OpiniónOpinión Nacional

El Galeano nuestro de todos los días

La presencia del escritos uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015), sigue siendo impactante, cercana, vital… En sus ideas, dispersas en las “Las Venas Abiertas de América Latina”, describe la cruda realidad de la América Latina dominada y botín de guerra de los imperios pasados y presentes. Su caracterización revela la función clara de dar a conocer cuáles fueron los orígenes de la constante humillación de la que es objeto esta parte del mundo por parte de los países más desarrollados, los cuales tejen sus redes de dependientes a través de la imposición tecnológica y económica de sus empresas.

Galeano explica el significado de América Latina; ve la región como cauces de “venas abiertas”, desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo, como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Toda la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados por su incorporación al engranaje universal del capitalismo. Se ha caracterizado la obra de Galeano, por ser icono de la izquierda internacional más sobresalientes; sus “Venas Abiertas”, tiene una alta dosis de política y economía; lo que lo hace un escritor especial y quizá polémico, por el hecho de que narra, relata o hace crónica de las vivencias de las clases sociales menesterosas.

En las “Venas Abiertas”, cabe destacar, hay una función muy clara: dar a conocer cuáles fueron los orígenes de la constante humillación de la que es objeto esta parte del mundo por parte de los países más desarrollados, los cuales tejen sus redes de dependientes a través de la imposición tecnológica y económica de sus empresas. Galeano, hace una historia latinoamericana diferente; frases como esta: “ciento veinte millones de niños en el centro de la tormenta en  América Latina”, muestran que es un autor que no oculta nada, sino que lo muestra todo.  El autor expresa que América Latina, tiene una historia que involucra a  grandes empresas que adquieren el dominio de la economía en el ámbito internacional y le dan un trato explotador e imperialista al suelo latinoamericano.

A grandes rasgos, en las “Venas Abiertas”, se muestra cómo las empresas netamente nacionales no pueden competir con las creadas por la máquina de la Conquista, a su vez, expresa Galeano, la conquista provocó un declive en cuanto a los gastos en desarrollo social o cualquier apoyo “altruista” a la gente. De esto se desprende que desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Toda la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados, expresa Galeano, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo. “A cada cual se le ha asignado una función, siempre en beneficio del desarrollo de la metrópoli extranjera de turno, y se ha hecho infinita la cadena de las dependencias sucesivas, que tiene mucho más de dos eslabones, y que por cierto también comprende, dentro de América Latina, la opresión de los países pequeños por sus vecinos mayores”.

De esta forma, argumenta Galeano, quedan a la expectativa gran cantidad de niños y niñas, los cuales o se resignan a mirar su pobreza o tienen que salir a las calles a ganar la comida del día. Esa es la América Latina conquistada: una Latinoamérica cuya necesidad primordial es satisfacer la necesidad de los capitalistas, girando la vida en torno a “las malas costumbres”; es decir quienes se dediquen al crimen por falta de dinero y como una fuente fácil para conseguirlo. Galeano explicaba en su escrito que los: “Estados Unidos no sufren, fronteras adentro, el problema de la explosión de la natalidad, pero se preocupan como nadie por difundir e imponer, en los cuatro puntos cardinales, la planificación familiar. No sólo el gobierno; también Rockefeller y la Fundación Ford padecen pesadillas con millones de niños que avanzan, como langostas, desde los horizontes del Tercer Mundo. Platón y Aristóteles se habían ocupado del tema antes que Malthus y McNamara; sin embargo, en nuestros tiempos, toda esta ofensiva universal cumple una función bien definida: se propone justificar la muy desigual distribución de la renta entre los países y entre las clases sociales, convencer a los pobres de que la pobreza es el resultado de los hijos que no se evitan y poner un dique al avance de la furia de las masas en movimiento y rebelión. Los dispositivos intrauterinos compiten con las bombas y la metralla, en el sudeste asiático, en el esfuerzo por detener el crecimiento de la población de Vietnam. En América Latina resulta más higiénico y eficaz matar a los guerrilleros en los úteros que en las sierras o en las calles.”

En un sentido más estricto, toda subversión que trastoca la tranquilidad del sistema que se implantó,  muestra hambre y crisis como resultado de  la violencia y la represión, de ahí que la Latinoamérica crítica y con identidad transculturizado, capitalizara el movimiento anti capitalistas. El problema es serio cuando uno se pone a pensar que no por mucho tiempo la gente, la sociedad, seguirá viendo a la expectativa de cómo terminan con la América Latina, intereses ajenos a él en cuanto al compromiso social, ecológico e histórico, Galeano menciona la valentía y de la dignidad de los pueblos que se han independizado y que aún siguen buscando independizarse. Un ejemplo de ello, esgrime Galeano, es el Gobierno cubano tras la revolución (1959); no obstante, los documentos obedecen a un tiempo, por lo que no todo lo que contienen tendrá que ser trascendente al correr del tiempo. Así pues, el escritor uruguayo pregunta: “¿Tenemos todo prohibido, salvo cruzarnos de brazos?”.

En un aspecto puntual, se destaca que en  “Venas abiertas”, la pobreza no está escrita en los astros. Se describe con crudeza; se presenta como extensión de un subdesarrollo como fruto de un oscuro designio de Dios. Los años de revolución en Latinoamérica han sido tiempos de redención, en palabras de Galeano: “Las clases dominantes ponen las barbas en remojo, y a la vez anuncian el infierno para todos”. En cierto modo, la derecha tiene razón cuando se identifica a sí misma con la tranquilidad y el orden, es el orden, en efecto, de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin: la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta.

 

En “Venas Abiertas”, el futuro se presenta como el producto de una transformación que sí misma era una caja de sorpresas; el conservador grita, con toda razón: “Me han traicionado”; y los ideólogos de la impotencia, los esclavos que se miran a sí mismos con los ojos del amo, no demoran en hacer escuchar sus clamores, esgrime Galeano, “…el águila de bronce del Maine, derribada el día de la victoria de la revolución cubana, yace ahora abandonada, con las alas rotas, bajo un portal del barrio viejo de La Habana. Desde Cuba en adelante, también otros países han iniciado por distintas vías y con distintos medios la experiencia del cambio: la perpetuación del actual orden de cosas es la perpetuación del crimen.”

La importancia que pone Galeano en la defensa de la dignidad del hombre ante una capitalismo falto de sentimientos sería uno de los primeros consejos que se podrían desprender de su escrito. En los capítulos subtitulados “Fiebre del oro, fiebre de la plata” y “El rey azúcar y otros minerales agrícolas”, el autor hace un recorrido histórico plagado de crónicas en donde adentra al lector a visualizar la forma en la que, desde la llegada de los españoles, se viene dando un servicio generoso de minerales y materias primas de América Latina hacia al exterior.

Es importante destacar que la América Latina descrita por Galeano, se explica desde los  “…tiros de arcabuz, golpes de espada y soplos, avanzaban los implacables y escasos conquistadores de América. Lo cuentan las voces de los vencidos. Después de la matanza de Cholula, Moctezuma envía nuevos emisarios al encuentro de Hernán Cortés, quien avanza rumbo al valle de México. Los enviados regalan a los españoles collares de oro y banderas de plumas de quetzal. Los españoles estaban deleitándose. Como si fueran monos levantaban el oro, como que se sentaban en ademán de gusto, como que se les renovaba y se les iluminaba el corazón. Como que cierto es que eso anhelan con gran sed. Se les ensancha el cuerpo con eso, tienen hambre furiosa de eso. Como unos puercos hambrientos ansían el oro, dice el Códice Florentino.”

A todas estas, el territorio latinoamericano es visto en las “Venas Abiertas”, como un tesoro que se encontró para derrochar y en las manos de los españoles a éste casi le dieron un fin. Galeano escribe: “Aquel imperio rico tenía una metrópoli pobre, aunque en ella la ilusión de la prosperidad levantara burbujas cada vez más hinchadas: la Corona abría por todas partes frentes de guerra mientras la aristocracia se consagraba al despilfarro… el gran aumento de los gastos públicos y la asfixiante presión de las necesidades de consumo en las posesiones de ultramar agudizaban el déficit comercial y desataban, al galope, la inflación.”

Un actor importante en este deterioro de la América, es Cristóbal Colón, quien en uno sus viajes trajo consigo la caña de azúcar y a partir de ese momento este tipo de plantación figuró como una de las principales fuentes económicas de los españoles en Europa. Es de entenderse el claro esclavismo al que fueron sometidos la mayoría de los indígenas y cómo fue esto evolucionando hasta los trabajadores campesinos de pagas risibles.

En un sentido puntual, los dueños de las plantaciones podían disfrutar de una buena taza de café endulzado con el azúcar de las cañas manchadas de sangre cuando a los campesinos se les ocurría exigir más pago o menos horas de labor.  Ahora bien, como las matanzas son lo de menos en los capitalistas, se puede decir que los trabajadores en Latinoamérica se humillan para no perder su constante de marginación, que si bien es excluyente, en algunos momentos, por lo menos le permite sobrevivir.

Galeano explica: “El costo de la vida en Recife es el más alto de Brasil, por encima del índice de Río de Janeiro. Los frijoles cuestan más caros en el nordeste que en Ipanema, la lujosa playa de la bahía carioca. Medio kilo de harina de mandioca equivale al salario diario de un trabajador adulto en una plantación de azúcar, pos su jornada de sol a sol: si el obrero protesta, el capataz manda buscar al carpintero para que le vaya tomando las medidas del cuerpo. Para los propietarios o sus administradores sigue en vigencia, en vastas zonas, el derecho a la primera noche de cada muchacha. La tercera parte de la población de Recife sobrevive marginada en las chozas de los bajos fondos; en un barrio Casa Amarela, más de la mitad de los niños que nacen mueren antes de llegar al año. La prostitución infantil, niñas de diez o doce años vendidas por sus padres, es frecuente en las ciudades del nordeste”.

El autor presenta las fuentes subterráneas del poder; el autor detalla  la razón por la cual los Estados Unidos de Norteamérica, tiene tanto interés en América Latina y, en especial en sus tierras; el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, aportan cifras específicas donde se entiende que el Imperio norteamericano importan alrededor del ochenta por ciento de las materias primas que necesitan para crear energía y realizar guerras. El gran imperio de los EE.UU.,  tiene como objetivo, expresa Galeano, apropiarse por diferentes vías de la materia prima latinoamericana a precios exorbitantemente bajos; se hace necesario imponer dictaduras, perseguir intelectuales y rebeldes y promover el consumo gringo en los países donde se pretende sacar beneficio.  Así mismo, dice Galeano, haciendo alusión al imperio norteamericano en Cuba: “En 1964, en su despacho de la Habana, el Che Guevara me enseñó que la Cuba de Batista no era sólo de azúcar: los grandes yacimientos cubanos de níquel y de manganeso explicaban mejor, a su juicio, la furia ciega del imperio contra la revolución.”

Es decir, muestra el boom que existió en el comercio exterior con los fertilizantes como el guano y el salitre, y cómo, en este sentido, se confrontaron hasta llegar a la guerra los tres países latinoamericanos productores de estas materias: Perú, Chile y Bolivia.  Todo acabo, expresa Galeano, con la invención de un alemán, el cual “derrotó, desde su laboratorio, a los generales que habían triunfado, años atrás, en los campos de batalla. El perfeccionamiento del proceso Haber-Bosch para producir nitratos fijando el nitrógeno del aire desplazó al salitre y provocó la estrepitosa caída de la economía chilena”.

En otro aspecto, las funciones que los capitalistas cumplen, a conciencia en Latinoamérica,  es la de terror que infunden a los países que defienden o mejor dicho a los gobernantes para evitar que se lleve a cabo un acuerdo comercial con otra nación desarrollada;  para la década del cincuenta del siglo XX, el acuerdo militar firmado con los Estados Unidos de Norteamérica, prohibió a Brasil vender las materias primas de valor estratégico, como el hierro, a los países socialistas; ésta fue una de las causas de la trágica caída del presidente Getulio Vargas, que desobedeció esta imposición vendiendo hierro a Polonia y Checoslovaquia, a precios más altos que los que pagaban los Estados Unidos. Con este ejemplo, Galeano busca despertar a las nuevas generaciones de líderes, en lo referente a las consecuencias que puede traer, aún hoy día, ir contra el capitalismo global norteamericano. No temer a esa realidad y atreverse, como lo hizo el Comandante Hugo Chávez (1954-2013) en Venezuela, muestra que las “Venas Abiertas” si guarda su potencial interior de diagnóstico crítico, pero que deja abierta la posibilidad para que la historia se vaya contando así misma en realidades dinámicas como la Revolución Bolivariana.

Galeano hace en las “Venas Abiertas”, un recorrido histórico examinando la manera en la que América Latina ha servido de plataforma para los intereses europeos, explicando varias veces que los conflictos y anexiones de territorio sufridos durante el siglo XIX. Aunado a esto, Galeano destaca el hecho de que Inglaterra poseía el dominio ideológico económico fomentando con avidez el liberalismo: “La industria mexicana había carecido de capitales, mano de obra suficiente y técnicas modernas; no había tenido una organización adecuada, ni vías de comunicación y medios de transporte para llegar a los mercados y a las fuentes de abastecimiento…”

En cuanto al liberalismo, Galeano reafirma la función de las empresas como un factor vital de esta neocolonización, al respecto dice: “A cambio de inversiones insignificantes las filiales de las grandes corporaciones saltan de un solo brinco las barreras aduaneras latinoamericanas, paradójicamente alzadas contra la competencia extranjera, y se apoderan de los procesos internos de industrialización. Exportan fábricas o, frecuentemente, acorralan y devoran a las fábricas nacionales ya existentes. Cuentan, para ello, con la ayuda entusiasta de la mayoría de los gobiernos locales y con la capacidad de extorsión que ponen a su servicio los organismos internacionales de crédito. El capital imperialista captura los mercados por dentro, haciendo suyos los sectores claves de la industria local: conquista o construye las fortalezas decisivas, desde las cuales domina el resto.”

A grandes rasgos, Galeano siente fascinación por el hecho de que la mayoría de las veces ha encontrado en el sistema capitalista visos de una neo colonización con clara muestra de pérdida de independencia, lo cual se traduce en la materialización de una inmensa inconformidad, la cual alimenta los procesos revolucionarios. La mayoría de los gobiernos actúan conforme les está planteando este sistema porque obtendrán beneficios económicos y la gente se siente identificada con el mismo debido a que se cree toda la propaganda que habla sobre tecnología y progreso, pero luego, al sentir el coletazo del costo social, ve con nitidez la crudeza de la traición, de un sistema que denigra la naturaleza humana. En este sentido, aparece la necesidad de un cambio, un movimiento social que desactive el desempleo, la crisis económica y demás “milagritos” del capitalismo que se han vendida con inmensa falsedad.

Galeano, intentando ser más pedagógico en estos aspectos, dice: “América Latina continua exportando su desocupación y su miseria: las materias primas que el mercado mundial necesita y de cuya venta depende la economía de la región y ciertos productos industriales elaborados, con mano de obra barata, por filiales de las corporaciones multinacionales. El intercambio desigual funciona como siempre: los salarios de hambre de América Latina contribuyen a financiar los altos salarios de Estados Unidos y Europa…”

A diferencia del antiguo Régimen colonial, Galeano destaca que el imperialismo de nuevo signo implica una acción anti- civilizadora, una imposición de los dominados, un modo de declaración que hace de la potencia dominante un lugar común para la explotación y la barbarie.

El nuevo imperialismo, a criterio de Galeano, es un sistema que extiende con ahínco la pobreza y crea más riqueza para él, la cual en determinado momento se imagina ingastable. Su fin primordial es controlar las economías favorables de los países latinoamericanos introduciendo empresas en ellos con el fin de hacer sangrías que le ameriten grandes cantidades de dólares.

En una palabra, la América Latina, en su verdadera historia de vida, ha visto en la alternativa directa para lograr que los líderes o gobernantes, mediante la propaganda optimista del progreso y mediante las matanzas de los no conformes, “maquillen”  su concepción representativa de la democracia y tenga el visto bueno de las potencias imperialistas.  Para el imperialismo lo esencial no es cuántos territorios tenga el mundo sino cuántos tienen que ser de ellos para poder dormir tranquilos. Hitler añoraba la supremacía mundial; pero más, el que solamente fuera habitado este mundo por la raza aria. En este sentido, él impuso una base: “hay que dominar el mundo”, el neo imperialismo está a favor de esto y agrega que la raza superior debe ser la capitalista; pero que no hay necesidad de matar a las demás mejor hay que ponerlas a trabajar para vivir de ellas.

Galeano deslinda en sus “Venas Abiertas”, el corazón de la razón; y dice: “La vieja se inclinó y movió la mano para darle viento al fuego. Así, con la espalda torcida y el cuello estirado todo enroscado de arrugas, parecía una antigua tortuga negra. Pero aquel pobre vestido roto no protegía, por cierto, como un caparazón, y al fin al cabo ella era tan lenta sólo por culpa de los años. A sus espaldas, también torcida, su choza de madera y lata, y más allá otras chozas semejantes del mismo suburbio de Sao Paulo; frente a ella, en una caldera de color carbón, ya estaba hirviendo el agua para el café. Alzó una latita hasta sus labios; antes de beber, sacudió la cabeza y cerró los ojos. Dijo: O Brasil é nosso (“el Brasil es nuestro”). En el centro de la misma ciudad y en ese mismo momento pensó exactamente lo mismo, pero con otro idioma, el director ejecutivo de la Unión Carbide, mientras levantaba un vaso de cristal para celebrar la captura de otra fábrica brasileña de plásticos por parte de su empresa. Uno de los dos estaba equivocado”.

Galeano culmina su obra “Las Venas Abiertas de América Latina”, diciendo que hay “            … quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres”. La invitación formal va dirigida a quienes sufre la humillación y no ven saludas, ni pueden quitarse el yugo que les atormenta de manera individual; necesitan unidad, fuerza colectiva para liberarse y transformar las estructuras y subir a un escalón mayor de la organización social que es la sociedad de la justicia y la paz.

En el tiempo que Galeano escribe su libro, la vía armada era una salida; con la Revolución Bolivariana en Venezuela (iniciada en 1998), esa ruta ha tenido nuevas alternativas; hoy se aprecia la participación electoral en el compromiso activo de supervisar a las autoridades y expresar inconformidades al público para ser escuchados. Para la revisión que hiciera Galeano de su texto, en 1978, siete años después de su primera publicación, el autor expresa que “…algunos episodios reales ocurridos en la calle,… por ejemplo, la muchacha que iba leyendo este libro para su compañera de asiento y terminó parándose y leyéndolo en voz alta para todos los pasajeros mientras el ómnibus atravesaba las calles de Bogotá; o la mujer que huyó de Santiago de Chile, en los días de la matanza, con este libro envuelto en los pañales del bebe; o el estudiante que durante una semana recorrió las librerías de la calle Corrientes, en Buenos Aires, y lo fue leyendo de a pedacitos, de librería en librería, porque no tenía dinero para comprarlo…” Son muestras que Galeano escribió una obra para universalizar la verdad de la historia latinoamericana; no un texto para complacer altos grupos académicos o intelectuales.

Galeano puso su interés económico por arriba del ideológico; al mismo tiempo, estimula el saber del estudiante que durante una semana recorrió las librerías de la calle Corrientes, en Buenos Aires, y lo fue leyendo de a pedacitos, de librería en librería, porque no tenía dinero para comprarlo.

En su escrito, Galeano hizo con las “Venas Abiertas”, una ventana de reconocimiento a la historia “de abajo” que ha sido cruelmente silenciada por los artífices del capital. Galeano da una muestra de la actividad que tiene el capitalismo en proyectarse como amo y señor del mundo, permite ver cuánto daño ha hecho este sistema a los gobiernos de los países latinoamericanos, quienes no han sabido vivir solos para crear su propia democracia y no la que promulga en todo lugar que pisa la ideología capitalista estadounidense.

[email protected]

 

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba