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El “precio justo” de la gasolina

El régimen que nos destruye ha resuelto que los males económicos de Venezuela tienen dos causas que hace falta combatir: Los precios diferenciales de nuestro signo monetario y el precio de la gasolina. En consecuencia, ha propuesto que se debata este último; el otro, los distintos precios del bolívar, es más complicado.

No queremos dejar pasar la ocasión que se nos brinda y aunque es un tema que merece mucho más espacio y conocimientos, no queremos desechar la oportunidad.

En primer lugar debemos decir, una vez más, que la expresión “precio justo” es una falacia, como diría el difunto filósofo Carlos Andrés Pérez quien fue una víctima del intento de adecuar el precio de la gasolina a las circunstancias nacionales. Al menos, esa fue una excusa.

El precio de un bien o de un servicio es la consecuencia del análisis de una serie de eventos y situaciones que se quieren tomar en cuenta. En la gran mayoría de los casos son las fuerzas del mercado quienes deciden cual es el precio que debe tener un bien.

Cuando un mercado es eficiente y a él concurre un número adecuado de oferentes y demandantes, existirán varios precios de un producto y el consumidor escogerá a quien le brinde las mejores ventajas. No sucede esto en el caso de los combustibles.

Ya parece una decisión tomada por el régimen que nos destruye que la gasolina que hoy tiene un precio de 0,1 Bs/litro, subirá a 2,6 Bs/litro. Es decir, el precio de la gasolina subirá 2600% (menuda contribución a la inflación). Con ello, Venezuela pasará de ser el país donde la gasolina se regala, para ser el país del mundo donde la gasolina es más barata…por bastante.

Pensamos que el problema más importante en el mercado de la gasolina es el grosero contrabando de extracción que el régimen apadrina. Una gandola de gasolina tiene un precio de cuatro mil bolívares (cuarenta mil litros a 0,1 Bs/litro). Basta con llevarla al otro lado de la frontera con Colombia para que su precio ascienda, por arte de la magia del mercado a algo así como cuarenta mil dólares americanos (En Colombia, la gasolina cuesta más de un dólar el litro). Es decir, con un corto recorrido entre San Antonio del Táchira y un depósito al otro lado de la frontera, una “inversión” de cuatro mil bolívares (80 US$ a la tasa de SICAD II) se vende en algo cercano a US$ 40.000, una utilidad grosera con una inversión ridícula.

Solo para mencionar un ejemplo mundial de precio de la gasolina en un país independiente lo tenemos en Noruega (país que tiene políticas económicas bien diseñadas). Allí, el litro de gasolina tiene un valor sustancialmente igual al que tienen que pagar los países vecinos. Con ello se elimina la tentación del contrabando de extracción. En todos esos países y en toda Europa, el precio de la gasolina es de dos euros el litro o más.

Un tanque normal de gasolina de un automóvil contiene unos cincuenta litros de combustible. Hoy pagamos menos de cinco bolívares (0,1 US$ SICAD II) para llenar el tanque, pasaremos a pagar unos ciento treinta bolívares para reponer la gasolina en nuestro vehículo, pero en cualquier país, un tanque de gasolina cuesta algo cercano a cien euros que a la tasa de cambio SICAD II significa unos siete mil quinientos bolívares. Que locura.

Hace falta analizar lo que significa el aumento en relación al salario del venezolano. No olvidemos que algo cercano a la mitad de los asalariados de Venezuela devenga “salario mínimo” o parecido. Si suponemos que un vehículo requiere unos doscientos litros de gasolina por mes, ello quiere decir que un ciudadano tendrá que dedicar unos quinientos veinte bolívares mensuales para mantener el nivel de la gasolina en el tanque de su vehículo, el 12% de sus ingresos. Una barbaridad.

Otra faceta del problema, mucho más complicada, es la de la eficiencia del consumo de combustibles. Cuando se comenzaron a disparar los precios del petróleo, los tecnólogos de todo el mundo automotriz comenzaron a desarrollar motores más eficientes. Hoy existen motores de automóviles que brindan eficiencia tres veces mayor que los de hace pocos años. El parque automotor de Venezuela debe ser uno de los menos eficientes del mundo, por lo que si dispusiéramos de vehículos “modernos”, tecnológicamente desarrollados, podríamos reducir el consumos interno de manera importante.

En resumen, pensamos que el proyecto de aumento de la gasolina, tal como se ha difundido, solo tendrá una consecuencia: Se le disminuirá el rendimiento del “negocio” del contrabando de extracción pues el costo actual de cuatro mil bolívares por gandola, subirá a ciento cuatro mil bolívares. Los contrabandistas transformarán ciento cuatro mil bolívares en cuarenta mil dólares norteamericanos. Huelgan comentarios.

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