El de La Carraca
A Miranda en el aniversario de su partida aquel 14 de julio de 1816
Tu sabías que El General Francisco de Miranda navegó directamente a Trinidad, con el propósito de encontrar una fuerza que lo auxiliase. Allí apareció el Almirante Cochrane, quien le brindó apoyo en barcos, armas y hombres, y puso vela, el 24 de julio de 1806, rumbo a la costa de Venezuela con su pequeña flota, compuesta de unos quince navíos que llevaban a bordo unos quinientos oficiales y hombres.
Esa mañana del 2 de agosto, su pequeño ejército logró desembarcar en un lugar llamado La Vela de Coro, pero, habiéndose retrasado el desembarco en unas treinta y seis horas por causa de un fuerte ventarrón y la ignorancia, o quizá la traición, del piloto, los agentes del gobierno español tuvieron tiempo para dar la alarma en la costa, y para preparar la defensa.
Entonces, cuando Miranda y su gente avanzaban sobre el enemigo, los españoles huyeron; los indios, liberados de la presencia de sus amos, se acercaron en grandes grupos a los nuevos visitantes y, al enterarse del objetivo de su llegada, gritaron: ¡Éxito al general Miranda!
Después del incidente con Bolívar en la Guaira, el 4 de junio es trasladado a la fortaleza de El Morro, en Puerto Rico y a fines de 1813, un bergantín español lo lleva preso a España. A principios de enero de 1814 está encerrado en un calabozo del fuerte de las Cuatro Torres, en el arsenal de La Carraca, cerca de Cádiz.
Allí en esa mazmorra española, sólo recibe pequeñas ayudas de sus viejos amigos los Turnbull y de la casa de Duncan, Shaw y Cía. Asistido sólo por su criado Pedro José Morán, murió, después de una larga agonía, víctima de una apoplejía, en la madrugada del 14 de julio de 1816. Sus restos mortales fueron sepultados en una fosa común
No en balde Andrés Bello, cuando conoce la imponente personalidad de Miranda, refirió: “Aquel proscrito formidable. El de La Carraca, que personificaba en sí la revolución americana”. Este es otro sabre republicano.