El Gobierno y la Economía Bipolar
En el artículo anterior describimos la economía venezolana como “bipolar”; una mezcla de políticas públicas con dos enfoques contradictorios: Unas que impulsan la recuperación económica, como la liberación de precios, del cambio y de la circulación de las divisas. Otras que frenan dicha recuperación, como el alto encaje legal que minimiza el crédito bancario, aranceles cero, la sobrevaluación del bolívar y el intento de imponerlo para recuperar su uso, en vez de respaldarlo con el crecimiento y diversificación de la economía real.
A pesar de estas contradicciones, las medidas favorables al crecimiento han tenido más impacto que las que lo frenan; hasta lograr un 6,8% de crecimiento del PIB en 2021 y que la inflación cediera notablemente, aunque todavía sea la más alta del mundo. Entre las consecuencias sociopolíticas de ese crecimiento se destacan el mejoramiento de la percepción de la Situación País, de +2,9% a +35% y de la percepción de la Situación Personal de – 81% a + 61 % en los últimos tres años.
Entre las consecuencias de esa economía sobre el gobierno se destaca que el nivel de aprobación de gestión del presidente NM ha subido del 10 al 21%, en 12 meses. A lo que se suma que el orden de aprobación que ocupa entre los líderes nacionales, del gobierno u oposición, ha pasado del séptimo al primer lugar.
Un 21% de aprobación de gestión plantea la hipótesis de que NM, como eventual candidato presidencial, tendría un 21% de los votos válidos en una elección presidencial; así ha sido en los últimos 25 años. Es decir, quedarían 79% de los votos por repartir entre los otros candidatos, los cuales, según experiencias anteriores, tenderían a ser no menos de cinco candidatos más. Si ninguno de ellos se destaca, NM puede ganar la elección; pero si uno se destaca, puede ganarle a NM; es decir, que no tiene la elección asegurada.
La proporción en que NM tendría que mejorar la economía para consolidar sus posibilidades electorales se puede estimar en función de que esos 6,8 puntos de crecimiento del PIB le rindieron 11 puntos de aprobación de gestión; en un entorno en el que no ha tenido mayor oposición dada la falta de conexión de esta última con la población.
La estimación que puede hacer NM es que, para consolidar su eventual candidatura, necesita crecer con más intensidad en los dos años que quedan antes de la votación en 2024. En ese entorno, la oposición va a tender a recuperar conexión con la población y la articulación entre las decenas de partidos que la componen. De ser así, el rendimiento del crecimiento del PIB sobre la aprobación de NM sería menor; digamos que dicho rendimiento bajaría de 1,8 puntos a 1 punto de crecimiento de la evaluación de gestión por cada punto de crecimiento del PIB (11/6,8). O sea, que para llegar a 40 puntos de aprobación de gestión (y de intención de voto) tendría que subir el PIB unos 20 puntos más en 24 meses; un crecimiento bastante mayor que el alcanzado el año pasado. Esto no sería difícil de alcanzar si se considera que el crecimiento logrado en 2021 fue, más bien, bajo dado que las economías que se contraen demasiado, luego experimentan lo que se llama un “rebote estadístico”, es decir, buscan recuperar su nivel; tal cual sucede en los mercados bursátiles. Es decir, que, si se reducen algunas trabas más y se emiten señales de acercamiento gobierno-empresa, sería de esperar que el PIB crezca entre 10 y 15% cada año, como sucedió en 2004 (+18,3%), después de la huelga petrolera del 2003. A esto se le sumarían los efectos positivos de la negociación del crecimiento de la producción y exportaciones petroleras con empresas de Occidente a cambio de la flexibilización de las sanciones.
Un mayor esfuerzo por crecer significa que NM necesita neutralizar las fuerzas radicales de su movimiento que imponen las políticas que bloquean el crecimiento.
Si NM logra acelerar la recuperación de la economía y su nivel de aprobación de gestión hasta unos 40 puntos y, si la oposición se presenta desunida, con dos o más candidatos, sus perspectivas electorales pasan de ser remotas a probables.
Por el contrario, múltiples analistas sospechamos que los impactos de nuevos impuestos pueden volver a subir la inflación, la sobrevaluación, las importaciones y el desempleo, etc. Además, si la oposición logra realinearse, como veremos en el próximo artículo, el futuro electoral de NM no estaría asegurado. En esto también incide que el nivel de identificación partidista del PSUV se mantiene en su nivel más bajo, en un 12,5%, habiendo sido en sus mejores momentos un 40%. Si bien este partido sacó a los peores administradores de su nómina de candidatos a gobernadores y alcaldes en las recientes elecciones, eso no quiere decir que la mayoría de los que fueron electos estén administrando bien ni que el partido esté acompañando a la población en la solución de sus problemas cotidianos.
@joseagilyepes