerpo femenino y no como un ser independiente que necesita ser defendido. Curiosamente los humanos que se mantienen en cápsulas de aislamiento por sufrir de enfermedades caracterizadas por la inmunodeficiencia y que no pueden hacer contacto con el exterior ya que no hay defensas, están perfectamente legislados, tienen seguridad social para la provisión y mantenimiento de las cápsulas y sus derechos son inalienables, pero un embrión o feto que también está en una cápsula, apenas por treinta y ocho a cuarenta semanas, tiene, en algunas sociedades el peligro de ser exterminado legalmente. A partir de aquí vienen los sucedáneos: la adolescente embarazada, el embarazo por violación, el embarazo en situaciones de déficit cognitivo, entre otras y donde las decisiones pueden ser tomadas o inducidas por terceros. Las estadísticas son el otro punto importante donde aquellas personas proabortistas pretenden sustentar la necesidad de crear legislaciones en la materia, de manera que resulte obligante la realización de abortos sólo y exclusivamente con la decisión de la persona. En este sentido las famosas estadísticas son manipuladas y transformadas, de manera de convertir los números en referentes para dejar la sensación que se trata de un problema de salud pública. Se refuerza el hecho que para los efectos de este trabajo los abortos de los que se trata son abortos inducidos. Vale la aclaratoria porque existen otros tipos de abortos: espontáneos, en evolución, amenaza de aborto y todos ellos forman parte de la forma natural en que puede trascender un embarazo ya que, de acuerdos a los estudios, el organismo tiene mecanismos naturales para interrumpir embarazos de fetos que no son viables, embarazos que han estado bajo la influencia de enfermedades como la toxoplasmosis, la rubeola, la sífilis, entre muchas otras. Pero igual que el organismo se deshace de forma natural con lo que considera inviable, también en caso contrario preserva el embarazo de manera tal que tienen que usarse métodos crueles para poder matar al embrión o feto, y es algo absolutamente lógico de pensar ya que es la esencia misma de la supervivencia de la especie. La gran mayoría de los datos a nivel mundial relacionados con el aborto, no son conclusivos y la razón a nivel médica nunca está centrada en el aborto como tal, en el supuesto que la persona haya inducido un aborto de manera no médica, sino por causas de enfermedad o muerte relacionadas con sepsis, hemorragia, complicaciones de enfermedades previas (cardiopatías, diabetes), pero la causa de muerte o enfermedad en una mujer gestante como “aborto inducido” va a ser un hallazgo en las historias clínicas de los centros de salud muy raro de ver. Al contrario, con las mujeres que llegan a la emergencia sangrando y donde el posible diagnóstico pueda ser “aborto en evolución” que ya es una condición médica que debe ser tratada, pero poder argumentar que dicho aborto en evolución fue inducido o espontáneo es muy difícil de determinar médicamente, más allá de la información provista por la paciente. Por ello cualquier estadística que se pueda presentar al respecto es poco confiable. Entre los problemas de salud más importantes a nivel mundial de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud y donde se supone que se invertirán presupuestos importantes en prevención y curación están: el virus Ebola, tuberculosis, fiebre reumática y complicaciones cardíacas, enfermedades no transmisibles, polio, cólera, emponzoñamiento ofídico, gripe pandémica. Como se verá las complicaciones del aborto inducido no aparecen y por ello no cabe considerar este problema como uno de salud pública y ¿qué significa un problema de salud pública?, se trata de una condición médica que por distintas razones: ambientales, sociales, económicas, políticas, entre muchas, trasciende los límites estadísticos considerados normales o esperados cuando los mecanismos de control sanitario funcionan, llevando a aumentos de morbilidad y mortalidad, congestión hospitalaria, afectación de la población sana, erogaciones presupuestarias, ausentismo laboral, conmoción social. Un problema de salud pública puede convertirse en epidemia o en pandemia dependiendo del caso y trascender las fronteras del propio país que lo generó. Por ningún lado pareciese razonable que se pueda considerar al aborto inducido como un problema de salud pública, tanto como para hacer una legislación al respecto, pero si lo suficientemente importante como para que se utilice como arma política por los zurdos junto con la ideologìa de género, el cambio climático, la pobreza, las clases oprimidas, los pueblos originarios y, detrás de la supuesta ayuda a las clases desposeídas lo que existes son las creaciones de “chiringuitos”, fundaciones, ONG’s, para “ayudar, asesorar”, a esas personas que pudiesen ser susceptibles de querer abortar. El caso de Planned Parenthood es bastante emblemático de los que son organizaciones abortistas que se disfrazan detrás del título “planificación familiar”, pero en Planned Parenthood no se asesora sobre anticoncepción, se trata de una organización donde se vende el aborto a todo el que llega, incluyendo padres que llevan a sus hijas embarazadas. En Planned Parenthood se entrena regularmente al personal en técnicas de ventas, mercadeo, material POP, técnicas de negociación, lo mismo que si se tratase de una empresa de venta de automóviles o de electrodomésticos, o de viajes o de seguros. La realidad ampliamente documentada está detrás de un condicionamiento a la persona que acude para que aborte y no para informarle sobre los riesgos y sobre las bondades de un hijo luego de pasar el mal momento, ya que el objetivo es demostrar que si existen suficientes personas dispuestas a abortar y así justificar la existencia de estos organismos no gubernamentales. Pero la razón más poderosa detrás del aborto inducido son las inmensas ganancias de las que se hacen acreedores los defensores del aborto inducido. Organizaciones como Planned Parenthood obtiene ingresos anuales por aproximadamente mil millones de dólares, pero siguen siendo patrocinadas por los gobiernos porque se venden como fundaciones sin fines de lucro. En pocas palabras, el aborto es un negocio que financia la política de izquierda. Estas ONG’s se crean y participan de los presupuestos de los estados, del dinero de los contribuyentes, donde se paga personal que hace lobby por aborto, en pocas palabras reciben dinero del Estado más que para ayudar a la mujer embarazada, para generar becas que permitan que gente generalmente adscrita a un partido político viva sin trabajar, una forma de pagar los favores durante las campañas que los eligieron. Algo parecido ocurre con los “chiringuitos” que tiene como supuesto norte la ayuda a la mujer maltratada, los que tratan supuestamente de promover la tolerancia LGTBIQ, los protectores del ambiente los empoderadores de las clases oprimidas, entre muchas herramientas de control político de corte populista y que generalmente calan en poblaciones con mala educación, pobreza, desesperanza y dependencia. Pero regresando al concepto de persona y su vinculación con la estructuración psicológica que la define, es decir una persona, de acuerdo a algunos autores, tiene la capacidad cognitiva de ejercer consciencia, la capacidad de poder percibir y juzgar la realidad, de defenderse ante la agresión, de empatizar, un concepto que se presta a mucha controversia, los casos de seres en coma, de niños pequeños que no racionalizan su realidad pudiesen ser calificados como “no personas” y entonces entraría otro debate sobre si “humano” y “persona” son equivalentes, pero más allá de ello, el gran factor común detrás de la capacidad de ser persona, la capacidad psicológica, el juicio de la realidad, el bien y el mal y todas esas características que diferencian a los humanos como especie del resto de los animales, es la existencia de una estructura orgánica que medie estos procesos, entiéndase sistema nervioso, en especial el encéfalo, aún más el cerebro y pudiese decirse que la existencia del cerebro significaría que el resto de las funciones corporales incluyendo las cognitivas, tienen que ser dirigidas, es por ello que resulta de extrema importancia, que el primer tejido que se forma es el nervioso ya entre la segunda y la tercera semana de gestación. En pocas palabras empezará a haber tejido nervioso central y periférico ya a los veintiún días de gestación lo que permite que existan sensaciones, percepciones y control autonómico, ya que es necesario conectar todo ese organismo en formación a la central, el encéfalo, para que pueda ser monitorizado y controlado. Por otro lado la comunicación del feto con la madre es la placenta que además es un pulmón y permita la entrada de sangre oxigenada al feto y retirar la sangre con carga de CO2, pero además permite la entrada de nutrientes y salida de desechos, todo ello sin contar que las sustancias cerebrales de la madre, neurotransmisores, neuropéptidos, los cuales definen los estados de ánimo, los estados de alerta, también pasan por la placenta desde la madre al niño y viceversa con lo cual se establece un mecanismo de comunicación único que es por vía sanguínea y que determina que tanto la mujer como el feto pueden transmitir su estado anímico, perceptivo, y compartirlo. Por lo anterior se puede decir que la única variable que se ha esgrimido para determinar el criterio de persona es que esté dentro o fuera del útero lo cual es científicamente y moralmente bastante atrasado y sin asidero. Hay que recordar que los criterios en los cuales se basaron los nazis para eliminar a las personas con menores capacidades, físicas o mentales, radicaba en que no eran personas y que resultaba muy costoso su mantenimiento y no aportaban nada a la sociedad. Con los judíos pasó algo parecido. El considerar que el judío, el gitano, el negro, era inferior al ario, determinaba una descalificación como persona y entonces acuñaron el término “subhumanos” lo que justificaba su exterminio, de la misma forma que pudiese tratarse de un animal. A partir de aquí las reflexiones acontecerán.

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