El gobierno de Venezuela, se va quedando solo
El gobierno chavista electo en 1998 y reelecto en 1999, por una inmensa mayoría de votos por encima del 60%, como consecuencia del cambio de constitución, a los 17 años en el ejercicio del poder, ha bajado su popularidad por debajo del 20%, y sigue bajando; a tal punto, que actualmente solo lo respalda la exigua minoría política del partido PSUV. Son muchos los militantes de ese movimiento político, que le han retirado su apoyo, y coinciden con la oposición, en que se debe elegir a un nuevo presidente de Venezuela.
La cantidad de cambios en el gabinete son tan numerosos, que al parecer no les quedan reservas de líderes idóneos para darles responsabilidades que ayuden al presidente a salir de la crisis. Son tan mediocres los nuevos ministros del gabinete de Maduro, que las burlas sobre las credenciales y habilidades de estos ministros, que los analistas, caricaturistas, críticos y del propio pueblo, coinciden en ratificar su repudio a estos cambios sin sentido. El daño a la nación es tan grande, que el tiempo se les acabó.
Lamentablemente, el presidente ha hecho caso omiso a las advertencias que le han hecho los expertos en economía, de darle un viraje de 180 grados al gobierno, olvidarse del socialismo del siglo XXI. Si no pudieron lograr el éxito económico, durante la época de la abundancia durante el boom petrolero, mucho menos lo podrán lograr, durante la crisis actual de los bajos precios del petróleo. La oposición, a pesar de estar en desacuerdo con el modelo rentista y populista que ha intentado implantar el gobierno, le ha recomendado y tendido la mano, de olvidarse de la guerra contra el capitalismo, contra los EE.UU., contra el FMI, contra el BM y contra los inversionistas privados. El gobierno optó por continuar por el sendero del socialismo, estatismo, populismo y rentismo; y políticas públicas obsoletas, que han causado el desastre actual en nuestra economía.
Con este gobierno no hay nada que hacer para salvar la economía de Venezuela. Un grupo numeroso de ex partidarios del gobierno le han propuesto, cambios profundos en la economía, que el liderazgo del gobierno no ha querido oír. Se le ha propuesto hasta la dolarización de la economía. Es la misma posición terca y tozuda del gobierno cubano, de pretender tener una economía prospera aplicando el sistema económico socialista, donde la economía es manejada por el Estado, con escasa participación del capital privado. Es una acción suicida, que he calificado en otros artículos, como “MORIR MATANDO”.
Se le ha explicado hasta la saciedad al presidente y a su gobierno, que los aumentos populistas, sin consultar con los sindicatos y los empresarios, en lugar de mejorar la economía, lo que hacen es empeorarla. La inflación crece exponencialmente, contra un crecimiento en sueldos y salarios con crecimiento lineal. Es decir, la capacidad adquisitiva del venezolano, con aumentos insuficientes jamás resolverán sus necesidades básicas. Por otra parte, el empresariado, al no poder mantener una rentabilidad básica, tendrá que ir progresivamente bajando la Santamaría de sus negocios, para no operar a perdida.
Nuestra economía se ha estado comparando a las economías de Cuba y de Haití, que ya es decir algo. Ni siquiera se compara con las economías de Argentina y Brasil, países estos últimos, que luchan desesperadamente para reparar los desastres económicos y sociales, que aunados a la mega corrupción les dejaron como legado los gobiernos socialistas de los Kirchner, Lula Da Silva y Dilma Rousseff en Argentina y Brasil respectivamente. Si amigo lector, el gobierno de Venezuela se está quedando tan solo, que ya no tiene mecanismos viables para combatir esa inmensa soledad, la cual le podría llevar al suicidio.