El “estilo Chávez” de Donald Trump
Su estilo es confrontacional. Es irreverente, grosero y no conoce límites. Los venezolanos conocemos bien esa forma de hacer política. Trump no quiere ser “políticamente correcto”.
“Los polos iguales se repelen, los polos opuestos se atraen”. Esto es una ley y es verdad no solo en Física. En las relaciones humanas es frecuente. Y en política es una fija: los extremos se parecen, aunque en sus doctrinas sean radicalmente opuestos.
Observando la campaña republicana por la candidatura presidencial donde Donald Trump pareciera que está a punto de alzarse con el triunfo, pienso en lo parecido que es a Chávez y por supuesto, a su hijo y heredero Maduro.
¿Qué hace que un pueblo se vuelque a apoyar a un líder agresivo, segregacionista y obtuso? No tiene nada que ver con educación: recordemos que el pueblo más culto del mundo compró el discurso de Adolfo Hitler. Tampoco tiene que ver con religión: en el nombre de Dios se han cometido horribles crímenes a lo largo de la Historia. Creo que tiene que ver más con instintos y bajas pasiones y definitivamente, se necesita más que educación o religión para ir contracorriente.
Trump fue aún más lejos -en el mismo estilo de Chávez cuando era candidato, que ofrecía freír a los adecos en aceite y echarle ácido muriático a la Corte Suprema de Justicia de entonces (como lo escuché decirlo en un acto en Maracay)- y habló en público de “matar a quienes no estuvieran de acuerdo con él”. Primera vez en la historia de los Estados Unidos que un candidato ofrece semejante disparate en televisión. Para adelante y para atrás, medio en broma y medio en serio, lo dijo en medio de seguidores que lo vitoreaban. Trump no tiene límites en lo que dice y patéticamente ese estilo atrae a una gran cantidad de americanos. Tanto, que los mismos republicanos están en una suerte de “todos contra Trump” para ver si detienen la locura de que pueda convertirse en el candidato.
¿Libertad de expresión? No puede ser “libertad” usar una expresión que rompe con la civilidad, la democracia y el respeto a quienes piensan distinto. En otro acto, donde Trump se refirió a que había que golpear a quienes lo criticaban, un seguidor, John McGraw, golpeó a un hombre de raza negra, Rakeem Jones, que asistió al rally. Lo peor es que los encargados de la seguridad trataron al atacado como si hubiera sido el atacante: lo esposaron y se lo llevaron detenido, mientras que al atacante le permitieron volver a su puesto.
Un par de días más tarde, Corey Lewandowski, jefe de campaña de Trump golpeó a la periodista Michelle Fields. Cuando lo interrogaron, respondió que ella “solo quería llamar la atención”.
Mención especial merecen las ideas de Trump de “ampliar las leyes para incluir torturas”. Criticó duramente la “blandenguería” de Barack Obama al respecto. “Tenemos que ser más duros, más rudos. A ésos (disidentes, enemigos) hay que ahogarlos en cajas”, dijo. Trump maneja la opinión pública magistralmente, como lo hacía Chávez.
¿Qué harán los militares? El general Michael Hayden, ex director de la National Security Agency y de la CIA, contra quien también Trump cargó, dijo a MSNBC: “los militares no van a obedecer órdenes que violen leyes. No es motín, no es golpe de estado. Son militares americanos que se niegan a violar la ley”.
Ojalá que los americanos no tengan que pasar por lo que hemos pasado nosotros. Aquí ya hemos visto varias temporadas de esa serie de terror. Por desgracia, nadie escarmienta en cabeza ajena…
@cjaimesb