El Inusual tono de Edmundo González y María Corina crean expectativas de libertad
El mensaje
La combinación de personalidades entre Edmundo González y María Corina Machado posibilitó una brecha de oportunidades en la conjugación de los diferentes escenarios políticos que se desarrollaron como antesala a las elecciones del 28-J, y ahora mismo de cara al 10-E, se acrecientan en el ideario colectivo, vertiendo mayores expectativas de libertad en el alma de cada venezolano independientemente del espacio geográfico donde se encuentren.
Edmundo González, ha elevado considerablemente el tono de sus intervenciones, que deben contextualizarse desde la evaluación profunda del personaje, partiendo de su desempeño profesional y personal del que se tiene referencias; un internacionalista graduado en la Universidad Central de Venezuela, en el año 1.970, con un Máster of Arts in International Affairs de la American University, en Washington D.C., en el año 1.981, funcionario de carrera del Servicio Exterior de Venezuela, llegando a ocupar la Dirección de Política Internacional de la Cancillería, además de embajador en Argelia y Argentina, de quien se debe decir se aprecia como un estudioso de las formas y métodos que se emplean en la política para alcanzar los objetivos, con una extensa biblioteca en su hogar en Caracas, que decora el ambiente de sus entrevistas, donde destacan obras importantes como: La anatomía del poder, de John Kenneth Galbraith, El choque de civilizaciones, de Samuel Huntington, y China, de Henry Kissinger, y a su vez Edmundo González es un compilador de otras obras de política internacional y autor de libro, Democracia Paz y Desarrollo.
De manera que detallando su experiencia de vida y su formación intelectual y académica, podríamos afirmar que estamos en presencia de un estadista de alto perfil a pesar de su modesta personalidad, y sobre todo una persona que definitivamente no tiene la característica de ser apresurado o desmedido en ninguna intervención, por el contrario, un veterano con la capacidad suficiente de determinar el momento adecuado para anunciar y desencadenar acciones que responden a una planificación detallada y calculada de los objetivos planteados, visto así el 10 de enero se presenta como una cruzada épica en la lucha histórica del pueblo venezolano por recuperar el país y reinstitucionalizar a Venezuela.
El efecto María Corina.
Ella encarna el liderazgo popular, ha podido trascender desde su propia formación y entorno profesional, y empresarial para hacerse parte de cada estrato social del pueblo venezolano, su autenticidad brota con absoluta espontaneidad, ella siente el clamor y el dolor del pueblo venezolano y el pueblo siente que ella genuinamente los representa y vive su dolor, esa complementación natural es la esencia que nutre el liderazgo que ha construido a pulso y que ha eclosionado en los momentos más complejos del país.
Ese liderazgo colosal de María Corina, que sujetado a la prudencia y la pertinencia de Edmundo González son capaces de convocar a la población al desafío de vencer el miedo y devolverlo a quienes lo producen, es de muchas formas el hándicap para el que nadie está preparado y mucho menos quienes abanderan la persecución, la represión y la tortura como el único medio de sobrevivir en el poder político, así que el mensaje de María Corina: “ha llegado la hora de que el miedo nos tenga miedo,” debe internalizarse con la profundidad que contiene, porque va a un destinatario especifico, quizás generalizado en todos aquellos que vulneran sistemáticamente los derechos humanos del pueblo, este mensaje que reta a los barbaros, se une y acopla idóneamente en la misma línea de tiempo al de Edmundo González quien sentencia: con miedo no se va a la guerra, el 10-E estaré en Venezuela para juramentarme como Presidente.
Con estas particulares y hondas expresiones se ha encendido nuevamente la llama de la esperanza, necesariamente tendrán que alinearse algunos eventos para que se conquiste definitivamente la libertad de la nación, pero sin dudas estamos en un momento cumbre donde existe confianza en el liderazgo político y toda la nación está atenta de su llamado y de corolario, la política internacional es proclive a despachar dictadores en todos los continentes, estamos seguramente navegando las angustiosas y ultimas horas del madurismo como sistema opresor venezolano, él lo sabe y todos lo saben, pero como en la novela Crónica de una Muerte Anunciada, del Nobel colombiano Gabriel García Márquez; todos saben que va a caer y nadie hará nada para evitarlo.
Venezuela Libre
@jufraga12