OpiniónOpinión Internacional

El Gran Teatro del Mundo: Misterio del ramo de rosas, de Manuel Puig

Pablo Brito Altamira

Obra tardía del inconforme escritor argentino, que no se conformó con la cortedad provinciana, ni con las maneras que su padre quería inculcarle, ni con los estereotipos sociales sobre la sexualidad, o con las definiciones prefabricadas de lo que es, o debe ser, la literatura.

Figura atípica del llamado “boom” de la Literatura Latinoamericana, que produjo la mayor parte de su trabajo creativo fuera de su país natal, Puig es un escritor de novelas muy relacionado con el cine y con el teatro, para el que escribió varias piezas que aún se montan y que siguen siendo tema de estudio en lugares del mundo alejados entre sí, pero unidos por la exploración delo que podríamos llamar la literatura experimental.

Misterio del ramo de rosas tiene, por dentro, una carga solapada de inconformidad. Hay dos mujeres de diferente condición y origen que tienen ambas una situación momentáneamente inestable, por razones distintas que al final resultan complementarias en el sueño de un viaje en que podrían encontrar redención, si tal palabra tuviera para ellas el peso que la cultura vigente le otorga. Pero Puig no es un autor que busque esa ‘vigencia’ actualmente entendida como permanente y para él no hay puntos de referencia inamovibles. Todo es, o puede ser, ambiguo, difuso, confuso a veces.

Es eso, tal vez, lo que sirve de hilo conductor en la vasta, aunque desordenada producción de Puig. Entrecortado por hitos que marcan puntos de inflexión o encrucijadas de un camino vivo que no puede recorrerse de manera euclidiana – en línea recta- ese “gusto por lo menor” que el autor pensaba que lo acercaba a Victoria Ocampo, lo llevó a componer dramas que parecen melodramas con personajes multifacéticos que parecen chatos y argumentos profundos que parecen superficiales. Es la ambigüedad y el doble sentido, en ocasiones automáticoo involuntario, lo que encontramos en el Misterio del ramo de rosas, que basa su título en una trivial adivinanza con la que se cierra la obra y que proyecta la posibilidad de un sueño realizado de la Enfermeramediante la intervención de una Paciente que ya ha demostrado ser incapaz de consistencia en su comportamiento pero que necesita demostrar una nueva clase de amor que ha brotado en ella a raíz de la conmovedora sinceridad de la primera, que ya ha demostrado ser casi todo menos sincera. Estás mujeres no son las frías construcciones racionales de Ibsen, sino que se parecen más a las de la lógica surrealista de Buñuel en sus mejores películas.

Y allí se desarrolla como semilla en terreno fértil esa duplicidad, ambi-güedad propia del escritor, capaz de convertir una tragedia en comedia sin mayores trámites para poner a prueba, y en aprietos, toda construcción regida y encorsetada por lo racional.

Ambas (una palabra que recorre subterráneamente la obra de Puig y que define la forma planteada de a dos, como en sus novelas principales) se reflejan en la otra para probar a ser incluidas, durante toda la pieza.

Porque son dos, cuatro o algún otro múltiplo de dos las superpuestas capas de contenido que ocurren y transcurren en paralelo. En la vigila y el sueño, en el presente y el futuro, en la cotidianidad y en la imaginación, en la verdad y la mentira.

Pero nada de eso se deja ver de inmediato en el cuarto de la enferma (brillantemente interpretada por Claudia Mac Auliffe) que al final no lo está tanto, o de la enfermera (con la actuación inmejorable de Sonia Novello) que tampoco es tan cuidadosa en la selección de sus pacientes como declara inicialmente.

Y eso es lo que infunde vida a los personajes y se torna un reto para el director (aplauso para Alejandro Vizzotti) que debe moverse entre dos aguas procurando que no se mezclen mientras intenta que tampoco se mantengan separadas, sino siempre fluidas, fluyentes, fluctuantes, dobles y múltiples, en suma, como la misma naturaleza lunar de los cambios de humor femeninos.

Actuaciones magistrales, capaces de mantener la ilusión de realidad de relatos que siempre están más allá (o más acá) de lo real, que es la definición más íntima del verdadero melodrama y también la vocación última del Surrealismo, escuela que sigue dominando la escena literaria que, como siempre, imita y reescribe una realidad tragicómica que supera, realiza y contiene las más audaces dramatizaciones de los poetas.

* Esta sección pretende entregar una mirada crítica sobre el mundo de las artes escénicas en países de lengua española, comenzando por Buenos Aires y recorriendo otras plazas de Hispanoamérica y España.

Pablo Brito Altamira

Instagram: @pablobritoaltamira

Facebook: @pablogbritoaltamira

Twitter: @Hermeticum

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

Autoría:

Manuel Puig

Actúan:

Claudia Mac Auliffe, Sonia Novello

Escenografía:

Ariel Vaccaro

Iluminación:

Mariano Dobrysz

Diseño de vestuario:

Merlina Molina Castaño

Fotografía:

Marco Riccobene

Asesoramiento Corporal:

Debora Zanolli

Asesoramiento musical:

ZYPCE

Producción ejecutiva:

Marco Riccobene

Producción:

Adriana Yasky

Selección Musical:

Alejandro Vizzotti

Dirección:

Alejandro Vizzotti

Compañía:

De Carencia Virtú

https://youtu.be/Gh9yfH6cDYA

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba