El mismo libreto
Los “golpistas” cuando acceden al poder suelen llamar golpistas a quienes luchan por desalojarlos del poder. Las más de las veces esa lucha y el empleo de ese término se desarrolla cuando, habiendo accedido al poder los “golpistas”, pretenden contra la regla democrática de la alternabilidad, perpetuarse para siempre en el poder.
Basta con citar un par de frases que utilizan como consignas políticas los “golpistas” para mostrar de modo evidente lo que acabo de expresar: La primera es “no volverán”. Esta frase se dirige contra quienes le precedieron en el ejercicio del poder y contra cualquier persona o grupo que aspire a acceder al mismo. La segunda es “la revolución llegó para quedarse”. Expresión inequívoca de la aspiración de perpetuidad que es invocada por los golpistas, poco importa si han accedido al poder mediante la toma de éste por la fuerza (un golpe en sentido estricto o una revolución) o por la vía democrática de una elección.
Los “golpistas” del año 1992 Chávez, Arias, Cabello y un largo etcétera no son excepción. Llevan 20 años ejerciendo el poder y llamando golpistas a quienes se les oponen. Accedieron al poder por una elección, pero para hacer patente que su “derecho a mandar” no provenía de la elección, transformaron el desfile militar de la toma de posesión del presidente, símbolo de la sujeción del poder militar al poder civil, por ser la fuerza armada una institución al servicio de la República y no de una parcialidad política, en un símbolo de sujeción a los “golpistas”, realizándolo no el 2 de febrero día de la toma de posesión del cargo, sino el 4 aniversario de la felonía.
El golpe de los “golpistas” es un golpe continuado, siguió con una reforma de la constitución mediante un “golpe” a la constitución vigente, que entre sus logros por mencionar solo tres dispuso: 1) Disolución del Congreso electo legítimamente, 2) Creación de un falso poder legislativo y 3) la reelección inmediata del presidente, por primera vez en nuestra historia republicana.
Desde luego “los golpistas” no cejaron en su pretensión de perpetuarse en el poder, por oposición al principio democrático de la alternabilidad; y no satisfechos con haber introducido la reelección por un período, quisieron reformar la Constitución para hacer la reelección indefinida, pero como ésta fue rechazada en el referendo al que fue sometida, los “golpistas” aprobaron, en contra de las normas expresas de su propia constitución, una reforma para hacer múltiples reelecciones del presidente, por lo que podemos afirmar que la “tercera” elección de Chávez en Octubre de 2012 fue inconstitucional, como lo fue la designación de Maduro como vice-presidente y su elección en Abril de 2013, por lo que desde ese año y no simplemente ahora vivimos bajo un régimen de usurpación. Morales se lo copió en Bolivia. (Hay más)