El debate actual sobre los partidos políticos
Si algún tema y tipo de organización política ha ocupado la reflexión a lo largo de estas décadas no sólo de los politólogos, sino de filósofos, juristas, sociólogos e historiadores principalmente, es precisamente el “fenómeno partidista”. Mucho se ha hablado y especulado en impulsar otras formas de hacer política, representación y acción en la sociedad, movimientos sociales, nuevos actores, grupos de interés, pero la realidad nos indica que no conocemos otra forma de intermediación y actor dentro de las moderna democracias representativas con la funcionalidad de los partidos políticos.
De manera que los partidos políticos como forma de hacer política y como tipo de organización política privilegiada en todos los tiempos – incluso vuelven a recuperar espacio en los actuales momento donde la antipolítica y el antipartidismo socavan los apoyos – está siendo objeto de discusión en estas dos últimas décadas no sólo a nivel de Europa, sino incluso en diversos espacios y ámbitos de nuestra América Latina, tanto académicos como cotidianos, los partidos políticos han sido, son y serán objeto de debate y controversia en el seno de la ciencia política.
El hecho de que algunos partidos y sistema de partidos respectivamente incurran en distorsiones y sean objetos de críticas no implica que su estudio y abordaje sea dejado a un lado, y en ese sentido encontramos importantes fundaciones, institutos, revistas y estudios dedicados a la investigación y discusión de dicho fenómeno y por supuesto los libros e investigaciones dedicadas exclusivamente al fenómeno partidista, uno de esos esfuerzos investigativos de mediano y largo aliento por los años de estudio y decantación teórico metodológica es esta segunda edición que Alfredo Ramos Jiménez hace de los partidos latinoamericanos y nos entrega años después de que la edición que antecedió en el inicio de este siglo se agotó, aspecto que junto a los cambios que registró la política y los propios partidos en nuestra región obligo a producir nuevas hipótesis y planteos recogidos en esta segunda edición.
Por otra parte, es innegable que los latinoamericanos confrontamos ciertas dificultades para insertar nuestras construcciones y aproximaciones teóricas en un espacio de la investigación inundado por algunas extrapolaciones empíricas que muchas veces no dan cuenta del fondo y trasfondo del fenómeno. Lo cierto del caso es que frente a las tentaciones populistas y neopopulistas con claras tendencias autoritarias, autocráticas y mesiánicas en toda la región latinoamericana, se impone la necesidad de retomar la discusión de los partidos y particularmente revalorizar dicha forma, artífice fundamental en los procesos de democratización registrados en toda la América Latina en los años ochenta y noventa.
Un reciente trabajo que bien merece nuestra atención, es precisamente el de Los partidos políticos latinoamericanos. Una segunda mirada (segunda edición 2015) de Alfredo Ramos Jiménez, obra está que ha reeditada por parte del Centro de Investigaciones de Política Comparada – Postgrado de Ciencia Política de nuestra Universidad de Los Andes que está celebrando sus décadas de fundado con una trayectoria importante en términos de debate, formación y publicación de libros, monografías y textos en el campo de la política comparada latinoamericana teniendo una colección de más de una docena de libros publicados en el área de los partidos, la democracia, el militarismo, la ciencia política, la cultura política, los sistemas de partidos y otros.
La trayectoria de Alfredo Ramos Jiménez se expresa no sólo en el estudio de la democracia, el populismo, sino fundamentalmente en el campo de los partidos políticos y sistemas de partidos por ser una área y línea de investigación que ha cultivado desde sus estudios de postgrado y doctorado en la Universidad de Paris I en la década de los años ochenta, esfuerzo complementado con docencia e investigación, asesorías y estudios. Sin temores ni dudas diremos que esta segunda edición de los partidos políticos latinoamericanos se constituye en referencia obligatoria de todo aquel teórico – investigador, e incluso político, y naturalmente el ciudadano común que muestre interés por documentase de forma seria y rigurosa alrededor del fenómeno partidista en nuestros países y sistemas de partidos.
En su segunda edición corregida y ampliada, este libro recoge la indagación de Alfredo Ramos Jiménez sobre el fenómeno partidista desde sus orígenes hasta nuestros días en los veintiún países de América Latina estudiados. A partir de unos cuantos indicadores relevantes sobre el origen, las bases y desarrollo de los partidos políticos en todos y cada uno de los países latinoamericanos, el autor va construyendo una obra de ruptura y, en cierto modo pionera, proponiéndose con ello establecer las bases para estudios más profundos sobre la especificidad histórica y política de las experiencias de consolidación democrática más recientes donde la variable “partido” la cual será determinante para explicar tanto el grado de desarrollo democrático como los procesos retrocesos y surgimientos de fenómenos como la antipolítica, el militarismo o el populismo en nuestra América Latina no sólo en la segundad mitad del siglo XX sino en esta primera década y media del siglo XXI.
Valga subrayarse que este tipo de estudios resulta una tarea difícil para un solo autor puesto que se trata de dar cuenta de alrededor de 400 partidos considerados como relevantes, establecer su origen y desarrollo, compararlos y establecer planteos y explicaciones no es una tarea simple y menuda por el ámbito y tamaño de la investigación. Sin embargo, esta tarea de años la vienen impulsado con tino y rigurosidad Alfredo Ramos Jiménez anclado en una perspectiva histórico-conflictual enriquecida con las herramientas de la política comparada y toda una batería de hipótesis y tipologías destinadas a promover investigaciones más profundas, sociológicas y politológicas, a nivel de cada país entre otros aspectos.
Así, una primera parte está dedicada a la sistematización teórico-metodológica de los datos relativos a la génesis, diferenciación y consolidación de los partidos políticos en el diverso contexto latinoamericano, tomados en su conjunto y asumido por el autor como una <comunidad de países>. De hecho, esta concepción rompe con aquellas aproximaciones a las que nos habían acostumbrado los autores norteamericanos y europeos, quienes habitualmente y hasta en las publicaciones recientes dividen y yuxtaponen capítulos monográficos dedicados a cada país.
El trabajo de Ramos Jiménez es audaz en este sentido: asume el método comparativo como la herramienta que le permite realizar aquello que Charles Tilly ha denominado comparaciones enormes (con los riesgos que este tipo de tarea implica), a fin de alcanzar las especificidades latinoamericanas de una macropolítica difícilmente aprensible. De este modo, nos propone esquemáticamente una genealogía de los partidos políticos a partir de las tres revoluciones (oligárquica, nacional popular y democrática) que han dado origen a las cuatro principales familias políticas (oligárquica, socialista, popular y democrática), así como la clasificación de los partidos con sus respectivas etiquetas, presentada al final del trabajo, resultan muy ilustrativas y hacen accesibles un fenómeno de suyo complejo.
En ello radica el mayor interés, no desprovisto de puntos de controversia, cuya vocación comparativa lo destina a salir al encuentro de un cierto provincianismo, dominante en ciertas investigaciones de la política latinoamericana. Y, si bien es cierto que el carácter controversial de algunos pasajes del contenido del libro se prestan para iniciar una discusión, que esperamos sea fecunda y contribuya al relanzamiento del estudio de la democracia sobre nuevas bases (en este caso político-comparativa), nos resulta significativa la propuesta del autor cuando se adentra en el estudio de la política latinoamericana mediante teorías de «mediano alcance» que viabilizan la sistematización de la ya inmensa cantidad de datos disponibles sobre las forma partidistas de participación política
Contra una larga tradición de estudios sobre los partidos latinoamericanos debemos señalar el hecho de que las cuestiones electorales, que ya cuentan con una literatura abundante en los años recientes, han sido un tanto soslayadas explícitamente por el autor. Ello debido al parti pris del investigador que ha preferido pensar la democracia como la relación conflictiva entre una sociedad fragmentada y un Estado intermitente, causa de una larga inestabilidad política que en los últimos años se presenta bajo la forma de transición. De aquí que la emergencia de los partidos en los diversos contextos sociopolíticos nacionales resulten explicables, como lo propone el autor, a partir del trinomio contradicciones-conflictos-clivajes, y ello con el propósito de dar cuenta de la relevancia de los partidos y sistemas de partidos en la tarea de construcción de la democracia en cada país.
En esto podemos advertir la influencia notable de los trabajos pioneros de gran trascendencia hace décadas por parte de Seymour Lipset y Stein Rokkan sobre el surgimiento de los partidos y sistemas de partidos en el ámbito europeo. Ahora bien, ¿hasta qué punto el modelo rokkaniano es susceptible de aplicación en el contexto latinoamericano? La propuesta de Ramos Jiménez aporta elementos para pensar que a partir de los aportes teórico- metodológicos de Lipset y Rokkan se puede elaborar una tipología de los partidos políticos latinoamericanos, que dé cuenta de sus orígenes y rasgos evolutivos en el contexto de una difícil y conflictiva construcción de la democracia en el ámbito latinoamericano, enriquecida su tipología con los planteos hechos por autores como Cavarozzi, Garretón, Alcántara Saéz, Mainwaring y Scully, Linz, Montero y Gunther entre otros.
Una amplia referencia a la literatura y los trabajos de autores latinoamericanos, conjuntamente con los más generales de investigadores norteamericanos y europeos, se nos presenta como el material de apoyo que hoy en día debemos revisar para avanzar, con el objetivo de comprender la política y de explicar el fenómeno democrático en nuestros países (véase el prólogo de esta segunda edición y la bibliografía seleccionada, además de la extensa bibliografía al final del libro). La utilización de la producción teórica sobre los partidos, que se ha ido incrementando dentro del actual debate europeo-norteamericano sobre la democracia, subestimada en la obra reciente de no pocos investigadores, aquí es traída al primer plano de la exposición.
Ciertamente asumimos que la obra de Ramos Jiménez se inscribe y adhiere decididamente dentro de la visión neo-institucionalista de una ciencia política que comienza a dar sus frutos en nuestro medio latinoamericano. El comparatismo, implícito en los trabajos sobre los partidos de Maurice Duverger (1951) Klaus von Beyme (1982) y explícito en los de Seymour Lípset y Stein Rokkan (1987), Giovanni Sartori (1976), Jean Blondel (1978), Daniel-Louis Seiler (1980), Scott Mainwaring y Timothy Scully (1995), Manuel Alcántara y Flavia Freidenberg (2004) y Scott Mainwaring , Ana María Bejarano y Eduardo Pizarro (2008) entre otros, es asumido en este trabajo atentamente y con las reservas que se imponen cuando el mismo se orienta hacía la comprensión de las formas partidistas a nivel latinoamericano.
Es cierto que en esta nueva edición el autor conserva gran parte de su propuesta teórico-metodológica original, incorporando unas cuantas observaciones sobre devenir de partidos y sistemas de partidos en este fin-de-siècle latinoamericano. Particularmente, encontramos un énfasis mayor en las manifestaciones antipolíticas y neopopulistas de las formas de participación alternativas, presentes en unos cuantos países (Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Argentina, Bolivia y Brasil), que han provocado una cierta desestabilización de los sistemas políticos democráticos. Por ello, el autor se detiene más en esta edición que en la anterior en el debate sobre el cambio y continuidad de los sistemas de partidos. Y esto es tanto más importante que los cambios son actualmente perceptibles tanto en los sistemas bipartidistas (Argentina, Uruguay y Venezuela) como en los sistemas de partido hegemónico (México). De aquí el interés en descubrir la lógica interna de la dinámica partidista en sociedades fragmentadas donde la variable social (de clase, étnica y hasta religiosa) ha resultado determinante para la configuración de los diversos proyectos políticos partidistas.
Asimismo, el fenómeno de la desideologización de los partidos, que algunos autores han señalado como la causa de su declive profundo, y el descrédito de la clase política, condenada de antemano por ciertos casos de corrupción creciente y desenfrenada, no por ello ha acabado con la presencia protagónica de los principales partidos. Allí están los casos de la Venezuela de Chavéz y Maduro, el Perú Post-Fujimori, de cuya comparación podrían extraerse suficientes elementos de explicación para la persistencia del fenómeno partidista dentro del contexto crítico que ha caracterizado el proceso de construcción de la democracia en nuestros países.
Son varias las conclusiones tentativas y provisionales a las que arriba el autor. Entre éstas, encontramos significativa aquella que afirma el hecho de que si admitimos que la democracia se ha convertido hoy en día en la «forma hegemónica de la política latinoamericana», entonces es preciso que aceptemos también el hecho de que han sido los partidos políticos los portadores naturales de este nuevo «proyecto de orden». De modo tal que si bien es cierto que «allí donde no existen partidos no existe democracia: los partidos definen la democracia», ello nos parece ir a contracorriente de una buena parte de investigaciones sociológicas que en los años recientes han puesto el énfasis en el protagonismo de los “nuevos movimientos sociales”, si no en las formas corporativas de la participación política dentro del Estado que impulsan las reformas políticas neoliberales. Pero este es un tema que requiere mayores desarrollos dentro, de una discusión que estimamos ha ido tomando cuerpo en la producción creciente de la sociología y politología latinoamericanas.
Asimismo, la formulación de un modelo, que el autor denomina «democracia de partidos», inspirado en ciertas experiencias europeas de la primera mitad de siglo, postulado como el modelo prevaleciente en el proceso de democratización de América Latina, resulta un tanto discutible dentro del clima enrarecido de la política latinoamericana de los años recientes, caracterizado tanto por una suerte de «fatiga cívica» de los ciudadanos, como por el descrédito generalizado de los principales partidos latinoamericanos (fenómeno de la ineficiencia, mediocridad y corrupción de los dirigentes). De aquí también la constatación del hecho de que las ideas-fuerza de la investigación de Alfredo Ramos Jiménez nos exijan una mayor elaboración e indagación a nivel de cada país. En todo caso, estamos frente a un trabajo que requiere ser continuado, particularmente en lo relativo a los efectos o causas de orden sociocultural que nos parecen subordinadas en el mismo y a una mayor utilización de las fuentes históricas que reafirmarían los principales planteos del autor.
Los libros europeos y norteamericanos sobre los partidos políticos nos habían acostumbrado a la yuxtaposición de monografías nacionales un tanto desiguales (véase por ejemplo el conocido libro colectivo de Scott Mainwaring y Timothy Scully, 1995), este libro se ha propuesto, por el contrario, abordar comparativamente el fenómeno partidista, a fin de destacar las líneas de evolución generales y específicas. Allí reside el valor de este tipo de trabajo de largo aliento, que, como esta segunda edición lo demuestra, no ha perdido su relevancia original desde su publicación hace década y media.
Por tal razón consideramos que este libro interviene positivamente en el necesario balance de la política latinoamericana orientada hacia este vertiginoso siglo XXI. Como lo afirmara Maurice Duverger en el prólogo de la segunda edición de su libro seminal, (treinta años después), cuando debía exponer la razón por la cual no había introducido cambios en el mismo: “en la superficie vemos algunas arrugas, pero el fondo ha quedado intacto… las partes que han envejecido no afecta lo esencial. Sólo toca el aspecto descriptivo del modelo pero no su valor heurístico”. Otro tanto podríamos afirmar del libro de Ramos Jiménez, que en esta edición conserva el material empírico de su versión original, incorporando unas cuantas observaciones y reflexiones y bibliografía sobre el devenir siempre conflictivo de las neo democracias latinoamericanas.
No podemos desconocer que los partidos siguen siendo relevantes y en este nuevo siglo, se irán adaptando a los cambios sociales, producto de la globalización e individualización en marcha. Los partidos políticos tienen la vida dura y que sepamos se han negado a desaparecer. La amenaza de extinción sólo la encontramos en la retórica neopopulista de unos cuantos líderes improvisados que, apoyándose en su carisma y en el desencanto democrático de las masas, se presentan como la solución largo tiempo buscada.
Lo cierto del caso es que un estudio sobre los partidos políticos, como “formas de hacer política” imprescindibles para la democracia, será siempre bien recibido, máxime cuando, como en el caso del libro que comentamos, se nos presentan propuestas válidas para hacer avanzar el necesario debate democrático, debate este que día a día estamos precisando los ciudadanos en nuestra convulsionada región latinoamericana y en nuestra propia Venezuela, contextos signados por la transformación y el reordenamiento político – institucional por un lado, acompañado de la incertidumbre y el riesgo que generan las nuevas formas de hacer política no necesariamente democráticas en las que están ausentes ciertamente la forma partido de hacer política.
El momento actual invita a retomar la discusión alrededor de los partidos políticos, planteando su revalorización como tipo de organización fundamental de toda democracia representativa, frente a los crecientes avances de la personalización de la política. Venezuela vive un momento estelar en la necesidad de que sus partidos políticos logren recuperar el espacio y gravitación natural en una sociedad hoy devastada por la antipolítica, el militarismo y la autocracia. La tarea de los partidos y de la ciudadanía es descomunal frente al país devastado que hoy tenemos. Más allá de las críticas democráticas que los partidos políticos requieren Alfredo Ramos Jiménez nos motiva a la necesidad de su estudio, debate y reforma en la necesidad de entender la importancia y trascendencia de la forma partido en toda democracia moderna.
(*) Profesor de la Universidad de Los Andes E-mail: [email protected]