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El inevitable negocio con el ébola (II)

Ni aparecerán en el corto plazo. Estos se encuentran todavía en los mesones de trabajo de los laboratorios de una media docena de empresas en los Estados Unidos, Canadá y Japón.

Hasta el momento no ha sido aprobada por autoridad sanitaria alguna, incluyendoa la FDA de los Estados Unidos, ningún medicamento ni vacuna para tratar o prevenir la fiebre hemorrágica del Ébola, que se extiende rápidamente en varios países de África Occidental.

La carencia de tratamientos experimentales en esos países desató tal polémica, que algunos pidieron, insistentemente, el empleo extenso de los escasos productos experimentales disponibles, sobre consideraciones simplemente humanitarias. Otros alertaron, que hacer tal uso de drogas aún no probadas experimentalmente en humanos sería un problema bioético, especialmente a la luz de ensayos, históricamente muy controversiales, que fueron llevados a cabo en países en desarrollo por consorcios farmacéuticos occidentales. A pesar de ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 12 de agosto de 2014, que el empleo de esos tratamientos era bioéticamente aceptable, en ciertas condiciones, en un esfuerzo humanitario para combatir la enfermedad.

Las empresas involucradas

Las noticias más recientes alertan sobre la continuada y veloz expansión del virus Ébola en África Occidental, con el consecuente incremento del número de infectados. En la República Democrática del Congo se anunció la muerte de algunas personas por el virus, aparentemente desconectadas del brote en las naciones vecinas, según sus autoridades. El virus ya se extendió hacia Senegal. El número de fallecidos supera los 2.100.

Las organizaciones sanitarias participantes admiten que la situación se les escapa de las manos. Médicos sin Fronteras clama por la urgente participación de las naciones industrializadas. Inmediatamente. Los gobiernos afectados se sienten desasistidos.

Están surgiendo conflictos violentos y huelgas entre las personas de países como Liberia y Sierra Leona a consecuencia de la enfermedad.

Entretanto, no aparecen los medicamentos y posibles vacunas para la gran masa de afectados. Ni aparecerán en el corto plazo. Estos se encuentran todavía en los mesones de trabajo de los laboratorios de una media docena de empresas en los Estados Unidos, Canadá y Japón. Se ensayan urgentemente en animales. Con resultados esperanzadores. He aquí el puñado de tales empresas y lo que hacen.

Mapp Biopharmaeutical Inc.

Es una pequeña empresa de San Diego, California, que hasta hace poco apenas tenía nueve empleados en su plantilla. Fue fundada en 2003 por dos biólogos investigadores de la universidad Johns Hopkins, que trabajaban en la producción de proteínas inmunitarias humanas en cosechas vegetales, que alguien bautizó como „planticuerpos“. Es financiada exclusivamente por subsidios del gobierno y contratos privados.

El producto de Mapp emplea una combinación de inmunoterapia pasiva con la activa. En la primera, la estrategia consiste simplemente en suministrar los anticuerpos al paciente a través de una inyección, en lugar de una substancia o virus atenuado (antígeno) que estimule a su sistema inmune a fabricar los anticuerpos que ataquen al virus. Los anticuerpos de Mapp son producidos al inyectar a ratones de experimentación una proteína aislada de la cápsula (cubierta) del virus Ébola (inmunoterapia activa). Luego, los anticuerpos son extraídos de los ratones y modificados genéticamente para hacerlos lo más parecido a los anticuerpos humanos y evitar su rechazo por los pacientes a quienes se suministre.

El gen que lleva la información para la síntesis de cada anticuerpo se inocula, entonces, en las hojas de la planta del tabaco, con un método desarrollado por otra pequeña empresa llamada Icon Genetics, de Alemania. Las hojas del tabaco multiplican los anticuerpos, que después de ser aislados de la planta y purificados se inyectan a los pacientes. Las plantas de tabaco son producidas por otro socio: Kentucky Bioprocessing, cuyas pequeñas instalaciones pertenecen, desde principios del año, al gigante tabaquero estadounidense R.J. Reynolds, a través de Reynolds America.

Mapp escogió una planta porque, potencialmente, en ella los anticuerpos podrían ser producidos más rápida y económicamente que en cultivos animales.

Otra miniempresa, Defyrus, de Toronto, Canadá, había desarrollado un tratamiento similar, con el soporte económico del Departamento de Salud Pública canadiense.

Las empresas acordaron combinar lo mejor de sus anticuerpos (tres anticuerpos monoclonales) en un solo coctel al que llamaron Zmapp, que fue el suministrado a los dos asistentes médicos estadounidenses y al sacerdote español, con los resultados conocidos. Esto la hizo saltar a la opinión pública mundial. Mapp Biopharmaceutical ha expresado que sus resultados en monos de experimentación son substancialmente mejores que los iniciales, pero aún no han sido publicados.

Un grave problema es la producción masiva del coctel, dada la reducida escala de producción de las pequeñas empresas involucradas. Ampliarla depende en gran parte de la tabaquera Reynolds American. Podría tomar meses, según la empresa, a pesar de la bondad del negocio futuro.

Aun cuando Mapp desea escalar la producción, sus directivos alegan que las decisiones para proceder dependen de las autoridades de salud pública. Y del financiamiento para incrementarla.

La empresa ha recibido 40 millones de dólares de varias instituciones gubernamentales, de ellos 7,5 del Pentágono, para las investigaciones que permitirían ampliar conocimientos sobre protección contra bioarmas (http://www.usaspending.gov/search?frompage). Además, el Ministerio de la Defensa busca otras empresas biotecnológicas, que puedan contribuir con Mapp en la rápida producción del coctel, tan desesperada es la situación.

Tekmira Pharmaceuticals Corp.

Surgida en 2005 de la empresa farmacéutica Inex, Tekmira Pharmaceuticals, de Vancouver, Canadá, investigó en el área muy competida de un medicamento particular contra el cáncer, pero la FDA estadounidense rechazó sus posteriores etapas de desarrollo. El negocio fue mal, pues la empresa perdió varios millones de dólares en pocos años. Obviamente, nadie querría invertir en tal empresa, por lo cual ésta modificó sus objetivos y comenzó a investigar sobre el virus Ébola.

Así surge, por modificación genética, el medicamento TKM-Ébola, consistente en trozos del material genético, llamados moléculas-siARN (si = small interfering), que eligen como blanco a los ARN mensajeros de tres proteínas del virus, lo que frenaría su multiplicación.

En enero de 2014, la empresa inició los primeros ensayos en humanos sanos con el TKM-Ébola (Fase I), pero la FDA los canceló en julio por falta de datos sobre los mismos, sobre cómo actúa la terapia y la seguridad del medicamento. Sin embargo, al mes siguiente levantó parcialmente la prohibición, quizás como respuesta a la explosiva propagación del virus. En otras palabras, el Ébola le abre una nueva oportunidad comercial a la empresa, bajo la suposición de que los lapsos y las vías normales para la concesión de los permisos para los ensayos obligarían a las autoridades sanitarias a liberar al medicamento. Y probablemente a otros. No queda la menor duda de que los inversionistas en la bolsa de valores lo vean así.

Cuando la FDA permitió el empleo experimental del TKM-Ébola, las acciones de Tekmira en el índice Nasdaq subieron 52% en pocos días. El hecho de que en julio las autoridades sanitarias habían congelado los ensayos del medicamento no les interesó a los inversionistas. Desde principios de 2014 las acciones se habían incrementado en 133%. Los cuatro corredores que tenían ese papel en su portafolio recomendaron la compra de las acciones. La esperanza de los inversionistas es, que para la empresa, el Ébola sea apenas el comienzo de una etapa comercial exitosa. Los analistas estiman un lucrativo negocio para Tekmira: solamente con el TKM-Ébola podría movilizar 100 millones de dólares para 2017, si todo va bien. Hace ya cuatro años recibió 140 millones de dólares del Ministerio de la Defensa estadounidense para estudiar al virus Ébola, para protección contra bioarmas. La empresa investiga también enfermedades que presentan una forma de acción parecida al Ébola, como la hepatitis B. (http://www.cnnexpansion.com/negocios/2014/08/04/el-ebola-impulsa-a-farmaceutica-en-la-bolsa).

TKM-Ébola tiene una ventaja sobre Zmapp: su producción es más rápida. También ha sido positiva en ensayos con primates, pero tiene la desventaja de que es efectiva cuando se suministra tan pronto como ocurra infección, momento difícil de definir.

NewLink Genetics Corp.

Una de las primeras vacunas contra el Ébola procede del departamento de microbiología de la universidad de Boston, del grupo del Dr. Geisbert. En 2005 publicó un estudio sobre la llamada Vacuna-VSV, procedente del virus de la estomatitis vesicular (VSV), emparentado con el virus de la rabia, al cual se le ha modificado genéticamente su material hereditario para hacerlo inocuo, pero que continúa produciendo anticuerpos en el organismo al cual se ha suministrado.

El Laboratorio Nacional de Microbiología y la Agencia de Salud Pública de Canadá también han producido una vacuna semejante, denominada VSV-EBOV, que solamente ha sido probada en monos. El gobierno canadiense puso a la orden de la OMS un lote de entre 800 y 1.000 vacunas. La licencia para fabricar la vacuna fue concedida a la empresa NewLink Genetics Corp., que a través de su subsidiaria BioProtection Systems elabora vacunas para la estrategia de defensa contra bioarmas del gobierno estadounidense; la pequeña empresa anunció el inicio este año de los primeros ensayos clínicos en humanos, lo que conduciría a la producción de más vacunas.

Contrariamente a los medicamentos anteriores, estas vacunas se diseñaron para proteger a individuos sanos de la infección con el Ébola, lo cual las hace muy atractivas.

Immunovaccine Inc.

Es una pequeña empresa biotecnológica de Halifax, Nueva Escocia, Canadá, fundada en 2000, que tiene actualmente 21 empleados. Trabaja en inmunoterapias contra varias formas de cáncer (ovario y glioblastoma-cerebro), con ensayos clínicos en humanos en Fase I y II. Ofrece una plataforma de trabajo llamada Depovax, una formulación patentada de alta flexibilidad, que permite construir una amplia gama de antígenos para diferentes aplicaciones terapéuticas en enfermedades infecciosas, bajo la forma de vacunas en una sola dosis.

Estimulada por el Instituto Nacional de Salud (NIH) de los Estados Unidos, para que aplicara al Ébola la experiencia que la empresa había adquirido en la producción de una vacuna contra el ántrax, Immunovaccine inició esa tarea.

A finales de agosto de 2014, la empresa anunció los resultados preliminares de una prueba exitosa con una vacuna diseñada sobre su plataforma Depovax contra el virus Ébola, en una pequeña población de macacos (4 animales infectados y vacunados sobrevivieron, 2 infectados y no-vacunados murieron después de una semana). Las pruebas fueron realizadas por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos.

Al día siguiente del anuncio, sus acciones subieron en la bolsa canadiense. La pequeña empresa tiene un valor de mercado de 70 millones de dólares.

Aun cuando la producción actual de la vacuna es baja, sus directivos anunciaron, que la tecnología es comercialmente escalable, para iniciar ensayos en humanos, ¡lo más pronto el próximo año, si consiguen el financiamiento adecuado para continuar el desarrollo!

Toyama Chemical Co. Ltd.

Es una empresa japonesa creada en 1936 dedicada a la fabricación de productos farmacéuticos, ahora una filial del conocido grupo FujiFilm, fabricante de materiales fotográficos.

La empresa descubrió en 1998 un producto químico para combatir la influenza y otros tipos de enfermedades virales (fiebre amarilla, Nilo occidental, encefalitis equina occidental) y fue aprobado por las autoridades japonesas como agente activo contra la influenza. Su nombre comercial es Avigan (nombre genérico favipiravir y nombre de código T-705). Demostró ser particularmente efectivo contra el virus H5N1.

En 2012 el Departamento de Defensa concedió a la filial norteamericana de Toyama Chemical un contrato por 138,5 millones de dólares para continuar desarrollando el favipiravir contra virus de influenza múltiples. Resultado del contrato es que, en los Estados Unidos se encuentra ya en la Fase III de los ensayos clínicos en humanos, contra la influenza. Aunque esto no garantiza que la droga sea 100% efectiva contra el virus Ébola en humanos, sí asegura los aspectos de bioseguridad de la misma. Si se supera la Fase III de los ensayos clínicos, podría ser empleada experimentalmente en humanos infectados con Ébola.

En ensayos con ratones inoculados con el virus Ébola, la droga demostró ser efectiva al lograr recuperar a 100% de los animales. También es efectiva in vitro en cultivos celulares. El Departamento de Defensa de los Estados Unidos le dio prioridad a ensayos con el favipiravir en monos infectados con Ébola, cuyos resultados preliminares se esperan para septiembre de 2014.

Al contrario que otros antivirales, la droga inhibe a la enzima ARN-polimerasa dependiente del ARN, responsable de la replicación del virus en la célula infectada, lo cual explicaría su amplia plataforma de acción.

La ventaja de este medicamento es su presentación en tabletas, por lo que es más fácil de manejar en zonas donde hay escasos hospitales y unidades médicas.

El Gobierno Japonés ofreció la droga para tratar la enfermedad en África Occidental. La empresa asegura tener suficiente suministro para 20.000 personas.

Biocryst Pharmaceuticals, Inc.

Pequeña empresa biotecnológica creada en 1986 en Carolina del Norte, Estados Unidos. Ahora tiene 37 empleados y se especializada en enfermedades autoinmunes y antivirales. Fabrica peramivir, un antiviral (inhibidor de la neuraminidasa viral) contra la influenza, pendiente de patente, pero autorizado en Japón, China y Corea del Sur; fue permitido para uso de emergencia durante la pandemia causada por el H1N1 en 2009.

Creó el BCX4430 con un financiamiento del Gobierno de los Estados Unidos de 22 millones de dólares a través del NIAID en septiembre de 2013; su acción es semejante a la del favipiravir, de Toyama Chemical, lo que lo hace un antiviral de amplio espectro contra unos 20 virus-ARN, incluido el Ébola (http://www.biocryst.com). Comienza ensayos en animales infectados con Ébola, bajo un aporte adicional de 2,4 millones de dólares del NIAID, sobre los 22 millones de dólares recibidos en 2013.

GlaxoSmithKline plc (GSK).

Con oficina central en Londres y unos 100.000 empleados globalmente, es el sexto consorcio farmacéutico más grande del mundo, medido por los ingresos de 2013. Genera productos no solamente farmacéuticos, sino biológicos, vacunas y productos generales para la salud.

La vacuna que propone, codesarrollada con el NIH de los Estados Unidos, es contra la especie Zaire del virus, la más letal y expandida; emplea un gen, que codifica a una proteína de la envoltura del virus para provocar la respuesta inmune en la persona vacunada.

Se ha planeado suministrarla a voluntarios sanos de Gran Bretaña, Gambia y Mali en septiembre de 2014, con lo que se iniciaría la Fase I de los ensayos y terminarlos a finales del año. En los Estados Unidos, el NIAID, como parte del NIH, realizaría ensayos similares. Para su ensayo se necesita la autorización gubernamental de los países involucrados y la aceptación bioética individual de los voluntarios del ensayo, bajo la forma de consentimiento informado.

El fondo Wellcome Trust y el Consejo de Investigación Médica (MRC) del Reino Unido y el Gobierno Británico aportarán 5 millones de dólares para los ensayos.

Obviamente, GSK observa una oportunidad de negocio en las pruebas de campo y fabricación masiva de la vacuna potencial, si los ensayos en humanos son consistentes, satisfactorios y con escasos o ningunos efectos colaterales. Hacia ello está dedicando no solamente su esfuerzo, sino su enorme experiencia en el área y la habilidad y dedicación de su numeroso personal académico y tecnológico, lo que evidentemente la coloca en ventaja sobre las otras jóvenes pequeñas empresas (con excepción de Toyama Chemical), que requieren un elevado financiamiento para iniciar los ensayos en humanos y escalar la producción de sus vacunas a lo comercial.

Esto se observa en el anuncio de GSK de fabricar 10.000 dosis adicionales de la vacuna, simultáneamente con el inicio de los ensayos en humanos, pues si son exitosos, podría entregar inmediatamente ese lote a la OMS para arrancar un programa de inmunización de emergencia en comunidades de alto riesgo. Esta estrategia difícilmente podría ser imitada por las pequeñas empresas que participan.

Algunas conclusiones

Un gigante farmacéutico, una empresa mediana y cinco miniempresas compiten por lograr un producto (vacuna preventiva o un agente terapéutico) efectivo contra el virus, que les asegure fama y dinero.

El panorama es esperanzador por la existencia de potenciales medicamentos para tratar tanto a los pacientes infectados con el virus Ébola como a los sanos, en África Occidental. Pero la realidad es más bien desalentadora, porque aún cuando se superen las barreras de los necesarios ensayos en humanos y se obtenga el financiamiento indispensable para el escalamiento y su producción masiva a la brevedad posible, el medicamento no les va a llegar a tiempo. Y muchos morirán. Los medicamentos son solo una esperanza para el futuro.

Tal vez el favipiravir de los japoneses constituya la excepción, por su disponibilidad y forma de presentación, lo que lo coloca al frente de la competencia, con buenas perspectivas de éxito, a menos que se imponga el cabildeo de GSK, que se supone sería abrumador.

Sin embargo, lo prudente sería poder utilizar los varios productos que demuestren su efectividad y buena relación costo/beneficio, que permita construir una barrera protectora global contra el virus.

Es notoria la activa participación financiera y logística del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, tanto en proyectos de investigación avanzada para la defensa, como en la producción y los ensayos en animales y humanos de algunos de los potenciales medicamentos contra el virus aquí analizados, lo cual está dentro del programa de protección contra potenciales armas biológicas de la nación. Su intención es proteger a sus ciudadanos de enfermedaes dentro y fuera del país, lo que incluye potenciales bioarmas. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) agrupó a los organismos Ébola, antrax y viruela dentro de la Clase A.

Llama la atención el hecho de que no se mencione la posibilidad mutagénica del virus Ébola, tal vez desconocida pero muy común en este tipo de organismos, que entorpecen su combate. Ello modificaría muchas estrategias de producción y empleo de los medicamentos para combatirlo.

Según el último informe de la OMS (http://www.who.int/entity/csr/disease/ebola/) del 5 de septiembre de 2014, el número de fallecidos en Guinea, Liberia y Sierra Leona ha ascendido a 2.097 de un total de 3.944 casos detectados. A ello se agrega un total de 23 casos detectados con 8 fallecidos en Nigeria, donde el brote de la enfermedad había sido mantenido bajo control. La epidemia continúa incontrolada. El Secretario General de la ONU apeló una vez más a la comunidad internacional a aportar rápidamente los 600 millones de dólares solicitados por la OMS para apoyar a las naciones de África Occidental afectadas, que es de esperar escapen de la rampante corrupción generalizada. Esta tardanza ha exacerbado el descontento de esas naciones, que se sienten olvidadas por esa comunidad mundial y la inacción e indiferencia de sus políticos.

links relacionados:

http://analitica.com/opinion/ebola-sin-control-por-mucho-tiempo

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