El horror de la divisa
Antes. referimos el deshonor de la divisa y muchos han pregonado, que el honor no se divisa. Todos, golpes contra nuestra moral y contra nuestro espíritu laborado y proyectado hacia un honor institucional: ¡El honor es su divisa! Desde que la Delegación española trabajara arduamente para lograr copiar el prototipo de la Guardia Civil española en nuestro predio, de la reciente Venezuela que comenzaba el posgomecismo, fueron muchos los venezolanos que captaron la honra de ser venezolanos fervientes de servicio, para enaltecer su orgullo, incorporándose a esta noble institución, que en la patria de Bolívar, fue creada en 1937 para emprender la obra mayor de ayudar a la institucionalización del Ejército venezolano, asumiendo las “tareas sucias” que cumplía entonces, para así ayudar a fortalecer la institución, que tendría desde entonces como misión la defensa de la patria, contra cualquier agresor extranjero.
Así, durante muchos años, fueron incontables los servidores, que en un principio, usando el uniforme azul pizarra, comenzaron a labrar la historia, que hasta la incursión grotesca del difunto Chávez en 1992, fue de alto prestigio y fuerza de servicio, para la tarea emprendida, que en 1983, logra ubicar a la Guardia Nacional, como una Fuerza militar, equiparada hasta el entonces llamado Ejército, su compañera Armada, y la también recientemente incorporada Aviación Militar.
Pero hoy, se enlutan las páginas del contra honor y el logro del desprestigio, al tener que denuncia en las páginas amarillas de la moribunda “revolución”, notas como ésta: “Fueron siete días de terror los que vivieron los esposos panameños Jessica Díaz y Oscar Rivera en Venezuela, quienes contaron que fueron condenados a 18 años de prisión por el delito de “contrabando de extracción”.
Lo leemos y no lo podemos creer: “La Prensa de Panamá reseña, que la pareja luego de llegar al país en crucero, fue detenida el 3 de mayo de 2016 en La Guaira por la Guardia Nacional Bolivariana, que la acusó de comprar ‘productos restringidos´. Un absurdo incomprensible, lo que Díaz y Rivera adquirieron fue artículos para cirugía capilar con queratina para el cabello.”
Los esposos contaron, que fueron obligados a pagar sobornos a una “red de corrupción en las que participan policías, abogados y jueces. Gracias a la intervención del embajador panameño Miguel Mejía, fueron liberados y se evitó su trasladado a cárceles de alta peligrosidad en Venezuela.”
No nos queda más que lamentar el hecho, ya que en este turbio caso, donde se involucran guardias nacionales, abogados, fiscales del MP y jueces; no solo empaña y empastela más, la triste historia de nuestra Guardia Nacional, que emprenda un acto de corrupción, como el que se refleja de esta nota de prensa, que es bastante denigrante, crítica y lamentable; por lo que nos queda más que, sentirnos enmarañados como venezolanos, por esto, que realmente es una tragedia. Es por ello que decimo, que es el “horror de la divisa”, porque en el caso intervinieron, no solo guardias nacional, que exigieron dólares para no llevar al caso a mayores, pero es más triste, que fiscales y jueces, hayas llevado el caso judicial hasta sentenciar a esta pareja y al taxista que les servía, a 18 años de prisión. Es una verdadera demostración de la destrucción del sistema de seguridad y judicial de Venezuela. Los detalles de la información aparecen en la prensa y en las redes. Los dejamos en la libertad de conocer el caso, que nos avergüenza.