El enchufismo del siglo XXI
Cargo o destino que se obtiene sin méritos, por amistad o por influencia política. DRAE.
La malhadada, hablachenta e ineficiente Revolución Bolivariana que tanto cacareó un ilusorio y fracasado Socialismo del siglo XXI, ciertamente será juzgada y pasará a la historia de las insensateces gubernamentales como la promotora y ejecutora de una nueva forma de desgobernar y de malgastar los ingentes recursos de los que dispuso uno de los países más bendecidos por el Señor, llamado a ser una verdadera Tierra de Gracia, ahora de desgracia, infortunio, pobreza, frustración y adversidad.
La otrora boyante y buchona chequera chavista que caminó, corrió, circuló, viajó, anduvo jacarandosa y autosuficiente, predicando el consabido precepto de: “te montas o te encaramas”, ahora cojea de las cuatro patas. El llamado proceso revolucionario instauró y consolidó el Enchufismo del siglo XXI. Verdadera teta. mama, tetilla, pezón, ubre petrolera que dio de mamar a chulos, macrós y alcahuetes de toda uña y rabo, y que -a trocha y moche – pretende convertir un pasado de dispendio en un presente y en un futuro que no tienen como satisfacer las necesidades de los infelices y cada vez más miserables súbditos de un cogollo revolucionario ciego, sordo, autista, solazado en meterse dedo en el ombligo y loar los inexistentes logros de un socialismo acabado.
Enchufados y enchufadas hay de toda calaña y procedencia, una simple lista serviría para ver la extensión del desastre bolivariano: golpistas de febrero, brasileros empresarios y gobernantes, argentinos y argentinas, familiares de la patriota fundamental, amigos del proceso, rusos y bielorrusos, chinos, nicos, faracos y elenos, senadora colombiana de bellos turbantes, evistas y correistas, cubiches oportunistas y aprovechados, contratistas, empresarios afectos y cercanos al partido, congresistas y ministros, embajadores de allende y aquende, zapateristas y morodistas, palestinos, libios, podemistas ibéricos, profesores universitarios, editores de mundos diplomáticos, suplidores, sindicalistas comprados y concejales amenazados, gobernadores rojo – rojitos, expresidentes de PDVSA y de las tantas fracasadas empresas de un Estado artrítico, periodistas de enredado y gringo hablar, artistas de reparto, músicos decadentes, escritores de un solo libro, premios nacionales de lo que sea, habladores de oficio, saltadores de talanquera, siquiatras interesados, cancilleres de pacotilla, hijas , padres sobrinos, primos y hermanos del Eterno, todos disfrutan- a su manera – de la cuenta madre – suculenta y jugosa –, a la que se conectaron, se enchufaron para asegurar – por ahora – su precario presente y su incierto futuro en rentables portafolios de inversión en Andorra, Suiza y Panamá, siempre disfrutando del inmundo verde dólar.
En fin, recordemos a nuestros ineptos, confiados y sordos dirigentes bolivarianos – desde ya condenados por la Historia – lo sentenciado por Arthur Miller:
Hay hombres que no suben después de caer.