El ejemplo que Corea dio
La destitución de la presidente de Corea del Sur Park Geun-hye es un hecho digno de ser analizado debido a las similitudes que tiene con las circunstancias que rodean al ejecutivo venezolano Nicolás Maduro.
A la alta funcionaria coreana le fueron despojados sus poderes por unanimidad de los ocho miembros de la Corte Constitucional de ese país que siguió una votación del poder legislativo de 234 contra 56 legisladores la que despejó el camino para su destitución.
Todo este proceso fue el resultado de una secuencia de escándalos de corrupción y clientelismo que salpicaron a Choi Soon-sil amiga y asesora y empresarios vinculados como el actual directivo de Samsung Jay Y. Lee.
Un dato curioso para señalar es que a partir de los escándalos la popularidad de la presidente coreana llegó a 17.5% su nivel más bajo desde que asumió el poder en febreros de 2013. Además las encuestas mostraban, un fuerte rechazo que alcanzó al 89% de la población al manejo administrativo y político de la presidente principalmente entre los menores de 30 años.
Cualquier semejanza con Nicolás Maduro no es pura coincidencia. El poder ejecutivo venezolano tiene un alto rechazo entre la población. Más de un 80% se manifiesta a favor de su salida y su nivel a apoyo se sitúa por debajo del 20% según las principales consultoras de opinión.
Los escándalos de corrupción han salpicado a su familia. Ahí está la acusación de traficar con droga de Francisco Flores y Efraín Campo Flores sobrinos de la primera dama que se ventila en los tribunales de EEUU; la reciente acusación del Departamento de Justicia por sus nexos con el terrorismo y el narcotráfico contra Tareck El Aissami; las pruebas presentadas en la Asamblea Nacional contra Rafael Ramírez en la época que dirigía los destinos de Pdvsa y fungía como vicepresidente del área económica; ahí reposan las acusaciones contra altos funcionarios policiales y gubernamentales el general Henry Rangel Silva, el capitán de navío ® Rodríguez Chacín y el general Hugo Carvajal por sus relaciones con grupos terroristas y del narcotráfico.
No se puede pasar por alto el escándalo de Oderbrecht cuyas contribuciones a funcionarios venezolanos sobrepasa, según fuentes de la investigación sobre corrupción, cientos de millones de dólares. Tampoco las importaciones de alimentos llevadas a cabo por gobernadores oficialistas pagados a la tasa oficial de Bs 10 / US$ para luego comercializarlos a mayores precios. Ni que hablar de los alimentos y artículos de higiene personal distribuidos por las bolsas y cajas Clap importados de manera nada transparentes desde México.
Es cierto que hay una diferencia con Corea. En ese país los poderes funcionan con total independencia no así en Venezuela donde el poder ejecutivo se escuda en la complacencia y sumisión del TSJ, la Fiscalía y la Contraloría que no son capaces de investigar los casos de corrupción y nexos con el narcotráfico arriba señalados.
De ahí que el pueblo venezolano agobiado por el alto costo de la vida, el desabastecimiento y las interminables colas para conseguir alimentos, debe asumir una postura más enérgica contra los perversos gobernantes culpables de ese estado de cosas. Debe rebelarse sin contemplaciones y hacer de su justa ira un arma de lucha que logre su destitución y juicio y para beneficio de la patria que sufre y seguir el ejemplo que Corea dio.