El pragmatismo del pueblo alemán
A lo largo de la historia muchos pueblos han sido víctimas de vicisitudes que han frenado su desarrollo y en muchos casos originado consecuencias fatales para sí. A menudo los causantes son sus líderes quienes con ambiciones desmedidas pueden llevar un país a la ruina y en casos extremos hasta la destrucción del Estado como institución. En la historia reciente, el caso de la republica de Alemania es emblemático. La irrupción de Adolf Hitler al mundo político con su programa de Nacional-Socialismo de carácter totalitario, expansionista con miras a la dominación de países vecinos, genocida con la población judía, gitanos, homosexuales y comunistas entre otros y de agresión a su propio pueblo cuando no comulgara con sus ideas creó las bases para la II Guerra Mundial para abortar su diabólico programa. Fue necesaria una gran alianza de países para detener su avance y poner fin a sus designios de implantar un imperio que duraría mil años. La derrota en 1945 fue aplastante y significó la destrucción de su ejército, la abolición de la base institucional del Estado alemán y el fraccionamiento y reparto de su territorio entre los países vencedores, Inglaterra, Estados Unidos de América, Francia y la Unión Soviética. Los ejércitos de los países occidentales ocuparon cerca del 70% de su territorio mientras que el de la Unión Soviética ocupaba el 30% restante. Iniciada la reconstrucción, en la zona soviética las empresas fueron nacionalizadas y transferidas a la propiedad pública; en Alemania Occidental se puso en práctica la política de la libre empresa basada en la economía social de mercado. 1
Tras cuatro años de ocupación, en 1949 la parte oriental de Alemania ocupada por el ejército soviético se convirtió en la República Democrática Alemana RDA con Berlín Este como su capital, mientras que la occidental ocupada por los ejércitos de occidente se convirtió en la República Federal de Alemania RFA con capital Bonn.
El pueblo alemán quedó así separado por una frontera artificial, pero siendo un solo pueblo, guardando todo su acervo común, primordialmente en lo cultural, social, económico y científico-tecnológico. Así, de manera inesperada se creó una gran oportunidad, la de un verdadero laboratorio social virtual con dos economías en paralelo con igual nivel de desarrollo, donde se pondrían en evidencia las características más visibles del comunismo, base ideológica de la economía soviética centralizada que comenzó a aplicarse en la RDA, en relación al funcionamiento de una economía liberal basada en la economía social de mercado que se aplicó en la RFA.
Con la ayuda del capital proveniente del Plan Marshall, la RFA inició la reconstrucción de su economía. El crecimiento no se hizo esperar, trayendo consigo prosperidad y una mejor calidad de vida. En pocos años se observaba un crecimiento acelerado, a lo que en 1957, “Ludwig Erhard, siendo aún ministro de economía de Alemania Occidental, afirmaba que el enorme crecimiento del país durante la última década no se debía a un «milagro» sino que era fruto «de la libertad humana y del libre funcionamiento de la economía».41
Mientras tanto en la RDA la reconstrucción comenzaba a marcha forzada con empresas expropiadas y cuotas de producción impuestas por el gobierno comunista. Pero ante la visible prosperidad alcanzada en la RFA, pronto se hizo evidente que la economía centralizada de Alemania Oriental no podía competir con el crecimiento económico y la generación de riqueza que estaba produciendo la economía de la RFA. Ante las penurias de bienes esenciales de consumo en la RDA, muchos comenzaron a escapar a Occidente a través de Berlín Oriental, ocasionando una aguda pérdida de mano de obra, notablemente de gente joven y bien calificada. Al no poder contener el éxodo por métodos convencionales, las autoridades de Alemania Oriental decidieron en 1961 erigir el tristemente célebre Muro de Berlín que cerró el libre flujo de personas entre las dos partes de la ciudad.
Paralelamente al apoyo para la reconstrucción económica, Alemania Occidental contó con la cooperación de los aliados para la refundación de su base institucional establecida en la Ley Fundamental promulgada en 1949 que permitió la continuidad del Estado y un retorno a un ambiente de paz y tranquilidad. 2
En lo institucional, Alemania optó por un Estado federal formado por Estados Federados o “Länder”, cada uno dotado de su propia Constitución, Parlamento y Gobierno. El sistema legislativo es bicameral, con el “Bundestag”, (Cámara baja) que funciona como parlamento nacional y el “Bundesrat”, (Cámara alta) integrada por representantes de los “Länder”, guardián de los intereses de los Estados Federados. La Ley Fundamental asigna tanto al Estado Federal como a los Estados federados, determinadas tareas en las áreas de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. De manera específica, el Estado Federal posee en algunas áreas una administración completa, por ejemplo en las Relaciones Exteriores, las Fuerzas Armadas (Bundeswehr) y la Oficina de Empleo, las relaciones con la Unión Europea, entre otras. Los Länder por su parte tienen dentro de su amplia gama de competencias, funciones legislativas y la administración. Los Estados Federados tienen competencia exclusiva en tres materias de alcance para el conjunto del Estado, a saber, la educación, incluida la enseñanza universitaria, la seguridad interna, incluidas las funciones de policía, y la administración del autogobierno local. Dentro del respeto a la autonomía de los “Länder”, la jurisprudencia se lleva a cabo en estrecha coordinación con el Estado Federal. Además, a través del Bundesrat, los Länder velan por la defensa de sus intereses y del interés federal, participando en la legislación del Estado Federal. Si el Bundestag propone una ley Federal contraria a los intereses de los Länder o al interés nacional ésta no logrará la aprobación del Bundesrat.
La vida política retornó a la normalidad. Se restablecieron los partidos políticos a la excepción del partido Nazi de extrema derecha. El sistema electoral introdujo la representación proporcional para los partidos que obtienen un mínimo de 5% de los votos, hecho que ante la presencia de varios partidos fuertes dificulta la formación de gobiernos monocolor. De ahí que la principal característica del sistema de partidos alemán es la idea de una gran coalición entre las principales fuerzas políticas. Por consiguiente, al votar por un partido el ciudadano por una parte manifiesta su preferencia por una alianza de partidos y por la otra determina la relación de fuerzas entre los potenciales socios de gobierno, todo bajo un ambiente de inteligente pragmatismo y convivencia política, por lo que no se ven conflictos o guerras fratricidas entre agrupaciones políticas. El interés nacional es la bandera de los partidos y sus razones para establecer este sistema han sido mayoritariamente económicas, dejando la ideología en un segundo plano.
Para su financiación la normativa constitucional autoriza a los partidos a recibir las cuotas de sus militantes y donaciones privadas. Pero cuando éstas superan los 50.000 euros, tienen que ser comunicadas al presidente del Bundestag. Por último, reciben subvenciones del Estado que también participa en la financiación de los gastos electorales en función de los resultados. La ley somete a los partidos a una estricta auditoria de rendición de cuentas como obligación de transparencia.
En el aspecto laboral, los sindicatos recobraron su libertad. La Constitución en su Artículo 9, garantiza a todos y a todas las profesiones el derecho a constituir asociaciones (o sindicatos) para la preservación y la mejora de las condiciones laborales y económicas.
Los sindicatos son apolíticos e independientes, no reciben financiamiento de los partidos políticos ni subsidios públicos del Estado. Se financian exclusivamente con las cotizaciones de sus afiliados y los ingresos de su patrimonio. Al final de la guerra, en medio de los esfuerzos de reindustrialización surge el ideal de la llamada cooperación capital-trabajo en las relaciones obrero-patronales, luego de lo cual se crearían los comités de empresa y la cogestión empresarial. Las negociaciones de condiciones salariales se realizan entre el sindicato y los patronos por sector de actividad. El gobierno no interviene en la negociación obrero-patronal. Pese a la bondad de la estructura obrero-patronal, no tardó en hacerse evidente que siempre existirían diferencias específicas entre empresas y sindicatos, especialmente en materia de remuneración y horarios de trabajo. Sin embargo, las dos partes sociales, en nombre del interés mutuo compartirían el interés por la competitividad de las empresas como garantía de estabilidad y perspectivas de mejoras en la política salarial. La introducción de los comités de empresa y la cogestión empresarial crearon un marco institucional altamente beneficioso para el desarrollo industrial de Alemania, resultado de la estabilidad y ausencia de huelgas a repetición.
Del otro lado y al decir del refrán, “como no hay mal que dure cien años”, los alemanes del Este, entre tanto forzados a vivir bajo un régimen comunista luego de la ocupación por la Unión Soviética, al amparo de la Perestroika y de la caída del Muro de Berlín en 1989, sin vacilación, el 18 de marzo de 1990, decidieron por mayoría del Parlamento de la RDA optar por la reunificación. Visionarios, los legisladores de la Ley Fundamental de la RFA en 1949 habían establecido las bases para una eventual reunificación. En su artículo 23 contemplaron el ingreso futuro de «otras regiones de Alemania».124. Pero para que el proceso legal de la reunificación tuviera vigencia, el 23 de agosto de 1990, el Parlamento de la RFA según lo establecido en Ley Fundamental, aprobó por amplia mayoría, la creación de una nueva nación alemana unificada permitiendo así la anexión de las catorce regiones administrativas de la RDA y su capital, Berlín Este.125 Así, el 31 de agosto de 1990 ambas naciones firmaron el Tratado de Unificación poniendo fin a 45 años de forzada separación.
La enorme carga económico-financiera que significó la reunificación, no impidió que la Alemania unida continuara con su extraordinario desarrollo, social, económico y tecnológico. De las cenizas de II Guerra Mundial, Alemania se ha convertido en la primera potencia económica de Europa y la cuarta del mundo, junto a Estados Unidos, China y Japón y segundo exportador mundial después de China.
A la luz de este breve vistazo a la historia reciente del pueblo alemán, parece posible constatar la contribución determinante de varios factores en la consolidación de una sociedad altamente prospera en lo social, en lo económico y en lo tecnológico luego de su ruina durante la II Guerra Mundial. La estricta practica del Federalismo en donde la División de poderes y la descentralización en vez de concentración de poderes establece los mecanismos institucionales en contra de la tiranía de la mayoría; la concertación negociada entre los sindicatos y el empresariado y la convivencia política entre los partidos que, en general, gobiernan en coalición bajo una Democracia de acuerdos. Su pueblo ha sabido gobernarse y multiplicar sus fuerzas con el aporte de cada uno de sus ciudadanos para la grandeza de su nación.
Documentos de consulta:
http://www.siglo21info.com/1945-1989/naciones/europa/rfa/alemania-1949.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_Fundamental_para_la_Rep%C3%BAblica_Federal_de_Alemania
http://es.wikipedia.org/wiki/Partidos_pol%C3%ADticos_de_Alemania
http://es.wikipedia.org/wiki/Reunificaci%C3%B3n_alemana#Tratado_de_Unificaci.C3.B3n
https://www.btg-bestellservice.de/pdf/80206000.pdf
https://es.finance.yahoo.com/noticias/alemania-potencia-econ%C3%B3mica-europea-102739715.html
http://www.kas.de/bolivien/es/publications/35033/
http://www.berlin.de/mauer/oeffnung/index.fr.html
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