El primer explorador fue africano
El “negro Estevanillo” es el primer explorador del oeste de lo que ahora es EEUU antes que Francisco Vázquez de Coronado al que la historia acredita el hecho. Nace alrededor de 1500 y vive en Azemmour, Marruecos, enclave Portugués de 1513 a 1514. Estevanillo fue vendido como esclavo en África al explorador español Andrés Dorantes de Carranza que lo lleva en la expedición de Pánfilo de Narváez que naufraga en las costas de La Florida en 1528. De 300 hombres sobreviven Estevanillo, Dorantes de Carranza, Cabeza de Vaca y Alonso de Castillo.
Los cuatro luego son cautivos ocho años de los indios Pananarivo, costa del Golfo de México, y sobreviven gracias a los conocimientos médicos y magia curandera de Cabeza de Vaca. Siguen el curso del Río Grande y encuentran indios cazadores de bisontes con los que conviven. Oyen de la posible existencia de ciudades del oro más al norte. En el río Sinaloa se encuentran con unos españoles cazadores de esclavos que les señalan el camino a Culiacán… y ciudad de México a la que llegan en 1536 para impresionar con su inverosímil aventura.
Enterado de la posibles ciudades de oro, el virrey, Antonio de Mendoza, apronta una expedición de la que rehusan ser guía los españoles que trajeron la noticia. Pero venden a Estevanillo al Virrey que lo utiliza como guía de la futura exploración y en 1539, Estevanillo guía al religioso y explorador, Fray Marcos de Nisa, en pos de las mentadas “ciudades de oro”. Salen el 7 de marzo, 1539 rumbo norte para adentrarse en territorio de lo que hoy es Arizona y Nuevo México. El 21 de marzo, Marcos ordena a Estevanillo adelantarse y explorar el territorio en parte por la tendencia de éste a distraerse recogiendo piedras raras que él utilizaba para negociar con los indios, y por su habilidad para conseguir mujeres indígenas. A los seis días Estevanillo envía un mensaje diciendo que se había encontrado con indios que hablaban de lugares de riqueza espectacular.
Marcos cree que se trata de las ciudades de oro y continúa atravesando desiertos con Estevanillo siempre días adelantado y enviando mensajes con indios que traen el nombre de Quivira como la ciudad del oro. A mediados de mayo se acercan a las Montañas Blancas de Arizona cuando Marcos recibe el mensaje de que Estevanillo había sido ultimado por los indios Pueblo cerca de lo que hoy es Zuni, Nuevo México. Lo mataron por haber utilizado con piedras una vasija que a los indios curanderos servía de sonajera sagrada. Al enterarse, Fray Marcos regresa a México y, basado en lo de Estevanillo, dice al Virrey que era muy probable que las mentadas ciudades de oro existiesen al norte de lo explorado.
Entonces fue que el explorador Francisco Vázquez de Coronado emprende la gran expedición del norte un año más tarde que no produce oro pero sí gran conocimiento de la geografía y la gente del suroeste de los que ahora es EEUU. Ingresa por Arizona, cruza Nuevo México, Texas, Oklahoma y Kansas. Pasa hábilmente territorio Apache, Navajo, Cheyenne, Kansa y Osage para llegar a la “Quivira”, de Estevanillo, en Kansas, después de recorrer 1100 kilómetros.
Pero es Estevanillo el que entró primero en esos territorios y habló de “ciudades de oro” que a él interesaba seguir buscando porque en la aventura de la búsqueda seguramente encontraba lo más precioso del ser humano: la libertad de acción, expresión, aventura y placer que la esclavitud le había negado en la civilización europeo-religiosa.